Recuerdo que hace unos pocos años me sorprendió la fascinación que tuvo en mis dos hijos (de 15 y 13 años) la red social TikTok. Los oía reírse de forma de forma desbocada hipnotizados por la pantalla. ¿Qué tenía TikTok para suscitar ese interés adolescente, esa atracción que incluso podíamos calificar de adicción? Intuí que probablemente ahí estaba la razón del éxito arrollador de TikTok. La capacidad de encadenarte a la aplicación sin que uno se diera cuenta: para divertirte, hacerte comprar cosas y obtener información muy valiosa. También sucede en otras redes sociales como Instagram, Facebook.. pero en TikTok probablemente hay algunos componentes específicos que la hacen muy especial. Todo esto justifica el interés que ha suscitado en los legisladores norteamericanos y europeos. Se trata de un episodio relevante en el marco de la contienda entre China y Estados Unidos para la supremacía tecnológica como factor clave para alcanzar, en el caso de China o mantenerse, en el caso americano, como potencia hegemónica.
Para entender la importancia de la controversia a continuación veremos algunos datos y repasaremos la historia de la red social. Asimismo nos detendremos en el proyecto de Ley aprobado por la Cámara de los Representantes y las diferentes reacciones que van a suscitarse en ámbitos diferentes.
Actualmente, TikTok tiene más de mil millones de usuarios y se encuentra presente en más de 150 países. Sus orígenes se remontan a 2012 con la fundación en China de ByteDance por el ingeniero de software Zhang Ximing. Éste acaba de regresar de Seattle de una frustrante experiencia profesional en Microsoft de donde fue despedido por, entre otras cosas, sus dificultades con el inglés y por no querer cumplir las estrictas normas de la multinacional. Es frecuente que una dolorosa derrota sea el comienzo de una historia de éxito arrollador. Quizás hay que probar el sabor oscuro de la pérdida para hacerse más fuerte, mejor y alcanzar la victoria. Como cantaba Bob Marley “in the darkness there must come out to light”. El hecho es que ByteDance lanzó un buscador de noticias y contenidos llamado Toutiao que ha funcionado muy bien en China.
Más importante, en 2016 arranca Douyin que es de dónde sale TikTok. De hecho, sigue siendo la red social que realmente se usa en China dónde curiosamente TikTok no tiene prácticamente ninguna implantación. En efecto, Douyin es como la madre china de TikTok. Todo es un poco más salvaje y directo en Douyin. El objeto de esta red social es, como TikTok, compartir y divulgar videos en formato muy corto (no más allá de 15 segundos), impactantes y, en la medida de la posible, virales. Lo cierto es que su éxito fue inmediato y en pocos meses generó millones de descargas y logró 100 millones de usuarios en su mercado de influencia que es China y por extensión Asia. ByteDance adquiere en 2017 otra red social en Estados Unidos que se llamaba Musical.ly diseñada para compartir videos con música, canciones, actuaciones y bailes con lo que se hizo muy popular entre los adolescentes.
En 2018 Musical.ly y Douyin se fusionan y de dicha operación corporativa, nace TikTok. Douyin se diferencia esencialmente de TikTok por contar con un filtro de belleza automático que solo se activa en TikTok si el usuario así lo solicita. En occidente ese filtro de belleza ha sido objeto de polémica por el perverso impacto psicológico que puede provocar en los usuarios más jóvenes. Por otro lado, también es distinta por el hecho de que los anuncios emitidos a través de la aplicación permiten la compra y la venta de los productos ofrecidos de forma directa desde la misma aplicación por lo que todo es más rápido y permite que la experiencia de la compra sea más sencilla e irresistible. Esto la hace una herramienta capitalista de ventas afinada y letal.
No obstante en Douyin las reglas de la casa de la sidra (como llamo yo en la intimidad a las reglas de toda estructura autoritaria) sí que resultan de aplicación. Por lo tanto, cabe afirmar que en Douyin la censura sí que está presente de forma explícita: cualquier disidencia es inexistente y cualquier información política es escrupulosamente filtrada. Así, por ejemplo, si se busca entradas como “Tibet independiente” o “la matanza de Tiananmen” sencillamente no aparecen. No sucede lo mismo en TikTok al buscar la misma información que sí que aparece. Por otro lado, en la línea de la política del gobierno de Pekín (que fue objeto de análisis en esta columna) de tratar de mitigar las situaciones de dependencia generadas por determinadas aplicaciones, el control sobre su uso por menores es mucho más tajante y rígido que en TikTok. En este sentido, respecto de los menores de 14 años, no les está permitido usar la aplicación más de 40 minutos al día, en un horario determinado (nunca entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana) y en ningún caso mostrando contenidos que no son propios para los menores.
En todo caso, ya desde 2019, TikTok alcanza el primer puesto de todas las redes sociales en cuanto al número y volumen de descargas por delante de otras aplicaciones teóricamente más consolidadas como Facebook o Instagram. En 2024 continua ocupando esa primera posición. Sus competidoras la han imitado escandalosamente como Instagram con los reels.
