ORIHUELA. Una cesta llena de hortalizas variadas, cada semana, cultivadas de manera agroecológica en la huerta de Orihuela y en venta directa. Es el proyecto de A Pleno Sol, que surgió cuando Karen y Encarni, dos mujeres de Orihuela que habían realizado estudios universitarios relacionados con el medio ambiente, decidieron lanzarse a poner en práctica un proyecto relacionado con la agricultura que reflejara los valores en los que creen.
Y así surgió un proyecto emprendedor, que además, fue premiado por su defensa de la agricultura convencional. Distribuyen el cultivo de temporada en puntos de venta colaboradores en la Vega Baja, y, semanalmente, -cada jueves- dependiendo de los cultivos disponibles, anuncian el contenido de la cesta en su blog y también por email. Los lunes se recogen los pedidos en su punto de reparto.
Este proyecto está muy anclado a los valores de sus creadoras, que pasan por la ausencia de uso de fitosanitarios sintéticos. También enriquecen la estructura del suelo y su fertilidad, con estiércol, abonos orgánicos y minerales, y sacando el máximo rendimiento de los propios recursos de la finca. Para ello, cuentan con su propia trituradora y composteras y se abastecen de estiércol de fincas cercanas con ganado en régimen lo más extensivo posible.
Su cultivo es hortícola, frutal y de plantas silvestres, para mantener la diversidad, respetando el sistema de rotación para conservar el suelo y la asociación de plantas que ayudan a combatir las plagas y enfermedades. Asimismo, emplean semillas autóctonas de variedades tradicionales, mejor adaptadas a las condiciones locales, así recuperan un patrimonio genético que se está perdiendo. A veces colaboran también con la Red de Semillas de la Región de Murcia y nos abastecemos de planta en el Vivero la Almajara. Además, evitan al máximo las formas de contaminación que puedan resultar de las técnicas agrícolas reduciendo el uso de maquinaria y usando el plástico al mínimo.
El proyecto de A Pleno Sol dan gran importancia al trato directo con consumidores, y se les invita a visitar su finca para exponerles las razones y los objetivos de sus actividades. También rescatan prácticas antiguas propias huerta de la Vega Baja y revalorizan tierras en desuso.