psicóloga alicantina

Arroyo: "La salud mental ha ganado visibilidad con el testimonio de personajes públicos"

25/03/2024 - 

VALÈNCIA. Tamara Arroyo comenzó sus estudios de Psicología en el año 2000, actividad que compaginaba con sus estudios profesionales de danza, así como las tareas de becaria del Departamento de Psicología de la Salud. Finalicé esa etapa con la materialización de un proyecto base en mi desarrollo llamado “Psicodanza”, premiado a nivel nacional en el concurso de Jóvenes Emprendedores de la UMH. Ahora, entre otras especialidades Tamara Arroyo ha profundizado su tarea en la psicología deportiva que ha ganado visibilidad gracias a los casos recientes de deportistas de élite como el jugador de baloncesto Ricky Rubio o la campeona del mundo de fútbol Alba Redondo. 

Pregunta: ¿Por qué te dedicaste a la psicología? ¿Cuándo viste que era tu camino?

R: Mi fascinación por la psicología comenzó desde muy joven, motivada por un gran interés en comprender el comportamiento humano y cómo nuestras mentes influyen en nuestras acciones. Concretamente, fue durante mi carrera deportiva donde sentí la necesidad de la ayuda de un profesional. Vivir en primera persona el trabajo combinado en deporte y salud mental me mostró un camino único donde podía combinar mis pasiones y marcar una diferencia significativa en la vida de otros.

Pregunta: ¿Qué es lo que más te gusta de lo que haces?

R: Lo que más me gratifica de mi trabajo es ver el impacto positivo en mis pacientes y estudiantes. Ayudar a las personas a superar sus obstáculos, mejorar su bienestar y alcanzar su máximo potencial es profundamente satisfactorio. Además, la constante evolución del conocimiento en psicología me permite seguir aprendiendo y aplicando nuevas estrategias para apoyar a quienes me rodean. Tengo que confesar que, desde un tiempo a esta parte, mi pasión está creciendo en el campo de la formación en psicología, tanto a profesionales como a estudiantes universitarios y deportistas. Compartir experiencias a través de mis conferencias, inspirando cambios significativos en la vida de las personas, me da sentido de vida.

P: ¿En qué partes de la psicología eres especialista?

R: Mi especialización se centra en la psicología deportiva y clínica, donde combino mi experiencia en baile y deporte de alto rendimiento. Trabajo en el desarrollo de habilidades mentales, gestión de la presión y la ansiedad, y fomento del bienestar integral de los atletas, entre otros aspectos. Mi formación superior en danza y mi trabajo con deportistas de élite me han brindado conocimiento sobre la conexión mente-cuerpo y cómo optimizar el rendimiento deportivo a través de técnicas psicológicas específicas. Tengo desarrollado un método propio de intervención que llevo años diseñando. Además, mi rol docente y divulgativo me permite contribuir al avance de la psicología aplicada en estos contextos.

Pregunta: ¿Eres de las que cuando acabas con algún paciente te marca personalmente por lo que te cuenta o lo desbloqueas del trabajo?

R: Cada caso es único y tengo que reconocer que algunos me dejan huellas muy profundas. Como profesional, es esencial mantener un equilibrio emocional y una separación entre el trabajo y la vida personal. Sin embargo, es inevitable sentir empatía y alegría por los logros de mis pacientes, lo que también me motiva y enriquece como persona. Gracias a mi trabajo he descubierto “personas extraordinarias” que mantengo en el corazón.

Pregunta: Cuando alguien que has tratado te da las gracias, ¿cómo te sientes después?

R: Recibir agradecimiento de quienes he tratado es una de las experiencias más gratificantes de mi profesión. Además, ahora la comunicación resulta más fácil gracias a las redes sociales y recibo cada mensaje con emoción. Me siento profundamente satisfecha, ya que reafirma el valor y la importancia de mi trabajo. Es un recordatorio de que cada esfuerzo tiene un impacto positivo y contribuye al crecimiento y bienestar de los demás.

Pregunta: ¿Cuáles son los problemas más comunes que encuentras en la actualidad a tratar?

