ALICANTE (EFE).- Del aura de misticismo que rodeaba en el siglo XIX a los pigmeos de África Central se ha pasado a un interés científico por desentrañar las incógnitas aún pendientes sobre estas poblaciones, ya que representan uno de los pocos modelos biológicos humanos que quedan en el Planeta para comprender nuestro orígenes.
Un trabajo conjunto de los antropólogos especialistas en ecología dental Alejandro Romero (Universidad de Alicante) y Alejandro Pérez-Pérez (Universidad de Barcelona), junto a Fernando Ramírez-Rozzi, de la Université Paris V y referente internacional en el estudio de la biología de los pigmeos, ha revelado una "sorpresa" sobre estas poblaciones, cuya altura no sobrepasa los 1,55 metros.
Esta investigación se ha llevado a cabo con grupos de cazadores-recolectores pigmeos Baka de la localidad de Le Bosquet, en el sureste de Camerún, en plena selva tropical de África Central, y ha constatado que el tamaño de sus dientes es más grande en comparación con el de tribus vecinas de bantúes no pigmeas de mayor estatura, los Mvae y Yassa (de entre 1,65 y 1,70 metros de altura).
"La conclusión fundamental de nuestro estudio es que hemos resuelto el paradigma de la alometría negativa en pigmeos en relación a la altura y el tamaño dental"; esto es, que la baja estatura de estas poblaciones se asocia a dientes grandes, ha explicado Alejandro Romero, del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Alicante (UA), en una entrevista con EFE.
Ha asegurado que la información extraída de este trabajo es "excepcional y única", además de suponer un "valor añadido" para abrir nuevas líneas de investigación acerca de una sociedad que presenta "un fenotipo particular, vive en selva cerrada tropical y mantiene un modo de vida ancestral", como hace 200.000 años.
Pero a diferencia de otros estudios anteriores publicados, éste es el primero acerca de los pigmeos que se ha realizado con muestras de individuos vivos, tras más de diez años de campañas de trabajo sobre el terreno y gracias también a una misión de monjas francesas asentada en aquella zona, donde, desde los años 80, ha ido registrando los nacimientos en Le Bosquet, ha destacado Romero.
"Se trata de un censo de edad único en el mundo" correspondiente a una tribu de cazadores-recolectores que "permite analizar rigurosamente los cambios en el desarrollo de los individuos", ha señalado.
Esto significa, ha resaltado el científico, que "por primera vez en la historia se puede conocer a un baka niño o adolescente y saber su edad exacta". En el censo de estas misioneras francesas figura, entre otros datos, la fecha concreta del nacimiento de unos ochocientos niños Baka.
Con el trabajo conjunto de estos tres investigadores se obtuvieron moldes dentales 'in vivo' de 120 individuos juveniles (15/16 años) y adultos (máximo de 35 años) de ambos sexos en esta población de pigmeos Baka de Le Bosquet y en otros grupos bantúes agricultores, como los Mvae y Yassa, que habitan en el distrito Campo, en la costa de Camerún.
Estos moldes sirvieron para diseñar réplicas de alta resolución en el laboratorio del Departamento de Biotecnología de la UA y, a partir de imágenes digitales, se registraron medidas morfológicas relativas al tamaño de los dientes anteriores y postcaninos.
"En el futuro seguiremos trabajando con estas muestras para el análisis de la forma y el tamaño de los dientes", cuya configuración va "muy pareja con el movimiento genético en las poblaciones humanas", ha avanzado Romero.
"Los dientes escriben nuestra historia evolutiva", ha desvelado este experto, para quien el tamaño dental de los pigmeos, bastante grande en proporción a su estatura, puede deberse a "una retención de carácter ancestral"; es decir, el modelo del diente de estos individuos no ha evolucionado y "se parece más al de las especies homínidas de hace un millón de años".
El trabajo de Alejandro Romero, Fernando Ramírez-Rozzi y Alejandro Pérez-Pérez ha sido publicado en el American Journal of Physical Anthropology.