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'Material provocativo para pensar'

El Thyssen de Málaga rinde un homenaje póstumo a José Luis Soler con una exposición de fotografía

13/07/2024 - 

VALÈNCIA. La colección de arte José Luis Soler, antes llamada Colección Per Amor a l’Art, se despliega de nuevo ante el público. Lo hace a través de una exposición que acoge desde esta misma semana el Museo Carmen Thyssen Málaga, que ha presentado la muestra Material provocativo para pensar. Fotografía japonesa contemporánea. Colección José Luis Soler Vila, un proyecto que reúne aproximadamente 150 fotografías de la colección privada y que supone un “homenaje póstumo” a la “extraordinaria labor” como coleccionista del empresario, recientemente fallecido.

Fue en 2014 cuando José Luis Soler, junto a su esposa Susana Lloret, pusieron en marcha la Fundació Per Amor a l’Art, un proyecto que derivó más tarde en la apertura del centro artístico Bombas Gens, que nació con el objetivo de difundir su colección de arte. Desde que hace un año se alcanzara un acuerdo para la explotación del espacio por la empresa Layers of Reality, que ha desplegado en el centro un museo inmersivo, se ha mantenido la duda en torno al destino definitivo de la colección, una respuesta a largo plazo que se mantiene como incógnita, pero que a corto se resuelve con un nuevo proyecto expositivo de la mano del Thyssen que asegura su divulgación.

“Nunca pensé que esta exposición con la que colaboramos desde hace meses con tanto cariño fuera a convertirse en un homenaje póstumo a mi marido. Pero así es. Y pone de manifiesto algo que para él fue siempre esencial: que la colección aportara valor, y por lo tanto trascendiera al tiempo en que se construyó, al espacio en el que originalmente se mostró, y a la persona que la soñó y la hizo realidad”, expresó la vicepresidenta de la Fundació Per Amor a l’Art, Susana Lloret, durante la presentación de la muestra, que sumó al director general de Coanfi, Sergio Angusto; y el gerente y la directora artística del Museo Carmen Thyssen Málaga, Javier Ferrer y Lourdes Moreno.

A través de Material provocativo para pensar, el Museo Carmen Thyssen Málaga reúne cerca de 150 obras de una quincena de fotógrafos japoneses, todos ellos referentes internacionales de la fotografía contemporánea. La mayor parte de estos artistas estuvieron vinculados a dos movimientos nacidos en Japón y que son claves para la transformación radical del lenguaje fotográfico en todo el mundo: la agencia VIVO, activa de 1959 a 1961, y la revista Provoke, que editó tres números entre 1968 y 1970, de gran influencia en el género. Es precisamente el subtítulo de la revista Provoke, que ya protagonizó una exposición en València, material provocativo para pensar, el que se ha tomado como título de la exposición.

DAIDO MORIYAMA. Eros. Revista “Provoke” no 2, 1969 Fotografía a las sales de plata Colección José Luis Soler Vila, Valencia © Daido Moriyama Photo Foundation / Cortesía de Taka Ishii Gallery

El recorrido, organizado por temas, comienza en la Sala Noble con las evocadoras visiones de la naturaleza de Yoho Tsuda y Shigeru Onishi. A continuación, la muestra ofrece una galería de rostros fotografiados por Hosoe y Tomatsu -fundadores de ‘VIVO’-, Araki, Sato o la fotógrafa Tamiko Nishimura. En el conjunto de imágenes del cuerpo desnudo y cargado de una sexualidad totalmente liberada, destacan Araki y Moriyama, los fotógrafos más provocadores del panorama japonés aquí presentado.

Los ejemplos de dos series intimistas de Narahara, realizadas en un monasterio y una cárcel de mujeres, dan paso a una galería de imágenes de las revueltas y protestas estudiantiles antiamericanas tomadas por Hamaguchi y Hamaya, de las secuelas de las bombas atómicas, por Kawada, y un conjunto de imágenes callejeras de Moriyama, Takanashi, Tomatsu y Miyako Ishiuchi.

Por su parte, el Espacio ArteSonado ha quedado destinado a centrar el foco en el líder más carismático de Provoke: Takuma Nakahira. En concreto, se trata del proyecto Circulation: Date, Place, Events (‘Circulación: fecha, lugar, acontecimientos’), de 1971. Con este trabajo, Nakahira participó en la VII Bienal de París. Se trataba de una instalación performativa conformada por instantáneas tomadas en la capital francesa durante las semanas de la bienal, a modo de diario callejero. Aunque quemó su archivo fotográfico en 1973, se ha podido recuperar buena parte de esta serie.

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