ALICANTE. Un abogado amigo de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM) Vicente Sala que murió tras recibir dos tiros a quemarropa, le aconsejó unas semanas antes del crimen que contratase a un "guardaespaldas".
Así lo declaró a la Policía el hijo de la fallecida, Vicente Sala Martínez, el pasado 10 de diciembre, un día después del crimen por el que se encuentra en prisión un yerno de la víctima, Miguel López, tal y como consta en las diligencias policiales sobre el crimen a las que ha tenido acceso Efe.
Vicente Sala Martínez es el único hijo varón de María del Carmen Martínez y a quien pretendía legar la "acción de oro" que le otorgaba todo el poder en las empresas de la familia en detrimento de sus hermanas.
Según reveló a los agentes, su madre le contó que un amigo le había advertido de que se "oían rumores", por lo que le había propuesto que aumentara su protección personal.
La hermana de la víctima, Antonia Martínez, y el citado amigo, identificado como A.M.S., confirmaron en sus respectivas declaraciones ante los agentes la existencia de esa conversación.
La primera aseguró que el abogado había prevenido a su hermana y le había recomendado que "tuviera cuidado" y no fuera "sola a ninguna parte", aunque ella no le hizo caso al no sentirse "amenazada".
Por su parte, A.M.S., que era amigo del matrimonio Vicente Sala-Martínez, al que había representado en algunos asuntos de sus empresas, ratificó que había aconsejado a la mujer que reforzase su "seguridad personal".
Lo hizo, según su testimonio, después de que María del Carmen Martínez le expusiese que alguien había estado "registrando los cajones de su vivienda" y que se habían revuelto varios documentos, entre ellos los de las capitulaciones matrimoniales.
A.M.S. observó que esa acción tenía que haber sido ejecutada por "personas con conocimientos técnicos-jurídicos", por lo que tenía que ser "ajeno a la familia o alguien que hubiera recibido instrucciones al respecto".
Ese presunto allanamiento de morada coincide con lo declarado a la propia Policía por Antonia Martínez, quien dijo haber echado en falta en noviembre pasado varias joyas en la caja fuerte de la vivienda que compartía con la víctima, aunque no lo había denunciado.
Por su parte, las tres hijas de María del Carmen Martínez admitieron a los agentes que habían accedido a la caja fuerte donde su madre guardaba las joyas para inventariarlas y fotografiarlas "por consejo de los abogados", aunque negaron cualquier robo.
Una de las hijas de la fallecida, María Antonia Sala, reconoció que habían cogido la llave de la caja fuerte y que habían acudido a un notario con las joyas para fotografiarlas y levantar un acta, pues pertenecían, según ella, a su padre, aunque matizó que las habían vuelto a "dejar en su sitio".
Otra hija, María del Mar, justificó que tomaron esta decisión tras ser cesadas por su madre del consejo de administración de la empresa familiar "por si en un futuro desaparecían" las joyas, y añadió que la difunta tenía también en su poder cuadros de valor y antigüedades pertenecientes a su padre que igualmente ellas inventariaron.