socialmente inquieto / OPINIÓN

Un letón radical en Alicante

5/10/2020 - 

Curioso título que le pongo a este artículo me dirá usted. Y lo es, pero lo merece porque también lo fue este revolucionario, más de palabra que de acción. ¿Quién fue este misterioso personaje? Conocemos su descripción, con algún detalle que le va como anillo al dedo a su carácter y su forma de ser. Así dijeron de él que era "letón, alto, rubio, y con un aire de alucinado", en palabras de Pio Baroja, así como que fue el "rebelde de la melena encendida, roja como un penacho de fuego", según Emilio Carrere. De pelo rubio de origen y rojo de antisistema, parece ser, contestatario y radical.

Protagonista en el Madrid de finales del siglo XIX, es la época de la Restauración en España. Ernesto Bark – que así se llama el protagonista de este escrito - se movió como pez en el agua en los ambientes radicales y bohemios de la capital de España.

Fue amigo de Valle-Inclán, quien escribió sobre él - en "Luces de Bohemia" - el personaje de nombre Basilio Soulinake. En la escena décima tercia lo menciona al manifestar que "aparece en la puerta un hombre alto, abotonado, escueto, grandes barbas rojas de judío anarquista y ojos envidiosos, bajo el testuz de bisonte obstinado. Es un fripón periodista alemán, fichado en los registros policíacos como anarquista ruso y conocido por el falso nombre de Basilio Soulinake". A Bark no le gustó nada esta descripción y lo demostró dándole a Valle-Inclán un montón de bastonazos en venganza por su disgusto. Para Bark, quien buscaba otro tipo de protagonismo, debió de pensar que tontería ninguna, y así lo demostró.

En el prólogo del libro de Ernesto Bark titulado "Modernismo", Valerio Díaz lo describe, de forma exagerada propio de la época, como "un extranjero que ha corrido el mundo. Emigrado político, perseguido sin tregua ni descanso por varios gobiernos, combatiendo siempre, escribiendo correctamente en varias lenguas, solicitado por periódicos de todo el mundo, es acaso el propagandista más brioso, más incansable, más emprendedor, que se ha visto perseguido siempre…". Ya ven, de fuertes convicciones.

Ernesto Bark fue escritor, profesor de idiomas, traductor y activista de causas perdidas. Sobre España escribió varios libros, el primero de título "Wanderugen in Spanienh and Portugal" (1883), y le siguieron otros: "España y el extranjero" (1888), "La libertad religiosa en España" (1889), y "La prensa española" (1889). Pero más que por estas obras, destacó por ser cofundador de la revista Germinal (1887) con Eduardo Zamacois. El nombre de Germinal lo puso como rebeldía política. Esta revista aglutinó a los escritores más innovadores de su época.

Huyendo de Madrid, se instaló en Alicante. Entonces era alcalde el conservador Manuel Gómiz (1890-93), elegido por la Reina Regente María Cristina de Habsburgo-Lorena. Fue nombrado para el bienio liberal y, después también, para el bienio conservador. Gómiz era conciliador, manifestaba tener amigos tanto en el sector monárquico como en el republicano, como debe ser, la amistad no debería tener ideología. Aquella época es la del Alicante del Ensanche y por serlo de la posibilidad de múltiples oportunidades para los emprendedores de la ciudad y de los que vinieran de fuera con las ideas claras.

Ernesto Bark vivió dos años en Alicante. Se hospedó en una casa solariega en la calle Cienfuegos, número 18. Se implicó desde el principio en la sociedad alicantina como uno más involucrándose en las actividades cotidianas, formando parte activa de la vida cultural y política de la ciudad. Participó en numerosas tertulias donde exponía sus ideas, contaba sus historias de la vieja Rusia, su posición anti zarista, y sus viajes por varios países europeos.

Colaboró en El Crisol, semanario alicantino, con un activo grupo de alicantinos librepensadores interesados en la reforma educativa. Ejerció de profesor de idiomas y de traductor, manifestando sus cualidades en un anuncio en El Crisol: "inglés, alemán, por el profesor del Ateneo Científico de Madrid D. Ernesto Bark. En tres meses a 25 pesetas traduce con facilidad y se habla un poco. Traducciones de francés, italiano, ruso, polaco, portugués inglés y alemán, una peseta las cien palabras. Intervenciones editoriales y literarias con todos los países" (8 agosto 1891). Original, no cabe duda que lo fue. Vean si no eso que dice "…. En tres meses a 25 pesetas se habla un poco….". ¿Sólo un poco? ¿Sinceridad o cara dura?, usted dirá.

Además de las actividades mencionadas, también se dedicó al periodismo. Era un entusiasta de la prensa y de su poder de influencia, su capacidad de marcar tendencia, su posibilidad de influir en el devenir cotidiano orientando la información en un sentido determinado, manipulando para alcanzar el efecto que se quería conseguir en el lector. Según Dolores Thion Soriano-Mollá, doctora por la Universidad de Alicante y Catedrática de Literatura e Historia Cultural españolas en la Universidad de Pau (Francia), "en tanto que fuerza política y social, Bark está convencido que el periodismo puede modificar los destinos de los pueblos introduciendo pequeñas variaciones del sentir y pensar nacionales". Cuando Ernesto Bark llegó a España era corresponsal de la Gaceta de Colonia y del Diario Nacional de Francfurt y había creado diversos periódicos.

En Alicante encontró la paz y el sosiego que no tuvo en Madrid, según Bark cita al principio de la novela "Los vencidos", escrita en esta ciudad precisamente por eso. Como la mayoría de las novelas de entonces, se publicó en varias entregas en un periódico en formato folletín. En este caso fue a través de "El Liberal". En "Ecos sociales" se leía de la primera entrega que "hoy comenzamos a publicar en el folletín una preciosa novela original del distinguido escritor alemán Mr. Ernesto Bark" (23 junio 1891). En El Crisol también se anunció esta obra literaria citándola como "novela política contemporánea, que es un verdadero resumen del socialismo internacional y una verídica historia del movimiento revolucionario en Rusia" (19 julio 1891).

Según Juan Antonio Ríos Carratalá, catedrático de Literatura española de la Universidad de Alicante, "Los vencidos constituye una mezcla de novela de aventuras y folletín, memorias del propio autor, divulgación filosófica, ensayo político e histórico, y texto propagandístico". Ya ven que todo cabía para cumplir con sus intereses, para divulgar sus ideas, para hacer propaganda de sus criterios. Ríos Carratalá añade que las aventuras de Erico Orloff, joven aristócrata protagonista de la novela, "en su labor revolucionaria por los países europeos, sus apasionados amores con una bella malagueña hasta el feliz casamiento y su altruista lucha contra el fanatismo y el absolutismo, acaban siendo componentes típicos de un relato de aventuras y amores de la novela popular de la época".

Ernesto Bark, este letón revolucionario como lo llamaba Pio Baroja, destacó en el ambiente provinciano alicantino, en un entorno tranquilo, lejos de la revolución política que precocinada y sin llegar a convencer. De Alicante se fue a Cartagena y luego volvió a Madrid, para seguir predicando sus postulados revolucionarios. Y así lo recordamos como un idealista, ególatra y de convicciones fuertes. Como dice Ríos Carratalá, "su mejor obra fue su propia vida". Pues eso.