L'ALFÀS DEL PI. Tras cinco meses de trabajo el Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, con la colaboración científica de la Universidad de Alicante, culmina las obras de excavación, estudio e incorporación del Sector V al área visitable del Museo al Aire Libre Villa Romana de l’Albir, sacando a la luz la ‘cella vinaria’, la habitación donde se guardaban las ‘dolias’, vasijas de vino durante el proceso de fermentación, constatando la vocación agrícola y comercial que tenía esta villa entre los siglos II y IV d.C. detalle fundamental para el análisis económico y comercial del ager de la ciudad romana de Allon (la Vila Joiosa) al que pertenecía el yacimiento.
En las imágenes anunciando el final de las obras y la ampliación del museo, vemos a la concejala de Presidencia, Mayte García, junto al concejal de Cultura, Manuel Casado, las concejalas de Patrimonio y Sanidad Sandra Gómez y Marisa Cortés, la arqueóloga municipal y directora del Museo, Carolina Frías, y a Aaron y Anja Traub donantes del molino y prensa del siglo XIX.
Una inversión de 242.000 euros, incluida en el Plan Provincial de la Diputación Provincial de Alicante, que aporta 217.000 euros, y viene a dar continuidad al proyecto de recuperación, conservación, y difusión del patrimonio local, puesto en marcha en 2011 por el equipo de Gobierno de l’Alfàs, como ha destacado esta mañana la concejala de Presidencia, Mayte García. “Nos encontramos en el primer Museo al Aire Libre de la Comunitat Valencia, que va creciendo conforme a las excavaciones realizadas”. De la misma manera la concejala alfasina y diputada autonómica ha destacado y agradecido a Aaron y Anja Traub la donación altruista del molino y prensa, usados desde el siglo XIX hasta la década de 1950, para hacer aceite en la almazara del Captivador, y que a partir de ahora se podrá visitar en el Museo.
Las excavaciones realizadas van a permitir revalorizar la villa “consolidar el yacimiento como un recurso turístico y cultural prioritario de l’Alfàs del Pi”, además de permitir conocer el desarrollo histórico de la Villa Romana de l’Albir. “Poder ampliar el estado de conocimiento sobre la producción agrícola y el poblamiento rural en el sur de la Tarraconense durante el periodo bajoimperial, integrando así el yacimiento en la línea de investigación encabezada por el profesor Jaime Molina Vidal, que ha trabajado en otros asentamientos rurales como la Villa de Rufio (Giano dell’Umbria, Italia), el Clot de Galvany (Elche) o Picola (Santa Pola)”. Por supuesto conservar los restos del yacimiento de forma adecuada, y detener el proceso de degradación, y ejecutar las actuaciones necesarias para conseguir la musealización del yacimiento, aplicando criterios de accesibilidad inclusiva y universal al patrimonio. Precisamente se trabaja ya en la virtualización de esta última fase. Con los últimos hallazgos la zona queda correctamente integrada en el discurso interpretativo, además de las funciones residenciales, representativas y de ocio evidenciadas en la existencia de las termas y del oecus abiertos al público a partir del año 2011. “Somos un museo pionero en la aplicación de las nuevas tecnologías en la interpretación del patrimonio”, puntualiza Carolina Frías directora del Museo,” y con esta nueva aplicación de realidad aumentada, en colaboración con la Universidad de Alicante, se podrá entender y comprender como era este nuevo espacio encontrado”.
El descubrimiento del torcularium para la elaboración de aceite en las villas romanas, unido a la restauración de la almazara del Captivador del siglo XVIII-XIX, incorporada al Museo, así como la ejecución de las actuaciones necesarias para la protección de los elementos rehabilitados, como son la cubierta textil proyectada o la red de drenaje, y finalmente la habilitación del espacio para la incorporación de dichos elementos restaurados al ámbito musealizado de la Villa Romana de l’Albir, lo que conlleva la disposición de pasarelas, rampas, paneles didácticos o virtualización del patrimonio, en definitiva todo lo necesario para permitir la estancia del público visitante. “La implantación de una herramienta tecnológica posibilitará la difusión y el disfrute de los restos musealizados de una manera accesible y didáctica. Asimismo, se promoverá el uso de las TIC, contribuyendo a mejorar el acceso, el uso y la calidad de las tecnologías de la información y de la comunicación, reduciendo la brecha digital entre la ciudadanía”. De esta manera, mediante la virtualización y digitalización de los restos arqueológicos, el público visitante se trasladará a un contexto histórico, social y cultural diferente a través de las costumbres, indumentaria y estilo de vida propios de la época en que la almazara se encontraba en funcionamiento”.
El Museo de la Villa Romana de l’Albir se consolida así como centro de referencia, a nivel nacional, en la aplicación de recursos tecnológicos en la interpretación y la valorización turística del patrimonio cultural, y así lo ha destacado una vez más Arques en sus declaraciones a los medios esta mañana. Una estrategia de trabajo, ha querido recordar, que se remonta a 2008, cuando el Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi y la Universidad de Alicante iniciaron el proyecto de excavación, recuperación y consolidación de la Villa Romana de l’Albir, que se encontraba abandonada, convertida en la actualidad en uno de los enclaves turísticos más importantes del municipio, a nivel provincial y autonómico, y por ello se acomete en estos momentos la ampliación de la zona visitable.
En 1979 unas obras próximas a la playa de l’Albir sacaron a la luz los restos óseos de un enterramiento de época romana. Durante los años ochenta y noventa del siglo XX las excavaciones arqueológicas descubrieron un yacimiento de una gran riqueza patrimonial y científica formado por una extensa necrópolis, un mausoleo y una villa. Todo el conjunto se ha datado entre los siglos IV a VII d.C. En 2008 el Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, en colaboración con la Universidad de Alicante, retomó los trabajos arqueológicos con el fin de recuperar uno de los yacimientos más significativos de la provincia de Alicante, convirtiéndose en el primer Museo al Aire Libre de la Comunidad Valenciana, inaugurado en marzo de 2011.