ALICANTE (EP). Se calcula que la eyaculación precoz afecta a entre el 30 y el 83 por ciento de los hombres. La amplia gama de prevalencia se debe a la falta de una definición ampliamente aceptada, lo que dificulta el diseño de los estudios y, además, la enfermedad tiene pocos tratamientos farmacológicos. Por ejemplo, la dapoxetina está aprobada para su uso fuera de Estados Unidos, mientras que otras opciones no autorizadas que se utilizan a menudo son los anestésicos locales, la clomipramina y el tramadol. Sin embargo, muchas de estas intervenciones tienen efectos secundarios.
Ahora, un nuevo estudio revisado por expertos y realizado por la Universidad Anglia Ruskin (ARU), en Cambridge (Reino Unido) sugiere que el ejercicio parece ser una forma potencialmente eficaz de tratar la eyaculación precoz. El estudio examinó las intervenciones no farmacológicas y su aumento del tiempo de latencia, que es el tiempo que se tarda en eyacular.
En el nuevo estudio, publicado en la revista 'Trends in Urology and Men's Health', los investigadores revisaron 54 estudios, en los que participaron 3.485 personas de todo el mundo, publicados en los últimos 49 años.
Los investigadores encontraron que la actividad física como intervención tuvo resultados prometedores en muchos de los estudios, demostrando ser tan efectiva como los fármacos pero sin efectos secundarios asociados. Un estudio incluido en la revisión descubrió que correr durante 30 minutos, cinco veces por semana, tenía tanto efecto sobre el tiempo de latencia como tomar dapoxetina. Otro estudio incluido en la investigación sugirió que realizar ejercicios del suelo pélvico aumentaba el tiempo de latencia de una media de un minuto a tres minutos.
La investigación también analizó enfoques que utilizaban diversas formas de psicoterapia, y los estudios mostraron resultados generalmente positivos en el aumento del tiempo de latencia.
"Sabemos que la eyaculación precoz es un problema de salud pública, es una dolencia común entre los hombres de todo el mundo. La falta de una definición clara de lo que es o no eyaculación precoz tiene repercusiones en términos de tratamiento, y hay relativamente pocos fármacos eficaces disponibles", ha explicado el autor principal, Lee Smith, catedrático de Salud Pública de la AR.
"Nuestro artículo es una revisión exhaustiva de los estudios sobre intervenciones no farmacológicas para esta dolencia tan común, y hay indicios claros de que el ejercicio físico, como correr y trabajar los músculos del suelo pélvico, resulta prometedor en varios estudios", ha indicado.
Así las cosas, llama a hacer más estudios al respecto. "Dado que los fármacos suelen tener efectos secundarios, parece que, después de todo, la mejor medicina para evitar la eyaculación precoz bien podría residir en el ejercicio, y esta posibilidad requiere estudios más amplios y una mayor investigación", ha concluido.