BENIDORM. Lleva en la política más de la mitad de su vida, desde el 1991, siempre desde el Partido Popular de Benidorm. Su vinculación a las fiestas de la localidad que le vio nacer, conocida es su faceta como xirimiter, le acerca más al pueblo de lo que es normal en un alcalde de una ciudad pequeña. No ha sido hasta el 2015 cuando ganó las elecciones como cabeza de lista. Pero, además de ser el primer edil de la localidad, también lleva las concejalías de Educación y Turismo...
- ¿Cómo interpreta la caída de ocupación en julio?
Los datos son buenísimos, otra cosa es que en ocupación no se hayan cubierto las expectativas, que eran muy amplias. Venimos de batir año tras año el récord y 2017 también va a ser un gran año. Creo que vamos a superar las cifras del 2016, en personas y en resultados económicos. Eso sí, la ciudad está pidiendo un pequeño repunte en cuanto a la calidad frente a la cantidad, y eso se refleja en que los precios a los que se está vendiendo Benidorm es un poco más alto al de años atrás. El primer semestre ha funcionado muy bien, el descenso que se ha registrado es sólo del mes de julio.
- ¿Cree que se debe subir el precio de los hoteles?
No, yo lo que creo es que hay que ser muy inteligente en cuanto a la gestión. Lo que tiene que mejorar y crecer es la calidad de la oferta de la ciudad, eso sin duda. Tanto en el sector privado, que yo creo que se está haciendo un esfuerzo muy grande, como por el sector público, que en este caso creo que en dos años el Ayuntamiento ha retomado el pulso de la realidad de Benidorm. Y poco a poco, porque los recursos son los que son, los cambios se ven en escena urbana, en el pequeño detalle y en obras importantes que hacía mucho tiempo que no se veían en la ciudad. Y eso lo que hace es elevar la sensación de una ciudad renovada.
- ¿Se busca huir de la masificación?
Pero no tengamos complejos. Nosotros somos una referencia del turismo de sol y playa para todo el mundo,. Somos un destino pionero en un turismo también de masas. Sólo se da turismo donde hay paz, no puede haber mensaje más bonito. Y Benidorm lo que ofrece es felicidad en el conjunto. Mientras la ciudad tenga la capacidad de atender a todos, sin tocar techo pero con calidad, estaremos en la senda del trabajo bien hecho. Lo que no hay que venderse es a la cantidad por si.
- ¿Está a favor de la tasa a apartamentos turísticos que quiere implantar València?
Cada ciudad y cada territorio tiene su problemática, en el caso de Benidorm me muestro en contra. ¿Qué voy a conseguir, que se vayan al municipio de al lado? Yo creo que es una actuación que hay que ver desde más arriba, desde el nivel autonómico porque hay zonas en los que el arreglo de unos puede ser pervertido por otros. El objetivo al final solo es recaudar. Yo creo que uno de los pasos más importantes es saber que quien está hoy haciendo un negocio, porque economía colaborativa es un eufemismo, es un subterfugio para no contribuir a lo común. Quien está haciendo de esto un negocio evadiendo impuestos está perjudicando al conjunto de la sociedad. Y eso sí que hay que atacarlo, pero no los ayuntamientos con una tasa.
- ¿Sería posible delimitar zonas sin apartamentos turísticos como plantea Hosbec?
Nosotros estamos explorando otras vías, no con zonas sino por edificios: que en todo el termino no pueda haber un número de viviendas en alquiler fuera de lo que es un apartamento turístico no reglado. Es decir, un número mayor de una cifra que tasemos nosotros para que no se concentre todo ese alojamiento en una determinada zona. Pero para Benidorm no es uno de sus problemas más significativos.
- ¿Benidorm corre riesgo de sufrir turismofobia?
Todo podría ocurrir, pero desde luego que en Benidorm no se dan los mimbres para ello. Si alguien tiene dudas de que esta ciudad vive gracias al turismo y es una referencia a nivel mundial, nos equivocamos en este camino, en el concepto de ciudad. No nos podemos dedicar a otra cosa. Todo eso lo que tiene que hacernos es estar en alerta de que hay intereses creados también para vender como turismofobia lo que no es.
Hay algunos que se asustan de la realidad de ahora, pero es la misma que había en los años 80, cuando en aquel momento un joven como yo sabe en la actualidad que la ciudad no ha cambiado. Todo el mundo tiene que ser consciente de que vive del turismo, y de la hospitalidad, de ser siempre amables.
