¿Se acuerda del hospital del Rey?, ¿sabe donde estaba y por qué se construyó?, ¿qué queda de él y qué terminaron albergando sus muros? Se lo cuento enseguida en este apasionado momento donde prevalece la palabra al ejercer de escritor puesto a su servicio desde la humildad de seguir aprendiendo de lo mucho que nos tienen que contar los sucesos ocurridos en la capital alicantina.
De vueltas con la crónica de Viravens de 1876. Le tengo un cariño especial. Desde que se editó de nuevo siendo José Luís Lassaletta alcalde socialista de Alicante, tiene un lugar destacado en mi biblioteca y recurro a ella a menudo, como usted sabe. Son sus palabras de hace siglos las que me han inspirado en algunas de estas crónicas de los lunes. Se refirió Lassaletta a ella manifestando que “Viravens es sin duda alguna pieza clave para conocer la historia de la ciudad. Sabemos que Viravens siempre es referencia obligada en cualquier cita histórica. Ahora el Banco de Alicante y el Ayuntamiento de la ciudad ponen en manos de cuatro mil personas esta “Crónica de la Muy Ilustre y Siempre Fiel Ciudad de Alicante”, una obra que llenará de gozo a estudiosos y curiosos de nuestra historia”.
Me guiaré de nuevo por las palabras de Viravens teniendo en cuenta que fueron escritas en el siglo XIX. Ha llovido bastante desde entonces, y más que nos hubiera gustado, aunque aplaudiendo cuando las danas pasan de largo que de esas hemos tenido muchas por estas tierras y no es deseable tener alguna más.
Deje que volvamos con el hospital del Rey. Se decidió por la municipalidad (expresión que usa Viravens) edificar un edificio a finales del siglo XVII (1685) porque Alicante necesitaba un nuevo hospital. En 1690 se adquirieron los terrenos en el barrio de San Antón. Se inició su construcción tres años después según el cronista citado.
Los planos originales se encargaron a Pedro Juan Violat, aunque hubo reformas posteriores por Vicente Mingot en 1768 y Lorenzo Chapuli en 1778. No fueron las únicas, se realizaron otras con posterioridad.
Ocupa una manzana, sí, no se sorprenda, aún está en pie, aunque para otros usos. Ahora verá. Tenía una planta en U al quedar sin edificar el lado Este, con un pequeño jardín al aire libre. Tiene tres plantas, tenía una capilla, y en el centro hay un patio.
En el siglo XVIII se destinó a Pósito o Granero Municipal, posteriormente se convirtió en hospital militar. En la puerta principal se pusieron dos escudos con las Armas Reales sobre su cornisamiento que estuvieron allí hasta que con la revolución de 1868 fueron destruidos por personas exaltadas. Fue hospital hasta 1931.
Ha sobrevivido a muchas circunstancias. Al derribo del barrio San Antón durante la guerra de Independencia, soportó guerras, vio evolucionar la ciudad … Aún sobrevive también la expresión “Hospital del Rey” dando nombre a una de las calles que lo rodean en uno de sus lados y perpendicular a la calle San Vicente.
Probablemente sea el edificio más antiguo fuera del casco antiguo, aunque dentro del núcleo urbano de la ciudad. Actualmente alberga la 321ª Comandancia de la Guardia Civil – una de las más importantes de España - hasta que esta se traslade a unos terrenos en Rabasa donde se construya la nueva Comandancia y este enorme inmueble sea destinado a otros usos. A algunos les gustaría que fuera el Museo de la Ciudad desde donde se contaran los pormenores de la capital alicantina. Mirando hemeroteca lo propuso Bellido de Compromís. Y yo me pregunto ¿pero eso no es el MUSA ubicado en diversas salas en el castillo de Santa Bárbara? Que mal uso se hacen de ellas y de lo que allí se expone. Ya lo he reivindicado en otra ocasión en una de mis crónicas.
Volveré a contarles más cosas del inmueble de la Comandancia de la Guardia Civil, de sus túneles, de sus vicisitudes.