¿Qué hace a TikTok singular y la diferencia? El uso de un algoritmo potentísimo e imbatible a través de herramientas de Inteligencia Artificial que permite las relaciones y la interacción eficaz, dinámica y activa entre los propios usuarios de la aplicación. Así TikTok, por lo que se refiere a la recomendación y personalización de contenidos, resulta certera y precisa. Esto supone que el tiempo que los usuarios dedican a la aplicación se incremente exponencialmente y con ello su capacidad de influencia. Así, se consigue hacerles comprar cosas, informarles de determinadas cuestiones y, por lo tanto, influir en su conducta incluso más allá de lo estrictamente comercial. Y es aquí donde está su peligro.
En una rara muestra de unidad el pasado mes de marzo la Cámara de Representantes aprobó con 325 votos a favor y solo 65 en contra un proyecto de ley con la siguiente denominación, Ley de Protección de los Estadounidenses frente a las aplicaciones controladas por Adversarios Extranjeros. Con esta nueva norma se pretender forzar a ByteDance a que venda en un plazo de seis meses TikTok haciendo que salga del control de la esfera China de ByteDance. El posible comprador deberá ser autorizado y del agrado del gobierno de los Estados Unidos. Obviamente esta norma es uno de los más recientes capítulos (que no de los últimos porque esto va para rato) de este pulso que no es más que una nueva modalidad de guerra fría entre Estados Unidos y China que está configurando la relaciones internacionales contemporáneas.
Al final se trata, como he comentado antes, de quien va a controlar la tecnología en su diferentes manifestaciones desde los semiconductores a la inteligencia artificial. Los legisladores americanos, el propio Presidente incluso los europeos (generalmente ensimismados) han manifestado su preocupación por el hecho de que TikTok sea de propiedad china por suponer un riesgo para la seguridad nacional al permitir a Pekín tener acceso a los datos de los consumidores americanos y europeos respectivamente y por el potencial para desinformarlos e incluso informarlos a través de instrumentos propagandísticos eficaces. Frente a estas acusaciones Tik Tok ha recordado que el 60% de la compañía pertenece a inversores institucionales globales como BlackRock o Susquehanna Internacional Group. Además 3 de los 5 miembros de su Consejo de Administración son americanos. Por otro lado, ByteDance, muy hábilmente, ha invertido más de mil millones de dólares en servidores ubicados en los Estados Unidos operados por Oracle el gigante americano dedicado al almacenamiento en la nube.
Si la Ley entrase en vigor, en el supuesto de que ByteDance no pueda o se niegue a vender TikTok sería ilegal la distribución o la actualización de la aplicación en los Estados Unidos. Cualquier compañía que ofreciese la aplicación o trabajase con TikTok podría ser, de acuerdo con las previsiones del proyecto de Ley, severamente sancionada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. La cuestión es que no va a resultar tan fácil la venta de la aplicación. No olvidemos que en Estados Unidos solo, tiene más de 170 millones de usuarios por lo que su precio sería astronómico.
Por otro lado, los únicos posibles adquirentes de la red social no son otros que las grandes empresas tecnológicas americanas como Google, Meta (el propietario de Facebook o Instagram) o Microsoft. Estas empresas también han sido objeto de control para las autoridades de competencia de los Estados Unidos por lo que difícilmente se les va a permitir aumentar su tamaño e influencia mediante la adquisición de TikTok. Por el lado chino también se plantean problemas regulatorios relevantes. Conviene recordar que a raíz del primer intento de la administración americana (con Trump al frente) de forzar la venta de TikTok, Pekín adoptó una norma que establecía la prohibición de vender empresas chinas que tuviesen en sus activos algoritmos que recomendasen a sus usuarios contenidos por entender que se tratan de activos estratégicos para la seguridad nacional de China.
Todo ello, sin entrar en las dificultades que va tener de prosperar su aprobación en el Senado de Estados Unidos y mucho menos en un año electoral como en el que estamos. De hecho, inconsistentemente con su posicionamiento de 2020, el candidato Trump ha manifestado que se opondrá a la Ley. Sin duda es oportunista ya que de esta forma le va a permitir que contar con el apoyo de algunos de esos 170 millones de usuarios de TikTok que se oponen a dicha Ley.
También es cierto que una prohibición de TikTok beneficiaria entre otros a Meta que ha sido muy crítico con Trump. Todo ello sin entrar en el hecho conocido de que uno de los inversores más relevantes en TikTok, Susquehanna Internacional Group es uno de los mayores donantes de TikTok. Finalmente incluso si se aprobase una Ley de estas características podría atentar contra la libertad de expresión blindada en la constitución norteamericana. Por lo tanto es muy incierto que la Ley prospere.
Lo que ilustra esta controversia es que se trata de cuestiones muy complejas donde se mezclan asuntos de seguridad nacional, constitucionales, de ventaja tecnológica e intereses económicos muy importantes. Es muy difícil adelantar cuál puede ser el desenlace pero lo que es cierto que estamos en un momento decisivo que va a marcar la futura configuración del mundo.