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reflexionando en frío / OPINIÓN

Sufrimiento apolítico

3/05/2020 - 

Cuando esta pandemia empezó a traspasar fronteras, parecía que nuestros gobernantes se ponían de acuerdo, daban su brazo a torcer, y remaban todos juntos en la misma dirección -de hecho, la primera sesión para decretar el Estado de alarma en el Congreso se saldó con unanimidad y sin que ningún grupo parlamentario rechazará el confinamiento de la población-. Con el paso de los días, esta mayoría iba reduciéndose, y algunas formaciones se descolgaban en las votaciones parlamentarias. La ideologización volvía a la palestra, y las siglas se ponían por delante de los intereses de los ciudadanos. Lo mismo de siempre, dejando atrás ese oasis que floreció en primera instancia. 

No renuncia a la ideología en un momento como éste, que, hablando con Antonio Sola,  amigo de esta casa, y conocido como “el creador de presidentes”, ha constituido el talón de Aquiles de la mayoría de los líderes. No solo de los de nuestro país, sino los de la mayoría de las patrias mundanas. El propio Sola, con contundencia, -el siempre es así, es un hombre seguro de lo hace y dice-, destacó que la crisis del coronavirus no entiende de ideologías, y que lo verdaderamente crucial, es salvar la vida de la gente. Tesis, que como estamos viendo, y más en nuestro país, no se esta practicando. Con un Gobierno dominado por Pablo Iglesias, vicepresidente controlado por su bilis y odio hacia todo lo que no tiene que ver con su panorama vital, y que se está empeñando en tomar por doquier conjuntos de medidas sesgados, y que discriminan a una parte de la población, controlando las televisiones privadas -no hay más que ver la entrevista que le hizo Vicente Vallés a Pablo Casado en la que el prestigioso presentador parecía el portavoz socialista en la Cámara baja-, y coartando las libertades de los españoles. El propio Antonio Sola constató este retroceso democrático en España, y me mostró desde Ecuador su pesar por ver como su país natal cae en las garras de la opresión. 

Mientras Sánchez no deja de dar en sus sermones dominicales predicados los sábados, vaya ironía, lecciones de trasversalidad -recuerden que su ejecutivo también era plural y no dejamos de ver como los ministros intentan cortar las patas de la verdad, las que a diferencia de las de la mentira, son alargadas y difíciles de erradicar-, pero en sus decisiones, manifiesta que estas desbordan de ideologización y sesgo. Hasta el apelativo con el que han bautizado la ruta a seguir para salir de la crisis recuerda a las novelas de Orwell… El plan para “la nueva normalidad” lo llaman… Se me acaba de hacer un nudo en la garganta. Esperen que beba agua. H2O, que, a diferencia de nuestros mandatarios, es trasparente, es pura. Carencia de limpieza, que se pone de manifiesto en el intento que tienen de inundar todo a su paso de su ideología persiguiendo a los que piensan diferente sin empatizar con las victimas que están pereciendo por el covid-19. La semana pasada, por ejemplo, los miles de trolls fabricados por los mamporreros del Gobierno, ridiculizaban al líder de la oposición por una estampa en la que se veía a Pablo Casado tomar aire mientras se miraba en el espejo del aseo del hemiciclo -aquel lugar donde el vicepresidente Pablo Iglesias desveló que se producían escenas propias de películas pornográficas entre diputados de distintas fuerzas-, desolado tras por el fallecimiento de su tío. Frialdad, que les congela su naturaleza bondadosa, y les despierta su alma más ruin. Siempre se ha dicho que la ideología divide en lugar de unir. Fraternidad, de la que entienden muy bien los más pequeños. Mi amigo, Edmundo Bal, portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, increpó a Sánchez señalando: “Los niños, que no tienen ideología, le podrían asesorar mucho mejor”. No le falta razón, puesto que como ha desvelado en un reportaje el periódico El Mundo, los “expertos” que están asesorando al presidente del Gobierno, son todo afines socialistas y que, si no tienen el carnet de su formación, pocos les falta para darse de alta como afiliados… 

