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DE SANTA MARÍA MAGDALENA A ANTONIA NAVARRO, LA PICHOCHA

Una ruta por la Novelda modernista con las mujeres como referente

15/06/2021 - 

NOVELDA. Desde el Castillo de la Mola de Novelda, se vislumbra la columna vertebral de la provincia de Alicante: el río Vinalopó. Sus aguas saladas, escasas en gran parte de la comarca, se dejan ver en este punto y emergen, además, en forma de pequeños lagos con propiedades exfoliantes (els Clots de la Sal). A su vez, el Vinalopó da nombre al valle semidesértico que, desde hace siglos, sirve de paso natural entre el interior y la costa. No obstante, el espacio que antes ocuparon la vía Heraclea (construida por los griegos) y la vía Augusta (la más importante del Imperio Romano) es ahora atravesado por la línea de tren Alicante-Madrid.

Las condiciones del terreno, bastante árido, lo convirtieron en un lugar sin apenas recursos, por lo que salir adelante en esta zona fue tarea ardua. Sin embargo, la población noveldense consiguió atesorar con el tiempo tres grandes riquezas naturales: la uva, el mármol y las especias. La primera se ha hecho un hueco en el mercado por tratarse de la variedad aledo, la más tardía y, por tanto, la más consumida en Nochevieja. Por su parte, la piedra extraída en las canteras comarcales se transforma en las más de 60 fábricas de mármol ubicadas en Novelda —entre ellas, Levantina—, desde donde se exporta al resto del mundo. Y en lo referente al azafrán y las especias, la marca líder en el sector, Carmencita, también tiene su sede en la ciudad.

Gracias a estos tres productos, en el siglo XIX, se estableció en Novelda una burguesía que quiso llevar a sus casas lo más actual del momento: una corriente cultural surgida en Francia y bautizada como “modernismo”. Frente al clasicismo de las líneas rectas, este pedía volver a la naturaleza y a las formas curvas, además de resaltar la fuerza femenina y la exaltación máxima de la belleza. Así pues, las mujeres de la época decidieron levantar junto al Castillo de la Mola un templo más grande y especial que sustituyera a la ya deteriorada capilla en honor a Santa María Magdalena. Ellas mismas se ocuparon de recoger el capital, y encargaron el proyecto a uno de sus hijos, José Salas Sala, ingeniero de construcciones textiles en Cataluña y conocedor de Gaudí. Las obras empezaron en 1919, aunque no acabaron hasta 1946 por los distintos acontecimientos que se sucedieron en aquel periodo: el crac del 29, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial.

Primera parada: Santuario de Santa María Magdalena

A pesar de las adversidades durante su construcción, el Santuario de Santa María Magdalena continúa en pie y es uno de los edificios más representativos de Novelda (muy diferente, además, de todo lo visitable en la zona). En su interior, el templo adopta la forma de un frasco de perfume, lo que, se supone, simboliza la esencia de la santa, cuya relación con Jesús está representada en los diversos cuadros que cubren las paredes. No obstante, si algo destaca allí dentro, es algo único en el mundo: un órgano fabricado exclusivamente de mármol. En realidad, está inacabado (faltan unos 300 tubos a cada lado), pero un aparato de aire comprimido permite escucharlo como si alguien lo estuviera tocando. El sonido de la piedra es, desde luego, de una dulzura exquisita.

Segunda parada: Casa-Museo Modernista

Visitado el santuario, la ruta continúa en el casco urbano. Una pausa en la plaza de Santa María Magdalena y el grupo de turistas, encabezados por el guía, emprende la calle Mayor. Allí, una pequeña tienda con mucho encanto ofrece a transeúntes productos típicos y artículos de regalo. Unos pasos más adelante, se erige la famosa Casa-Museo Modernista, perteneciente a la Fundación Mediterráneo. Fue la vivienda que Antonia Navarro, conocida como la Pichocha, mandó construir para su hija pequeña, Luisa.

Tras quedarse viuda con sus dos niñas y su madre, Antonia Navarro tomó dos decisiones: que las tierras heredadas de su padre las llevaría ella (y no un hombre de la familia) y que viajaría todo lo posible. Con intuición y mucha inteligencia, empezó a comprar terrenos y acciones y a invertir en eléctricas. Los negocios le dieron grandes frutos y fue la primera mujer en fundar un banco: el Hispano Colonial de Cartagena. Adelantada a su época, llegó a convertirse en una de las fortunas más grandes de España. Por supuesto, aprovechó su riqueza para viajar por toda Europa y fue en París donde descubrió el modernismo.

Así, entre 1900 y 1903, el arquitecto murciano Pedro Cerdán —autor del Casino de Murcia y del Mercado de la Unión— diseñó un palacete de tres plantas con influencia modernista. Justo encima de la puerta, sustentando todo el peso del edificio, sobresale la figura de una mujer. Más arriba, un león es símbolo de fortaleza y defensa, y en la última planta, una corona del triunfo representa el éxito de la Pichocha en lo económico y en lo personal, pues fue capaz de convertir un apodo insultante en un sobrenombre de autoridad.

Dentro, una escalera constituye el tronco de la casa. La barandilla, de hecho, está repleta de hojas de vid que recuerdan cómo empezó todo. Predominan los colores pastel, las formas curvas y, de nuevo, las mujeres soportando el inmueble, pero siempre con semblante alegre y rodeadas de flores. Es la tónica general en todos los techos, auténticas obras de arte. En la planta baja, se sitúan el despacho imperial de Antonia Navarro, una sala de estar, una habitación con cuarto de baño y un comedor de gala, además de un patio interior (con acceso a la capilla) en cuyos azulejos aparecen dibujadas todas sus propiedades. En la primera planta, predomina una gran sala de baile y, en la segunda, las vidrieras de colores. Está prohibido tomar fotos, pero eso solo es mayor motivo para visitarla personalmente.

Tercera parada: el Casino

Tras pasar por el Ayuntamiento y la parroquia de San Pedro, el recorrido sigue en el Casino, un edificio construido en 1888 para que la burguesía pudiera reunirse en un lugar privado. En este sentido, la Pichocha también abrió camino a otras mujeres, que se constituyeron como empresarias o propietarias. Actualmente, de hecho, tanto la Casa-Museo como el Casino tienen mujeres al frente. En este último, aún no se puede entrar por cuestiones sanitarias, pero sí está permitido pasear por sus jardines. Ahora, además, estos disponen de una zona acondicionada para la gente joven, La Bruja, donde se realizan conciertos, barbacoas y fiestas de disfraces entre otros eventos.

Cuarta parada: casa Gómez Tortosa

El trayecto concluye en la casa Gómez Tortosa, la vivienda que Antonia Navarro mandó edificar para su primogénita Carmen. En este caso, sin embargo, solo se visitan el salón y un patio que, en realidad, es más romano que modernista. Numerosas columnas rodean el suelo, vestido con bloques de mármol rojo Alicante. También situado en la calle Mayor, el inmueble es ahora un centro cultural en el que se encuentran la Oficina de Turismo y otras dependencias municipales. No obstante, como la Casa-Museo, puede visitarse a finales de octubre, cuando se celebra en Novelda la feria modernista, en la que se cierra el paso a los vehículos, la gente se viste de época y las casas se abren para el disfrute de turistas y locales.

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