ELCHE. (EFE).- Investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante han estudiado los mecanismos moleculares y celulares que dan lugar a las diferentes sensaciones que se experimentan en la superficie del ojo y han logrado la primera representación anatómica y funcional de la superficie ocular en el sistema nervioso central.
Un estudio realizado por el Instituto de Neurociencias (IN) -centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche-, junto al Hospital Nacional de Parapléjicos-SESCAM de Toledo, ha caracterizado por primera vez las neuronas del tálamo y la corteza cerebral que responden a la estimulación de la superficie ocular.
El trabajo, cuyas conclusiones se han publicado en la revista The Journal of Physiology, revela que a lo largo de la vía somatosensorial existen neuronas capaces de responder a distintos tipos de estímulos aplicados sobre la superficie del ojo, y que su diversidad funcional aumenta a medida que se avanza desde el sistema periférico hacia niveles superiores del sistema nervioso central.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron técnicas de electrofisiología, que permitieron explorar la fisiología de los tejidos y las conexiones en ratas mientras les suministraban gotas oculares de diferentes temperaturas, lo que les permitió testar cinco modalidades sensoriales, ha informado el CSIC en una nota difundida este viernes.
La superficie del ojo es sensible a estímulos externos que producen malestar (irritación, sequedad o sensación de arena en los ojos), y a pesar de que estos son los síntomas más relevantes de muchas patologías oculares, se sabe poco sobre los circuitos del sistema nervioso central involucrados en estas percepciones.
“Hasta hace relativamente poco, la sensibilidad y el dolor ocular no habían sido objeto de atención porque estos síntomas apenas existían en el campo de la oftalmología”, ha explicado Juana Gallar, codirectora del laboratorio de Neurobiología Ocular del IN junto con Mari Carmen Acosta, ambas participantes en el estudio.
El estudio muestra la precisa localización de las neuronas talámicas y corticales que reciben información de la superficie ocular, y además analiza cómo se integra la actividad provocada por los estímulos de distintos tipos, que se transmite desde las neuronas sensoriales del trigemino hasta el tálamo y, posteriormente, a la corteza cerebral.
“Hasta ahora se habían caracterizado las neuronas sensoriales primarias, las que están en el ganglio del trigémino; esta es la primera vez que se analizan los estímulos que activan las neuronas del tálamo y la corteza cerebral”, ha explicado Enrique Velasco, investigador del IN y primer autor del artículo.
Este trabajo ha recibido financiación de la Agencia Estatal de Investigación, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (ERDF), el Fondo Social Europeo (ESF) y el programa Horizonte Europa de la Comisión Europea (Marie Skłodowska-Curie Actions), así como del Programa PROMETEO de la Generalitat Valenciana.