VALENCIA. El camino de vuelta a casa, ese al que algunos llaman 'de la vergüenza'. Un trayecto sólo interrumpido por la compra clandestina de un kebab o similar tras una larga noche de farra y exceso. "¿Qué pasa después de la fiesta?". Esta es la gran pregunta que Teatro de lo Inestable quiere plantear en Acosos y Derribos S.L., una pieza que, en coproducción con CulturArts, supone su primera experiencia sobre las tablas de un auditorio público en la ciudad de Valencia.

La fiesta y el exceso, como la que presenta La gran belleza de Sorrentino, acaba con un bofetón de realidad, esa que quieren mostrar en el teatro Rialto (del 3 al 6 de marzo) los autores Gabriel Ochoa y Jacobo Pallarés, este último director junto a Carles Sanjaime y Kika Garcelán. El fin de la fiesta del derroche, del exceso entre la clase política, el destape de una situación evidente pero escondida bajo la alfombra durante años. Hablamos de corrupción. "Reestrenamos la obra en una coyuntura de la Comunitat Valenciana muy indignante por los casos de corrupción", explica Pallarés, una pieza destinada a reflejar el malestar local aunque sin olvidar la crisis migratoria en el contexto europeo y mundial. 

¿Quién paga los platos rotos?

Si la primera pregunta intenta desgranar qué pasa después de la fiesta, la que continúa tampoco es baladí: "¿quién paga los platos rotos?". Acosos y Derribos S.L. es una pieza postdramática, sin una estructura clásica, que trata de reflejar el contexto político a través de fotografías que nadan entre lo poético y la cruda realidad. Un espectáculo que "revoluciona sin contar una historia", explica Gabriel Ochoa. "Es extraño que el pueblo no haya salido a la calle a guillotinar a la clase política", añadió Pallarés durante la presentación de la obra. "Metafóricamente", apuntó.