La empresa ilicitana Greene ha desarrollado un innovador proceso de gasificación que convierte la basura diaria y otros residuos en energía limpia y ofrece una solución sostenible para acabar con los vertederos de basura.
ELCHE. La empresa Greene Waste to Energy, ubicada en Elche Parque Empresarial, ha diseñado una planta que permite eliminar los residuos, generar energía eléctrica y, como resultado del proceso de gasificación que realiza, produce una ceniza inerte que se puede aplicar en diversos usos en obra civil.
Este innovador proceso de gasificación convierte la basura diaria, residuos industriales o de la agricultura en energía aprovechable en forma de calor y de electricidad. Desde la empresa aseguran que esta técnica es la solución más sostenible con el medio ambiente para acabar con los vertederos de basura orgánica, lodos de depuradora o residuos industriales. De hecho, esta nueva tecnología permitiría reducir hasta el 90% de los residuos sólidos urbanos (RSU) de la provincia de Alicante, que suman más de 840.000 toneladas anuales.
En este sentido, el director comercial de Greene, Jesús Martínez, señala que “el decreto que penaliza el autoconsumo en España hace complicado la implantación de la gasificación aquí. Sin embargo, sería una solución ecológica y rentable para acabar con problemas como el de los vertederos, que en la actualidad son un dolor de cabeza para muchos municipios”.
El proceso de gasificación de Greene está protegido mediante patente mundial y por cada kilo de residuo que procesa obtiene aproximadamente 1 kilovatio de energía eléctrica y más de 1,5 kilovatios de energía térmica.
En la gasificación, la energía de la materia orgánica se convierte en un gas que puede utilizarse como combustible para la obtención de energía en motores, turbinas de gas o calderas. Las cenizas pueden usarse como material de construcción, fertilizante, o en la fabricación de vidrio.
La planta de gasificación diseñada por la empresa ilicitana se puede aplicar a pequeña escala puesto que es rentable a partir de pequeñas estaciones (entre 0,5 y 5 MWe). De hecho, la empresa ya ha presentado varios proyectos para poner en marcha esta tecnología en países como Croacia, Chile, México o Irán.
La propuesta de Greene es respetuosa con las directrices de la Unión Europea que marcan el principio de las cuatro R: reciclar, reducción, reutilización y revalorización energética, y permite trabajar bajo el entorno de los conceptos de economía circular.
Greene nació en 2011 de la mano de cuatro emprendedores químicos de Elche y en la actualidad cuenta con 20 empleados y el respaldo de un inversor privado de la Comunidad Valenciana.