ALICANTE. Un entrenador de garantías y refuerzos que permitan elevar el nivel de la plantilla. La receta está clara, otra cosa es conseguir los ingredientes y por si a alguien le quedaba alguna duda, Christian Bragarnik advertía este miércoles que lo anterior no va a ser fácil, llegando a precisar que usando el margen salarial disponible y/o incrementándolo da para un retoque que afecte al 20% de la plantilla (se entiende que un retoque que permita mejorar lo que hay, pues por cambiar, se pueden cambiar todos los jugadores, pero no mejorando el nivel).
Esta vez aparcaba Instagram y optaba por la fórmula de la "carta a la afición", en la que hacía un llamamiento a la unidad, pero también recordaba que él es el que manda, que para eso se juega el dinero. El empresario argentino, que se encuentra fuera de España desde la semana pasada, asumía como propios (eso faltaba) los errores de planificación, al tiempo que rechazaba de plano todas las acusaciones e insinuaciones (más o menos veladas) de que haya habido mala fe por su parte.
El Elche se va al parón de casi dos meses en LaLiga Santander por la disputa del Mundial de Catar a 8 puntos de la salvación. Lo anterior unido a la imagen que ha ofrecido el equipo en las dos últimas jornadas le sitúa a medio paso de tener ya solo a las matemáticas como aliada.
Partiendo de la base de que a toro pasado es fácil pasar factura, la realidad del equipo (juego y resultados) es consecuencia de una concatenación de errores cometidos (o consentidos) por Bragarnik que arrancan en el verano, con una política de refuerzos y un plan de pretemporada que se han confirmado como los peores. Los vaivenes en el banquillo, lejos de ayudar a corregir lo anterior, han agravado el problema sobremanera: Francisco Rodríguez fue destituido a destiempo y la elección del sustituto, Jorge Almirón, fue tan tardía como errónea. Por si con lo anterior no bastase, mientras que el preparador interino que hizo la transición entre el almeriense y el argentino fue Alberto Gallego, entrenador del Ilicitano, ahora se ha optado por Sergio Mantecón, el secretario técnico. Y entre volantazo y volantazo, las opciones de garantías para hacerse cargo del equipo se han ido cayendo, hasta el punto de que la que parecía (a todo el mundo menos a Bragarnik) la mejor (a todos los niveles) tanto hace un mes como ahora, la de Paco López, se ha escapado porque el técnico sillero se ha hecho cargo de un conjunto que milita en LaLiga SmartBank.
Bragarnik apuntaba este miércoles que "en los próximos días elegiremos al nuevo míster". Usaba la primera persona del plural. Veremos porque Sebastián Beccacece (cuyo nombre -con permiso del Panel JIRA de UEFA- sigue sobre la mesa, que nadie se llame a engaño) o Almirón no parecían una elección colegiada precisamente.