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Pese a su difícil diagnóstico, el tratamiento del linfoma tiene tasas de éxito altas

Tratamiento del linfoma Quirónsalud Alicante y Torrevieja

17/08/2023 - 

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, los linfomas suponen alrededor del 4% de todos los cánceres detectados en España.

El número de casos nuevos de linfoma en nuestro país es de 10 por cada 100.000 habitantes, una cifra similar a la media europea (9,8 casos por cada 100.000 habitantes y año).

Algo más frecuente en hombres que en mujeres (el 60% de los diagnósticos afecta a varones), algunos subtipos de linfoma, como el de Hodgkin, se consideran raros por su baja incidencia (2,4 casos nuevos por cada 100.000 habitantes y año), aunque suelen afectar mayoritariamente a la población joven (entre los 16 y los 40 años).

La variedad de subtipos y comportamientos hacen que el pronóstico del linfoma sea complicado, ya que la enfermedad suele detectarse en etapas avanzadas.

Aun así, algunos tipos de linfoma tienen un elevado porcentaje de supervivencia tras el tratamiento si los comparamos con otros tipos de cáncer.

¿Qué es el linfoma y a qué partes del organismo afecta?

Un linfoma es una proliferación neoplásica (crecimiento excesivo e incontrolado de tejidos) que afecta a los linfocitos, las células del sistema inmune responsables de la defensa del organismo frente a infecciones o tumores.

Los linfocitos están distribuidos por todo el cuerpo: aunque se localizan mayoritariamente en los ganglios, los vasos linfáticos, el bazo y el timo, se encuentran aisladamente en cualquier órgano.

Esto dificulta que los especialistas puedan detectar el origen de posibles alteraciones como un crecimiento anormal.

«En principio, no hay diferencias conceptuales ni de manejo entre un linfoma y cualquier otro tipo de cáncer, ya que en se trata de proliferaciones celulares desordenadas, que tienden a formas masas tumorales y a desarrollar tumores en otras partes del cuerpo como cualquier cáncer», explica el Dr. Joseba Rebollo, oncólogo de Quirónsalud Torrevieja y Alicante.

«Sin embargo, el linfoma tiene la peculiaridad de que es más complicado situar su origen. Esto lo diferencia de otros tipos de cáncer cuyas metástasis guardan las características de la célula original y del órgano del que proceden, y también puede retrasar su diagnóstico». 

¿Cuáles son las causas de su aparición? ¿Tiene un origen hereditario?

«En la actualidad no se reconoce un gen hereditario responsable de predisponer a un linfoma», comenta el Dr. Rebollo.

Aun así, algunos estudios sugieren que las personas con familiares en primer grado afectados por esta enfermedad tienen mayores posibilidades de sufrirla.

Otras situaciones que debilitan el sistema inmunológico y que pueden aumentar el riesgo de aparición de un linfoma son: 

  • La infección por ciertos virus como HTLV1, SIDA, Epstein-Barr, hepatitis C o infecciones crónicas como el helicobacter pylori. 
  • Los estados de inmunodeficiencia crónica como el SIDA o los trasplantes de órganos sólidos.
  • El contacto con determinadas sustancias como los bencenos y algunos insecticidas o herbicidas.
  • Haber recibido quimioterapia o radioterapias para el tratamiento de tumores anteriores.

¿Hay diferentes tipos de linfomas? ¿Cuáles son sus síntomas?

Básicamente, se distinguen dos tipos de linfomas: los linfomas de Hodgkin (que tiene diferentes formas de presentación) y los linfomas no Hodgkin (que son un “cajón de sastre” de linfomas muy diversos, de diferente naturaleza, pronóstico y forma de ser tratados). 

«Todos ellos, a su vez, también se diferencian del subtipo de linfocito del que proceden. Por ejemplo, los linfomas no Hodgkin se dividen en linfomas de células B (que tiene una quincena de subtipos de diferentes linfocitos B) y linfomas de linfocitos T (que suponen otra media docena de subtipos diferentes)», añade el Dr. Joseba Rebollo.

Respecto a su sintomatología, este tipo de tumores se manifiestan inicialmente como «ganglios aumentados de tamaño, muchas veces en zonas autopalpables y fáciles de localizar, como el cuello, las axilas o las ingles». 

Otros síntomas frecuentes del linfoma y que pueden llevarnos a consultar con el médico son tos o dificultad de respirar por crecimiento masivo de ganglios en la zona interna torácica (mediastino), cansancio, fiebre (no infecciosa), sudoración (nocturna) y pérdida de peso.

Además, este tipo de cáncer puede generar otros síntomas específicos por la compresión de estructuras anatómicas vecinas, como dolor en el abdomen, el pecho y los huesos, o abdomen manifiestamente hinchado.

¿Se puede curar el linfoma? ¿Qué tratamientos se aplican en centros como Quirónsalud Alicante y Torrevieja?

El linfoma abarca un amplio rango de enfermedades de origen y comportamiento muy diverso, lo que dificulta un diagnóstico preciso.

Será necesario realizar pruebas como analítica de sangre, biopsias de ganglios y de médula ósea, punción lumbar, radiografía de tórax o TC, además de otras pruebas específicas para detectar si se ha propagado y por qué partes del cuerpo (exploración PET, gammagrafía ósea, exploración por RMN, ultrasonido abdominal, etc.).

El Dr. Rebollo añade que el linfoma es una enfermedad «altamente curable en comparación con otros cánceres habituales, incluso cuando el diagnóstico se realiza en estadios avanzados».

El abordaje estándar y con un alto porcentaje de eficacia es la quimioterapia, aunque no es el único.

De hecho, el tratamiento del linfoma siempre ha sido un modelo terapéutico avanzado y aplicable a  otras neoplasias (multiplicación o crecimiento anormal de células en un tejido del organismo), lo que facilita que haya investigaciones punteras en este campo.

«Desde hace unas décadas, se han introducido anticuerpos monoclonales que se combinan con la quimioterapia, mejorando todavía más su eficacia», comenta el especialista en oncología de Quirónsalud Alicante y Torrevieja

«La radioterapia se ha aplicado en algunos casos y también se están incorporando fármacos dirigidos a dianas específicas con una muy alta eficacia. Además, como la investigación es tan abundante, en el tratamiento del linfoma se están incorporando nuevos conceptos como la inmunoterapia con anticuerpos bioespecíficos o las células CART, que pueden ser revolucionarios». 


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