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publicado en la revista académica Science Advances

Un estudio revela las razones evolutivas de los comportamientos altruistas

El altruismo suele verse como una característica exclusivamente humana. Sin embargo, la ciencia ha descubierto numerosos ejemplos de ello en el reino animal. En un nuevo estudio, investigadores de la Universidad de Berna demuestran que los animales que ayudan ‘desinteresadamente’ a otros a criar a sus crías generan una ventaja evolutiva para todo el grupo.

6/06/2022 - 

VALÈNCIA (VP). El altruismo se define como hacer algo que beneficia a otro individuo a costa de uno mismo. En el reino animal, los ejemplos más sorprendentes se encuentran en la crianza de las siguientes generaciones: existen sociedades de animales que utilizan la reproducción cooperativa, y entre ellas destacan algunos mamíferos, muchas especies de aves y numerosos insectos, además de los peces cíclidos del lago Tanganica. Por lo general, en estos casos, una sola pareja reproductora dominante produce crías y los otros miembros del grupo ayudan a criarlos. De este modo, actúan de forma altruista para el cuidado de las crías que no son suyas.

Este tipo de cuidados tienen sentido desde una perspectiva evolutiva cuando las crías son hermanas de sus cuidadores, ya que así les transmiten con éxito a ellos, con quienes comparten genética, los genes que estimulan estos cuidados. Sin embargo, en el reino animal no parece tener sentido cuidar de otros sin relación de parentesco. Entonces, ¿por qué los miembros de un grupo en el que no existen vínculos familiares a menudo ayudan en las tareas de crianza?

Un nuevo estudio publicado en la revista académica Science Advances de Irene García Ruiz y Michael Tarbosky, del Instituto de Ecología y Evolución de la Universidad de Berna, en colaboración con Andrés Quiñones de la Universidad de Los Andes en Bogotá y la Universidad de Neuchâtel, revela cómo este tipo de altruismo puede evolucionar por selección natural.

“Si pertenecer a un grupo social genera una ventaja de supervivencia esencial, la crianza cooperativa prevalecerá. Esto fue demostrado en nuestro estudio utilizando simulaciones por ordenador”, afirma García Ruiz, la autora principal. Mediante el uso de modelos matemáticos, los investigadores pudieron simular las decisiones de los miembros del grupo que afectaron su aptitud genética, para así comparar sus tasas de éxito resultantes.

De este modo, cuando la vida en grupo proporciona una ventaja para la supervivencia, el estudio revela dos formas en las que la selección natural provoca que los miembros subordinados del grupo ayuden a cuidar de las crías de los reproductores dominantes. La primera, tal y como ya se ha explicado, sería cuando existe una relación estrecha entre cuidadores y crías, como cuando son sus hermanos. En esta situación, el cuidado aumenta la probabilidad de que los genes compartidos entre los ayudantes y los receptores de la ayuda se propaguen con un mecanismo denominado ‘selección de parentesco’.

La segunda forma implica en cambio lo que se conoce como ‘selección individual’ y no está relacionada con el parentesco. En este caso, el cuidado altruista de las crías da como resultado que sobrevivan más animales jóvenes, y el grupo social se expande. A su vez, esto aumenta las posibilidades de supervivencia de los cuidadores, porque reduce su propio riesgo de ser víctima de un depredador, por ejemplo. Por lo tanto, se incrementa la probabilidad de que puedan reproducirse con éxito más adelante. Ambos mecanismos de selección interactúan positivamente entre sí.

Condiciones ambientales

“Un hallazgo clave de nuestro estudio es que el contexto ambiental determina cuál de estos dos mecanismos de selección entra en juego, es decir, cuál es más significativo para la evolución de la crianza cooperativa”, asegura García Ruiz. Si las condiciones ambientales son favorables (pocos depredadores, exceso de alimentos, etc.), entonces la selección por parentesco es el mecanismo de selección más importante para el cuidado cooperativo.

En cambio, si son menos favorables (más depredadores, falta de alimentos, ambientes impredecibles…), incrementar las posibilidades de supervivencia de los individuos aumentando el número de miembros del grupo es un mecanismo de selección más importante. “Si a un animal le va mejor permaneciendo en su territorio y criando a la descendencia de otros en el grupo, o más bien moviéndose a otro lugar para intentar la reproducción independiente, varía con la edad de un individuo”, sostiene Taborsky. Dependiendo del contexto ambiental, la selección natural favorece que los animales se alejen de su territorio antes o después.

El hallazgo particularmente notable de este estudio es que la importancia relativa de la selección de parentesco y la selección individual varía según el contexto ambiental, y que tanto la edad de los animales como las condiciones ecológicas influyen significativamente en la selección de filopatría y altruismo.

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