Me acaba de venir a la cabeza, un clásico de la literatura juvenil, El niño con el pijama de rayas, novela en la que el escritor irlandés, John Boyne, relata como el hijo de un alto rango nazi hace amistad con un niño interno en un campo de concentración, ignorando las diferencias sociales e ideológicas entre sí. Cuanto podríamos aprender de este relato… Precisamente, el otro día -creo que el universo quiere que se produzca en mi una especie de catarsis y revolución-, viendo la cinta de animación, Zootropolis -quien me iba a decir que iba a sacar un punto elemental de una película de dibujos-, en un momento de la producción, la antagonista de la historia, una teniente alcalde venida a más, destaca la receta para perpetuarse en el poder: “Une al 90% de la población en torno a un mismo enemigo, y serás invencible”. En dicho largometraje, se refleja lo que trata de hacer Sánchez y su gobierno, enfrentando a la población unos con otros atribuyendo estigmas a todos aquellos que no piensan como ellos y osan destapar sus patrañas. ¿Cuántas veces han escuchado a sus compañeros de gabinete atacar a la derecha en esta crisis? ¿Es que acaso el virus es liberal? En palabras de Gabriel Rufián, -por fin dice algo sensato-, “las banderas ni alimentan ni curan virus”. 

Recuerdo -Miquel González seguro que se acuerda-, que mi debut como columnista en Alicante Plaza, fue con una réplica a uno de sus artículos en el cual me preguntaba si la izquierda había perdido la razón. Estaba cayendo en la misma trampa en la que se precipitan los que ahora intentan polarizar la situación incluso en circunstancias en las que esta muriendo gente. Existen panoramas, que están por encima de las filias. El presidente de Aragón, Javier Lambán, compañero de partido del jefe del ejecutivo, no dudó en añadir en la reunión de presidentes autonómicos, que “Salvar vidas esta muy por delante de salvar políticamente a Pedro Sánchez”. Ojalá tuviéramos a más políticos así, o personas que recapaciten y que, por encima de las ideas, están los valores humanos. Recomiendo fervientemente la lectura de Critica de las ideologías del teórico político Rafael del Águila, donde el intelectual analiza como la implantación de unos dogmas radicales tuvo consecuencia como un sangriento siglo XX lleno de violencia, terrorismo, limpiezas étnicas y todo tipo de atrocidades, que atestiguan, en palabras de Arturo Pérez-Reverte, que “todos los nacionalismos tienen muchas fosas en común”. Todo lo que genera división, no proviene de la luz, sino de la oscuridad. Hasta en la película animada que he citado en un tramo de este artículo, se constata como es absurdo separar a la población sembrando el miedo hacia un determinado segmento de esta, basándose en teorías vacuas y sin fundamento. Véanla, no les hago spoiler

¿De verdad creen que las ideologías pueden vencer al virus? Ni por asomo. Antonio Sola, mucho antes de que esto pasara, remarcando lo que dijo en el debate que tuvo con el politólogo Pablo Simón en la gala del tercer aniversario de este periódico, me soslayó por teléfono que se iba a producir en el votante una emancipación de la ideología, y que se iba a escoger a los gobernantes no por la afinidad política, si no por la gestión determinada que estos realizaran. Vean sino a Martínez-Almeida, alcalde popular de la ciudad de Madrid, que se esta llevando los elogios de Felipe González, los aplausos de  Rita Maestre, la portavoz de Más Madrid en el consistorio, y los vítores de otros pesos pesados de la izquierda. Ahora más que nunca, se conocerá a los políticos por sus actos, y no por lo que prediquen. Ya no existe la izquierda y la derecha. Ahora se es humano, o se es reptiliano. No se explica si no que ex ministros del Gobierno de Rajoy, y conocidos por su carácter liberal como Luis de Guindos, sea una de las voces que esta pidiendo una renta universal para los más desfavorecidos… El dolor, la soledad, las lagrimas y el sufrimiento, no tienen color, a pesar de que el vicepresidente Iglesias predicara en un tiempo remoto que se debía politizar el dolor.

Dejemos de vivir como si los muertos votaran…   

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