ELCHE. La empresa de calzado ilicitana SlowWalk lanza una nueva línea de calzado, siguiendo su concepto de colecciones ecosostenibles, realizada con piel ecológica. En estos momentos tienen 20 modelos de lo que consideran "una sorprendente e innovadora colección de calzado de piel ecológica, responsable con el medio ambiente y en equilibrio con nuestro ecosistema". Todos los modelos de ecopiel cuentan con un certificado Ok Reach, la normativa europea para el registro, evaluación, certificación y limitación de sustancias químicas.
Se trata de zapatos confeccionados "con el cuero más respetuoso que hay para el medio ambiente", la piel ecológica. Desde la empresa aseguran que su ecologismo radica en sus procesos de curtición, al no emplearse químicos perjudiciales para la salud y para el ecosistema. Para su tratamiento se emplean única y exclusivamente sustancias vegetales y orgánicas. Esta colección está formada por sneakers, botas y botines de nobuck, serraje o nepa. De este modo, garantizan la composición libre de sustancias químicas con el propósito de evitar cualquier impacto medioambiental en el proceso de producción.
Además, desde el verano de 2020, SlowWalk tiene una colección en la que sus zapatos están hechos de botellas de plástico procedentes del Mediterráneo, además de corchos de bosques sostenibles, piel ecológica, maíz y residuos de la industria de la moda. En el caso de las zapatillas veganas de tejido PET reciclado, -uno de los plásticos menos dañinos para el planeta pues se puede reciclar contribuyendo a la reducción de envases de plástico-, tienen un proceso especial para transformar las botellas de plástico en un par de zapatos.
Primero forman un sistema de recogida selectiva de los envases PET de los contenedores de plástico que llegan a las plantas de residuos. Luego, se clasifican por colores automáticamente o de forma manual. Se eliminan los tapones y etiquetas. Después pasan por el triturado de botellas para obtener el granulado con el que se elabora una fibra sintética que se tejerá hasta formar una tela. El PET se convierte en partículas pequeñas, conocidas como escamas.
Tras esta fase llega el lavado, higienizado con agua y vapor, dejando al plástico limpio de contaminación para, posteriormente, someter esas escamas a altas temperaturas y convertirlas en una masa líquida que, una vez fría, se convierte en filamentos de poliéster. Este hilo reciclado se puede combinar con otros tejidos como el algodón orgánico o el tencel; se tiñe y teje la tela. Es entonces cuando estos hilos ya trenzados y convertidos en telas llegan a SlowWalk para la confección de su calzado.
Con el lanzamiento de calzado proveniente de plástico PET, desde SlowWalk aseguran que quieren dar una segunda vida a las botellas plásticas PET impidiendo que se conviertan en residuos contaminantes y se consigue el mismo rendimiento que con el mismo material sin reciclar, "pero con grandes ventajas medioambientales, pues la energía y materia prima necesaria para su elaboración es inferior, reduciéndose la extracción de petróleo y las emisiones de CO2 al planeta".
Las zapatillas Morvi veganas de Slowwalk son totalmente ecológicas, ya que su corte, forro, hilo y cordoneras están confeccionadas con PET reciclado, tejido que además de aportar beneficios ecológicos es muy práctico y de uso confortable, por su flexibildad, resistencia a las arrugas, facilidad de limpiar, impermeabilidad y rápido secado. Esta tela está certificada por el sello de calidad Global Recycled Standard. El GRS garantiza que el tejido de la prenda proviene de materiales reciclados. También implica el cumplimiento de criterios tanto a nivel social como medioambiental. En el terreno medioambiental determina la ausencia de ciertos aditivos tóxicos en las prendas y una buena gestión de las aguas residuales. En el terreno social asegura el cumplimiento de unas condiciones de trabajo dignas para los trabajadores de las fábricas.