Startups con proyectos sociales: bolsas y fundas de algodón hechas por mujeres en riesgo de exclusión

ALICANTE. Desde el 2009, la emprendedora Marina Moya gestiona la empresa de embalaje ético y sostenible Bolsalea. En concreto, realizan bolsas corporativas, portatrajes y fundas para cualquier tipo de producto y se dirigen exclusivamente a empresas. Desde la firma alicantina impulsan ese embalaje sostenible con el medio ambiente y que se fabrica de manera justa. 

En estos momentos, desde Bolsalea trabajan en planes de circularidad. Por ejemplo, en uno en el que crean bolsas y fundas de algodón que fabrican mujeres en riesgo de exclusión social. En este caso, colaboran con un taller social con un proyecto "para empoderar a mujeres que se encuentran en riesgo de exclusión. La costura les hace tener un trabajo con un salario digno y justo a la vez que se forjan una carrera empresarial en el mundo de la confección". Además, también realizan bolsas de papel fabricadas por personas con discapacidad intelectual. Para ello,trabajan junto a un taller de integración de personas con discapacidad intelectual" quienes gracias a puestos de trabajo como este mejoran su autoestima y autonomía. El trabajo que realizan es del manipulado de las bolsas: ponen los cordones, doblan el papel o incluyen el cartón de refuerzo".

Desde esta firma consideran que "somos diferentes, tenemos un trato humano y cercano con el cliente, además de tener una atención al cliente accesible ya que atendemos para quien lo necesite en lengua de signos. Antes de nosotros no lo había hecho ningún comercio electrónico en España". Además, trabajan por que sus productos "generen un impacto positivo tanto a nivel medioambiental como social". En estos Moya tiene un espacio de trabajo en el coworking de emprendedores Ulab en Alicante. 

Desde Bolsalea aseguran que la fabricación de sus bolsas, guardatrajes o fundas, se hace en España y "aseguramos que todos los operarios y cosedoras están dados de alta en la seguridad social y tienen un sueldo digno". Además, trabajan junto a pequeños talleres rurales para poder generar empleo en localidades donde es más complicado encontrar trabajo. Asimismo, una parte de la confección la realizan mujeres de un barrio muy afectado por las drogas. En cuanto a la producción, "apoyamos a las personas emprendedoras y somos conscientes que a veces las cantidades mínimas para producir suelen ser desorbitadas". Por eso, dan cabida tanto a pequeños encargos como a grandes, para que puedan optar a él pequeñas empresas que no pueden realizar grandes inversiones o no tienen mucha capacidad de almacenaje. Además, en 2021 se convirtieron en el primer ecommerce en España que incluye la lengua de signos en su servicio de atención al cliente para facilitar una atención personalizada y fluida a personas sordas o cualquier tipo de discapacidad auditiva.