Hoy quiero amigo lector hablarte de una guerra remota y decisiva, alejada en el tiempo y en el espacio de la guerra de Ucrania que estos días nos entristece tanto a todos pero cercana a su vez por su carácter crucial.
El conflicto que hoy os quiero ayudar a conocer tuvo lugar en las tierras de los reinos hispánicos, en la España medieval del siglo XIV.
Su curioso nombre es ya interesante: la guerra de los dos Pedros tuvo lugar entre 1356 y 1369. Enfrentó a los dos reinos hispánicos más importantes en aquellos tiempos: la Corona de Castilla y la federal Corona de Aragón.
¿Qué podemos decir sobre este conflicto bélico a gran escala? En primer lugar, nos llama la atención su carácter complejo, de guerra civil hispánica. No es una disputa armada en el que se enfrenten nítidamente aragoneses contra castellanos; encontramos gentes de los dos los reinos en ambos bandos.
¿Cuál fue el “casus belli”, el detonante de la contienda? En realidad nuestros reyes, Pedro el cruel de Castilla y Pedro el ceremonioso de Aragón, se odiaban desde hacía tiempo.
No obstante, podemos afirmar que entre otras disputas una de las principales fue precisamente la que giraba entorno a la posesión del sur de la actual provincia de Alicante, de la ciudad de Alicante hasta Orihuela.
El sur de la Terreta había sido conquistado en el siglo XIII para Castilla por Alfonso X el sabio, pero la Corona de Aragón lo había anexionado a su federal territorio en 1304-05, al quedar incluidas las tierras del Alicante-sur en el Reino de Valencia.
El cruel, como su nombre nos indica, no se andaba con chiquitas y se lanzó a recuperar nuestras tierras, que pertenecieron antaño al castellano Reino de Murcia.
¿Cuál era la situación de la Terreta en este conflictivo contexto? Pues una bien particular como verás amigo lector. El sur de la Terreta estaba bajo dominio de un interesante y mixto personaje, el infante Don Fernando.
Éste era hijo del rey aragonés Alfonso IV el benigno pero su madre era Leonor de Castilla. Fernando, medio castellano medio aragonés, tuvo que tomar partido por un bando. La Terreta sur era una especie de “estado tapón”, de país-a-parte, entre Castilla y Aragón.
Esta indeterminación alicantina la demostró Fernando con su actitud. El primer año de la guerra, de 1356 a 1357, apostó por sumarse al bando castellano de Pedro el cruel. No obstante, avispado y tornadizo, aceptó una buena oferta y se pasó al equipo de Pedro el ceremonioso, que además era su hermanastro.
No quiero enredar mucho el relato así que solo diré que en 1363 don Fernando fue asesinado y, de esta forma, su señorío sur-alicantino fue plenamente reintegrado al Reino de Valencia, pasando a depender de nuevo directamente del rey.
¿Cómo terminó esta contienda decisiva y olvidada? Pues bien, contra todo pronóstico y tras mucha incertidumbre la Corona de Aragón, mucho menos poblada pero más compacta, resultó vencedora.
¿Qué consecuencias alicantinas e hispánicas tuvo este resultado bélico? El sur de nuestra Terreta quedó para siempre ya y sin duda desde 1369 en el Reino de Valencia, Castilla ya no lo reclamó nunca más.
A nivel hispánico la derrota y muerte de Pedro el cruel supuso en Castilla la entronización de una nueva dinastía, la de los Trastámara. Enrique II, el candidato al que había apoyado la Corona de Aragón en esta guerra civil medieval, se hizo con el trono.
Como muchos de vosotros sabréis la dinastía Trastámara es la que, con el tiempo, llevará con el matrimonio de los Reyes Católicos a la unión dinástica de los territorios hispánicos, ya en el siglo XVI con Carlos V.
¿¡Unas repercusiones muy importantes verdad!? Voy cerrando mi artículo de hoy atento lector. Mi objetivo ha sido traer al recuerdo esta olvidada guerra de los dos pedros y animarte a estudiarla y conocerla más.
Fue un conflictivo vital para Alicante y marcó el destino español decisivamente como has podido comprobar.
Malditas y tristes guerras, tan deplorables pero tan cruciales. Tratemos de pensarlas para seguir aprendiendo y comprendiendo un pasado que nos interpela y determina.
Antonio Adsuar es fundador del proyecto-blog www.alicantinismo.com
El Mal no toma vacaciones. Siempre está ahí, esperando su negra oportunidad. El Mal se esconde tras causas religiosas y políticas, agitadas por fanáticos. La sangre de los inocentes riega las páginas de la historia.