Había mucha expectación por escuchar lo que tenía que decir el president de la Generalitat, Carlos Mazón, en su comparecencia de ayer viernes. Entre otros factores, porque pasadas dos semanas de la riada del 29 de octubre Mazón seguía sin aparecer ni dar explicaciones dignas de ese nombre ante la opinión pública.
Cabría pensar que el máximo responsable político de gestionar la peor tragedia natural que se recuerda en estas tierras (que, por mucho que se empeñen en el PP, es Carlos Mazón, y no algún oscuro funcionario de la Confederación Hidrográfica del Júcar o el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez) tendría algo que decir al respecto de su lamentable actuación del día 29 de octubre, tanto cuando apareció ante la opinión pública por la mañana (para decirnos que no era para tanto y que la Dana se iba a Cuenca) como cuando desapareció por la tarde para enclaustrarse con la periodista Maribel Vilaplana en el restaurante "El Ventorro" durante al menos tres horas, mientras la riada ya había afectado a varios municipios valencianos. Por no hablar de su llegada al centro de gestión de emergencias, ya a las 19.30 horas.
Sin embargo, de todo esto, Mazón sólo ha dado algo parecido a una explicación a propósito de su llegada tardía al CECOPI: el tráfico. Sin que sepamos si el tráfico le produjo media hora de retraso o tres, y sin que tampoco sepamos nada al respecto de la "comida privada - de trabajo" que mantuvo antes, y respecto de la cual cabe recordar que inicialmente Presidencia de la Generalitat, es decir, el equipo de Mazón, mintió a los periodistas que preguntaron, afirmando que había estado todo ese tiempo en el Palau de la Generalitat y atento a lo que sucedía con la Dana (algo que manifiestamente no hizo durante su ágape en "El Ventorro").
Mazón no ha reconocido nada remotamente parecido a un error y ha imputado todos los problemas derivados de este desastre al desastre en sí, a la intensidad de las lluvias, o a la incompetencia de los demás. El president está aplicando aquí la clásica hoja de ruta del Partido Popular ante situaciones de este tipo, que ya conocemos de otras ocasiones: no rectificar, no reconocer nunca ningún error, defenderse atacando y atacar mediante una relación con la verdad extraordinariamente singular y exótica. Es una deriva en la que le está acompañando, con diversos grados de entusiasmo, el PP nacional, mientras los demás dirigentes autonómicos (y no digamos otros políticos valencianos del PP, como María José Catalá) se ponen de perfil.
No es para menos. Se trata de una estrategia que sólo conseguirá socavar política y electoralmente a Mazón, pues evidencia hasta qué punto el president no se ha visto afectado por la tragedia (y por su papel en la tragedia), sino por los efectos de la tragedia en su carrera política; esa es su prioridad, y no otra, pues tan mala estrategia electoral es para el PP valenciano meterse en una espiral de crispación y mentiras con un asunto como este, como la única carta que puede jugar Mazón ahora si lo que quiere es tratar de sobrevivir políticamente.
Porque si Mazón reconociera lo evidente, que ignoró las señales de alarma de la Dana, que llegaron por muchas vías, que desdeñó frívolamente adoptar medidas preventivas y que, en fin, estuvo desaparecido del mapa cuando más necesaria era su presencia, tendría que presentar su dimisión. Sus acciones de ese día están inevitablemente ligadas con el resultado horroroso de la Dana en la provincia de Valencia: miles de casas y comercios destruidos, daños materiales ingentes. Más de 200 muertos.
Todo lo anterior tal vez era inevitable (en parte), pero los 200 muertos no. Y para defender que esto es así no hay más que ver lo que ha sucedido con la Dana de esta misma semana, que ha golpeado muy duramente a la provincia de Málaga, pero sin causar fallecidos, porque el presidente andaluz, Juanma Moreno, también del PP, se tomó en serio las medidas de prevención y alertó a los ciudadanos, a diferencia de Mazón. Y un presidente cuyas acciones, o inacción, han contribuido de manera clara a la muerte de tantas personas sólo puede dimitir.
Como esto no está ni por asomo en los planes de Mazón (ni del PP, porque no pueden arriesgarse a una votación parlamentaria de su sustituto/a o a unas nuevas elecciones), ha decidido aguantar y elaborar un "relato" que no se sostiene por ningún sitio y que sólo va a conseguir exasperar más a la población. Entre otros factores, porque es dudoso que los dirigentes que han gestionado este desastre con niveles de negligencia que desafían los peores escenarios que podíamos imaginarnos, incomparables con los demás Gobiernos de la Generalitat (del PP y del PSPV, en solitario o en coalición), puedan ahora gestionar exitosamente la reconstrucción. Por muchos cambios que haga ahora Mazón en su Gobierno. Porque el problema también está en la cúspide.