Pedro Sánchez la ha dado la vuelta a la tortilla. Le ha salido una paella que le gusta al no sabe no contesta, al rojerío en general e incluso a parte del dinero y del centro derecha español. Sánchez no sólo ha sorprendido encamarándose veloz a la cumbre. Ha contagiado la sensación de respirar oxígeno de más allá de donde alcanza la vista, al otro lado de la frontera. Aunque seguro que hoy alguien escribirá reclamando arroz alicantino. Para el carro: millor el socarrat! La verdad es que venimos de un agujero negro. El futuro, el mundo son las mujeres.
Descompresión. Todo debe volver a encajar. Demasiado corazón. Willy Deville. La punta roja del cigarrillo de Santiago Carrillo. Amy Winehouse. La euforia es la madrastra del desencanto.
Felipe VI ha envejecido diez años. Ni la familia, ni Doña Letizia ni el lío de la democracia a cuatro y la periferia le procurarán paz hasta que se asiente en otra, en la que sea “su Constitución”. A Pablo Iglesias le han caído treinta. Siente humillación de padre fundador -y fecundador- ante el mohín de Íñigo Errejón y Carolina Bescansa. A los que ha llamado a consultas hoy. Teresa de Jesús, “El Amado” y Fray Luis de León. Carmelitas descalzas. Evacuación de pasajeros. El más descalabrado, Albert Rivera -qué bajonazo- es consciente de sus 2 errores -no exigir la dimisión y su voto a favor de Mariano- y siente que el aplazamiento de las elecciones le desdibuja. Inés Arrimadas. Follar en tiempos revueltos.
El “guapísimo” a lo Macron presidente del Reino de España se ha convertido en la estrella de la prensa internacional de esta primera semana de junio. Su soltura en la cocina política ha opacado la nueva soltería de Rihanna, el Gao Kao, que es la selectividad extremeña -pero muy a lo bestia- en China. Y hasta la mismísima reaparición de Melania Trump. A cuyo marido le ha plantado cara en la cumbre G7 Justin Trudeau. Que es el otro bello oficial del poder mundial. Estamos en estado de gracia, momentos de loas, cantemos al amor de los amores. Un aburrimiento.
Nosotros aquí, los indígenas, tenemos tres ministros y medio que, seguro, ejercerán de valencianos. Luis Planas es muy de olivos pero parla valencià, Màxim Huerta no es de la casta Malasaña ni Elvira Lindo pero es divino, Carmen Montón es muy Carmen Montón. Ha resistido al grupo Ribera, la embajada USA y al sumsum corda como muy bien nos contó el maestro de periodistas Vicent Climent. José Luis Ábalos es el poder puro. Como en su día Pepe Blanco, tiene un ministerio gastador, el anillo y llave del poder orgánico del nuevo PSOE. Menos mal que, por ahora, se ha quedado la piel fina de Gabriela Bravo. Y ese osito transparente y suavoso que es Manuel Alcaraz. Pero aún falta mucho segundo y tercer escalón. El cobre robado de las Kellys. La pedrea. Podéis ir en paz.
Aunque mañana lunes, de verdad, comienza la guerra. Fuego cruzado. Y graneado. Los Aznar -qué globo- se presentan de nuevo. Estén atentos a sus -del móvil- pantallas. Soraya Sáez de Santamaría y su bolso ya tiene un grupo de fans. Al que no se piensa apuntar García Margallo. Hoy, dentro de nada, ahora mismo, estrenamos la tele d’À Punt Mèdia. Aquí, en les comarques del sud, cosa de los Mollà. Dels Mollà de tota la vida. A las dos, mascletà. Llueve.
Para los despistados, a parte del misterioso atasco de César Sánchez, la súbita explosión del cinturón de fuego en Guatemala y Hawai y lo del conductor de autobús de València, solo apuntar que al fin también hay Govern -y pasta- en la Generalitat catalana, que Mariano Rajoy –“que alguien pare, coño”- se ha momificado, que Paco Camps sigue cada vez más enloquit y que tenemos otra consellera de Sanitat, Ana Barceló. De Sax. Con el consiguiente cabreo de Mónica Oltra. Que tampoco deja que nadie – el no fer sang de Joan Baldoví- de Iniciativa ni Compromís entre en el gobierno de España. Pinturas de guerra en el Botànic.
Ximo Puig queda cada vez más allá en presidencial. La cumbre de AVE en Benidorm impresionó por la casta sublime de los invitados. A Juan Roig se le quemó el pan. Toni Mayor, el alma mater del Bloc, observó. Ricard Camarena triunfó. Y Vicente Boluda presidió. Lo contó Inma De la Concepción en à punt. Y Alba Mercader aquí en Alicante Plaza. El periodismo no, no ha muerto.
El hijo de Miguel Valor se pasa a C’s. Toni Cantó busca casa en València. Antonio Estañ su esencia. Los comunistas deben recuperarse. Shaila Villar se tropieza con su deseo: ser nueva concejala de Guanyar. La resaca. El PPCV anda descolocado, que ya es difícil. Ni Isabel Bonig -pobreta meua, no sabe quienes somos los nuestros- ni JJ Ripoll ni Pepe Císcar recuerdan nada del “simpa” del mitin de las europeas en IFA. Ni del espionaje de Orihuela. Luis Barcala toma el mando de la policía, inaugura la operación bache y reconsidera -qué guapa es Elsa Martínez- pagarle un sueldo a Nerea Belmonte. Las dos son dos monumentos a proteger, como los caballos de Los Luceros.
Fernando Linde se ha jubilado. Perdido en 80 mundos. Joder, no se qué leer. Hay una verbena del copón en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. No se escucha en la cárcel de Picassent. Suena el teléfono rojo. 4 de la mañana. La hora en la que Erasmus Reinhold anunció el fin del mundo. Es mi nunca bien ponderado ni pagado Herr Direcktor Miquel González “déjate de tus croniquitas de sociedad y envíame ya 600 palabras sobre el Rey Sol del Cirque du Soleil”. ¡Socorrooo00OOO!. Esto es un sinvivir. Picasso en la bañera. Soledad Gallego Díaz, una tenue esperanza de la dignidad del periodismo.