- ¿La turismofobia ha desbancado al brexit en cuanto a preocupación del sector?
No, no, hay que ver la evolución. Este año la consecuencia directa del brexit no se ha manifestado. De hecho, todo lo contrario. Yo creo que hubo un gran número de reservas muy anticipadas precisamente por este temor y el comportamiento de la libra, porque esto último es lo que perjudicará o no.
- ¿Cómo ve la política turística del Consell?
Yo creo que Francesc Colomer es una isla dentro de una política del Consell que es errática en ese segmento. Algunos consellers y miembros del gobierno valenciano están trasladando permanentemente el mensaje de incluir la tasa, pero en realidad no han llegado ni siquiera a preocuparse por el funcionamiento del sector. Colomer es un conocedor porque viene de una alcaldía de una ciudad turística y sabe perfectamente que los márgenes son estrechos, en ellos está la competitividad. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para ser cada día mejores, a veces para obtener el mismo rendimiento. Y todo ello tiene que ir acompañado de una acción decidida de las otras administraciones.
- Se está ultimando la nueva ley turística...
La nueva ley de Hospitalidad, que tiene muy buenas palabras, y posiblemente buenas consecuencias, hace turísticos todos los municipios de la Comunitat. Pero lo que va a hacer es dejarnos sin financiación a los municipios turísticos conseguida por la Ley del Turismo de la Comunitat que en el año 98 ya nos tasaba como tales y nos daba con convenios unas compensaciones económicas muy importantes. Entonces, eso de que Benidorm no es municipio turístico y que no recibe dinero no es verdad.
- Entonces, ¿podría quedarse sin esta aportación?
A nivel autonómico había una ley, con rango de ley, que marcaba las condiciones de un municipio turístico y además le daba una financiación. Esos convenios ahora mismo están en el aire porque con la nueva ley se suprime esa figura del convenio. A todo el mundo se le llena la boca diciendo que Madrid no nos reconoce como municipio turístico, pero la ley valenciana sí que lo hacía a través de un convenio, así que por lo menos que nos deje con eso.
- También lleva la concejalía de Educación, ¿qué opinión le merece el decreto de plurilingüismo?
Yo creo que la Comunitat ha tenido un sistema con una oferta muy consolidada. No había que tocar nada porque iba creciendo de forma sólida la posibilidad de capacitar al alumnado en las dos lenguas oficiales, y yo con ese sistema estaba de acuerdo. La prueba es que al final alguien quiere retorcer con prisas lo que ya está funcionando bien de forma manifiesta. Yo creo que la Educación ahora necesita menos debates de ese tipo y lo que requiere es la inversión que nos prometieron porque en el ámbito educativo en Benidorm lo único que hemos visto es ver recortado nuestras lineas de autobús, y de usuarios que se beneficiaban de ella. A día de hoy, no ha habido inversión alguna en ese ámbito por parte de conselleria.
- ¿Cómo es la relación entre el gobierno local y el autonómico?
Hasta hace dos años parecía que una administración local de dos partidos distintos no podían entenderse con una autonomía. Mi equipo y yo desde que llegamos entendimos que en Educación hay que dejar a un lado los colores políticos por el beneficio de los vecinos. De hecho, en el ámbito educativo estamos colaborando mucho más que cualquier otro ayuntamiento, gobernado por ejemplo por Compromis, el partido del que es el conseller, o por el PSOE, partido del que es el presidente de la Generalitat. Y aquí gobierna el PP. Y ahora hemos asumido algunas obras que hace unos años eran competencia de otros.
- Entonces ahora hay más diálogo...
Yo sólo quiero decir que ahora el diálogo es más leal y sincero. Aquí yo no tengo dudas cuando tengo recursos en ayudar a la Conselleria a completar unas obras, como por ejemplo el CEIP Vasco Núñez de Balboa. Al final, un año después las únicas obras que se han hecho son las del Ayuntamiento. De la Generalitat no ha visto ni un duro. Decían que iban a hacer una obra de 300.000 euros, que incluye cambiar el tejado. Y al final he cambiado yo el tejado y... ¿tú has visto la obra de la Generalitat? No influye. Nosotros tenemos que ser leales, pero no solo por la lealtad de las administraciones. A veces hecho de menos esa lealtad en su propio partido a nivel local.