ALICANTE. El exconcejal de Ciudadanos (Cs), Fernando Sepulcre, se alía con el equipo de Gobierno para dar el voto necesario a la regulación del gran comercio en la ciudad de Alicante, en la línea del acuerdo aprobado por el consejo local de comercio en octubre de 2015. El no adscrito ha concedido el voto clave que permite a PSOE, Guanyar y Compromís aprobar su propuesta de modificación del Plan General por mayoría absoluta (15 votos), después de que no haya prosperado la enmienda presentada por el PP para que se amparase de forma explícita la instalación de hipermercados en el frente de la avenida de la Universidad.
Tras explicar que sigue considerando necesaria la llegada de Ikea, Sepulcre ha justificado su apoyo a la propuesta del tripartito en que, "en beneficio de Alicante, debo velar por la situación presente". En esta línea, ha estimado que la regulación que implica el cambio urbanístico genera inversiones y favorece la creación de puestos de trabajo.
El portavoz del PP, Luis Barcala, ha insistido en que su grupo había llegado a plantear dos propuestas alternativas para completar los aspectos que todavía no se regulaban en el cambio urbanístico promovido por el tripartito. La primera, la enmienda sobre los hipermercados en la avenida de la Universidad, que ya ha sido rechazada. Y la segunda, que la propuesta se retirase y se debatiese en el pleno de septiembre para que se regulase también la ordenación de gasolineras y la incorporación de la avenida de la Universidad como vial estructurante.
El líder de los populares ha insistido en que está de acuerdo con esa modernización y esa generación de puestos de trabajo que, según el tripartito, promueve el cambio urbanístico que regula el gran comercio. Sin embargo, ha insistido en que "no terminamos de entender por qué hacen incompatible el desarrollo de Rabasa". Y con él, la llegada de inversiones a los barrios de la Zona Norte.
La portavoz de Ciudadanos, Yaneth Giraldo, se ha sumado a esa petición de aplazamiento del debate sobre la propuesta y ha insistido en que el acuerdo aprobado en el consejo local de comercio (PP y Cs no la votaron al considerar que se había presentado fuera del orden del día) no es vinculante -como, ha dicho, apunta el informe del secretario municipal- y ha insistido en que requiere de motivación. Barcala se ha acogido a ese último argumento para hacerlo suyo y subrayar el carácter puramente político de la propuesta.
Lo cierto es que los líderes de los dos partidos de la oposición han abundado en que, a su juicio, el objetivo último de la propuesta era por encima de todo preservar la zona de Rabasa "como viene intentando el señor Pavón de manera enfermiza desde el principio" con el riesgo que eso puede suponer para la implantación de una tienda de Ikea y la llegada de otras posibles inversiones.
Tanto el alcalde, Gabriel Echávarri (PSOE), como el portavoz del tripartito, Natxo Bellido (Compromís) y el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón (Guanyar), han recalcado que la modificación no pone ninguna inversión en riesgo, puesto que no afecta a la regulación de usos en suelo rústico, como lo son ahora mismo los terrenos de Rabasa. La modificación del PGOU -la número 35, que afecta al artículo 95 de ese documento- ha quedado aprobada finalmente por 15 votos (los 14 concejales del tripartito más el de Sepulcre) frente a 13 en contra (los de PP y Cs). La segunda edil no adscrita, Nerea Belmonte, no ha acudido a la sesión.