R: Actualmente, observo un incremento en los casos de ansiedad, estrés y problemas relacionados con la autoestima, especialmente entre los atletas. La presión por el rendimiento y la exposición en redes sociales son factores que contribuyen significativamente a estos desafíos. Trabajar en estas áreas es crucial para fomentar una salud mental robusta y un desarrollo personal sostenible.

Pregunta: ¿Crees que la evolución de la sociedad está generando que vuestro trabajo sea aún más importante?

R: Absolutamente. La creciente conciencia sobre la salud mental y su impacto en todos los aspectos de la vida resalta la importancia de nuestro trabajo. En una sociedad que evoluciona rápidamente, adaptarse a los cambios y afrontar nuevos retos requiere un soporte psicológico sólido, haciendo nuestra labor más relevante que nunca.

Pregunta: ¿Por qué crees que se ha puesto de moda en la actualidad lo de la salud mental?

R: Diría que la salud mental ha ganado visibilidad debido a una mayor conciencia y desestigmatización, impulsada por la divulgación y el testimonio de personajes públicos como Ricky Rubio y Alba Redondo ya que dada la visibilidad dada por ellos y tantos otros, mostrando nuestra labor en sus planes de entrenamiento y preparación deportiva hacen que se entienda la necesidad de nuestra presencia. Además, la pandemia de COVID-19 ha puesto en primer plano la importancia del bienestar emocional, destacando que la salud mental es fundamental para una vida plena y productiva.

Pregunta: ¿Crees que tardará mucho en acabar de normalizarse la importancia de que un psicólogo te pueda tratar de forma común y habitual?

R: Es cierto que la terapia psicológica ha ganado aceptación en los últimos años, pero creo que tenemos aún camino por recorrer. Vivimos en un tiempo donde la conversación sobre salud mental está más presente que nunca en los medios de comunicación, las redes sociales y en el diálogo público. La educación sobre salud mental está comenzando a integrarse en los programas escolares y la atención psicológica está siendo cada vez más reconocida como parte esencial del bienestar general. Sin embargo, considero que aún persisten ciertos estigmas y barreras de acceso que requieren ser abordados. Con la creciente visibilidad de los temas de salud mental y los esfuerzos para normalizar la búsqueda de ayuda psicológica, soy optimista de que la normalización de estos servicios continuará avanzando, y espero que, en un futuro no muy lejano, asistir a terapia sea tan común como acudir a una revisión médica.

Pregunta: ¿En qué has notado el comienzo de normalizar el trato de la salud mental?

R: En mi opinión, la normalización de la salud mental ha comenzado a evidenciarse en varios aspectos de la sociedad. Uno de los más significativos es la mayor apertura con la que las personas hablan de sus experiencias personales y los desafíos relacionados con el plano psicológico. La inclusión de la educación sobre bienestar emocional en las escuelas, la implementación de programas de apoyo psicológico en los lugares de trabajo y la creciente presencia de figuras públicas que comparten sus propias historias son claros indicios de este cambio. Además, la aparición de campañas de concienciación y la promoción de la salud mental en el deporte y en el entretenimiento reflejan un cambio cultural que valora y prioriza el cuidado de la salud mental al mismo nivel que la salud física.

Pregunta: ¿Desde cuándo crees que se debería aplicar un trabajo mental como algo obligatorio? ¿Escuela, adolescencia o posterior?

R: Me encanta esta pregunta. Tendríamos otra versión de adultos en el futuro si la salud mental fuera una prioridad desde las etapas más tempranas de la educación. Introducir el trabajo mental en la escuela primaria puede sentar las bases para que los niños desarrollen habilidades de regulación emocional, empatía y resiliencia. Al mismo tiempo, es vital que, durante la adolescencia, una etapa de importantes cambios y desafíos, se refuerce este trabajo con programas adaptados a las necesidades específicas de ese grupo. Pero, el mantenimiento y fortalecimiento de la salud mental no debe detenerse en la adolescencia, sino continuar a lo largo de toda la vida adulta. La educación y la intervención psicológica son procesos de desarrollo continuo que deben ser accesibles y normalizados para todos, independientemente de su edad.

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