El año no pudo empezar de peor manera: en las urgencias de un hospital alicantino. En una sala repleta de pacientes que tosían y vociferaban, presencié una pelea entre dos energúmenos. El espectáculo fue bochornoso. La policía tuvo que intervenir. Esto ocurrió sólo unas horas después del inicio del año, cuando todos nos deseábamos, con ingenuidad, mucho amor y mucha paz