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Standstill: "Esta gira está curando la herida del desgaste"

21/12/2024 - 

VALÈNCIA. Standstill vuelve a acercarse a un nuevo final. El cuarteto barcelonés empezó hace unos meses una gira de reecuentro, tras ocho años sin actuar como grupo. Lo hizo en València, y a pocas semanas de concluirla, vuelven a acordarse de la ciudad. En esta ocasión, será este domingo 22 de diciembre en el Parc Urbà de Malilla, como cierre del ciclo Serialparc.

Es, por tanto, un buen momento para hacer balance de lo que ha supuesto la gira para la banda y cuáles son los planes del futuro. El líder de la banda, Enric Montefusco, contesta las preguntas de Culturplaza.

—Empezasteis la gira de reencuentro en València y ahora volvéis a pocas semanas de concluirla. ¿Qué perspectiva os da el paso de la gira?
—Bueno, no ha cambiado mucho. Sinceramente, todavía estamos un poco abrumados con la recepción y con la energía que se nos devuelve en cada ciudad y cada sala. Incluso los festivales en los que hemos tocado nos han mostrado muchísimo cariño. Todavía estamos asimilándolo.

—Con la de etapas que ha tenido Standstill, con géneros y maneras de hacer música tan diferentes, qué difícil debe ser darle peso a cada una en una gira como estas. ¿Cómo lo habéis configurado?
—La gira de despedida tenía cosas en común, evidentemente, con esta de regreso. Nos toca ponderar cada etapa, y eso siempre resulta un poco extraño. En la despedida le dimos más peso a la primera etapa: tocamos varias canciones de cuando cantábamos en inglés y teníamos un sonido más hardcore porque creíamos que era casi nuestro deber. A la hora de despedirnos, pensamos que era importante hacer un resumen de lo que había sido nuestra trayectoria y de su importancia. Aunque, desde un punto de vista de dramaturgia musical, esas canciones encajaran menos que otras etapas en el directo, creímos que esa diversidad le daba profundidad al viaje que hemos hecho como banda. 

Ahora, en el regreso, también tocamos canciones antiguas, aunque solo una, y más a modo testimonial, como diciendo: "No nos olvidamos de nuestros orígenes". Pero evidentemente es mucho más fácil y coherente configurar un directo con las canciones de los discos más recientes.

—Aunque las canciones y el proceso creativo cambien, ¿qué creéis que, en 2024, mantenéis de vuestra experiencia en la escena hardcore?
—La esencia, el núcleo, lo que nos motiva, lo aprendimos allí. Entendemos que la música, el arte y la expresión están cargados de valores y compromisos. Va de eso. La repercusión o el dinero, por sí mismos, no tienen valor para nosotros. En nuestro caso, se trata de ir aprendiendo y enriqueciéndonos en muchos lenguajes —no solo musicales. Es algo que hemos aprendido de la vida misma y que necesitamos comunicar. En ese sentido, con el tiempo te vas alejando de los cánones del hardcore y el punk, pero esa etapa nos ha sido muy útil en cada decisión que hemos tomado, ¡incluída la despedida! 

En nuestra última etapa podríamos haber tomado otro camino. Hubiera sido fácil para nosotros hacer ciertas concesiones y sobrevivir como banda adaptándonos al circuito de festivales o a la industria musical tal como se nos presentaba entonces. Pero tuvimos muy claro que Standstill era otra cosa y fuimos consecuentes hasta el final.

—Como una luz roja de alerta que os dijo que algunas dinámicas y vicios de las escenas musicales en las que estabais no estaban bien…
—A medida que estilísticamente te acercas al rock, al pop y a todas las inercias que conllevan, te das cuenta de los peligros: el reconocimiento, el perder esa horizontalidad tan bonita que tiene el lugar del que provenimos. Se pierde la perspectiva, y es muy fácil caer en dinámicas raras. Nosotros nunca estuvimos del todo cómodos en ese sentido.

De hecho, ya a nivel artístico fue una lucha constante. Como banda, después de la crisis que sufrimos alrededor de 2010, con el cambio de paradigma de la industria musical, nos vimos empujados a sobrevivir casi exclusivamente a través de festivales. Y eso era un condicionamiento muy fuerte. 

En ese sentido, nos rebelamos modestamente: en un momento donde nadie lo hacía, y aunque no teníamos los medios, decidimos apostar por un espectáculo más ambicioso y costoso —que festivales no facilitaban, claro. Nosotros nunca estuvimos dispuestos a ser “uno más” en esa rueda tan fría y precaria de los festivales.

Desgraciadamente, nos dimos cuenta de que quizá no era el momento o el lugar. Ni los festivales estaban preparados para nosotros, ni nosotros para ellos. Esto nos llevó a desgastarnos mucho, tanto emocional como económicamente y muy frustrante.

—Una gira de reunión, de alguna manera, ya parte de una conexión más directa entre el grupo y el público, y quizá eso os permite escapar de aquellas inercias que queríais evitar…
—No solo eso. Es que creo que, gracias a las apuestas que hicimos en el pasado—espectáculo tras espectáculo, disco tras disco—, hemos logrado mantener algo especial. Nunca encajamos en los moldes del momento pero lo que quedó es algo que el tiempo ha puesto en valor. A día de hoy, la gente todavía me comenta: "¡Ostras, aquel espectáculo del Zenit, aún me acuerdo!". Ahora que ha pasado el tiempo, es cuando esas cosas se aprecian de verdad. Hoy estamos tocando en los mejores festivales, a las mejores horas… Algo que antes parecía imposible. Era cuestión, tal vez, de hacernos valorar.

—Después de separaros, cada uno siguió su carrera y su vida musical. Al volver, todos sois diferentes. ¿Cómo ha sido ese reencuentro?
—Somos diferentes en el sentido de que quizás hemos llevado más lejos lo que ya apuntábamos en el grupo, pero tampoco ha habido muchas sorpresas. De hecho, yo lo veo al revés: ha sido volver a descubrir todo eso que teníamos en común y que hizo que duráramos tantísimos años juntos, a pesar de todo. Ha sido muy bonito. Desde el primer día que nos juntamos en el local de ensayo, no solo sonaron las canciones como si fuera el último día que las tocamos, sino que además, a nivel personal, fue como si no hubiera pasado el tiempo. Esa ha sido una de las cosas más bonitas que nos hemos encontrado.

—Entre concierto y concierto, entre ensayo y ensayo, ¿no ha surgido música nueva?
—No, realmente no ha habido ocasión. Hemos ensayado solo para los conciertos, y fuera de eso, no hemos vuelto a ensayar ni a tener un espacio para crear. Evidentemente, si nos juntaran ahora en un local y cerraran la puerta con llave, acabarían saliendo cosas. Pero la verdad es que hasta ahora no hemos tenido la oportunidad.

—¿Habéis encontrado público nuevo en esta gira?
—Sí, una de las agradables sorpresas ha sido descubrir que se ha renovado parte del público. Hay mucha gente que ya nos había visto mil veces, pero también hemos encontrado personas que nos han descubierto ahora, quizás porque habían oído hablar de nosotros, porque bandas que les gustan tenían relación con Standstill, o porque nos tenían como referencia. Es bonito ver que estamos conectando con gente nueva.

—Encaráis el final de la gira, o al menos de las fechas confirmadas. Creo que mucha gente se pregunta qué pasará con Standstill en 2025. ¿Es esta una etapa con principio y final marcados, o aún estáis valorándolo?
—Sinceramente, no hemos hablado más. El trato era hacer esta gira y ver qué pasaba. Creo que todos necesitábamos esto, tanto el público como nosotros mismos. Al final, nuestra separación fue un poco triste, de desgaste, de no poder más. Esta gira está ayudando a curar esa herida.

Cuando terminen las fechas confirmadas, será el momento de que cada uno valore cómo se siente con la banda, cómo ha sido la experiencia entre nosotros, y cómo ha reaccionado el exterior. Habrá muchos factores a considerar antes de hacer algo nuevo, especialmente teniendo en cuenta lo difícil que es prosperar con nuestra manera de hacer las cosas. Pero está claro que pronto habrá que empezar a pensar en ello.