Normalmente a estas alturas la mayoría estamos apurando el verano y aún nos quedaría seguramente la mejor parte; los últimos días de agosto con el ritmo lento que ofrece una ciudad a medio gas, sin cole, todavía muchos establecimientos en Elche, sobre todo en la zona centro, cerrados y sin activar todavía las oficinas o empresas los horarios ya completos. Menos correos, menos llamadas, menos reuniones, menos tráfico, menos compromisos y todo en una especie de standby que los italianos llaman ferragosto y que aquí sucede sobre todo la segunda quincena de este mes.
Sin embargo, este curso, el político sobre todo, va a empezar mucho antes. Se han cumplido seis meses del inicio de la guerra en Ucrania, un conflicto que ha cambiado la vida de millones de personas y que ha supuesto todo un reto para el mundo. Nos encontramos además, con el verano que están a punto de confirmar los datos como el más caluroso en décadas pero con algunas variantes, y es que las temperaturas no sólo han sido más altas que en otras ocasiones sino que se han mantenido más en el tiempo.
Les recuerdo que la primera ola de calor llegó el 10 de junio. Creo que vamos por la ¿quinta? Venga, no me fastidies, vamos a llamar las cosas sin eufemismos, eso no es ola de calor, eso es pandemia mundial o en este caso calentamiento global. Miedo me da que llegue septiembre.
Total que nos queda poco de ferragosto porque con la que está cayendo y la que va a caer con los precios y la inflación y sus consecuencias económicas, los políticos ya han vuelto. En Elche lo harán el lunes. Las elecciones municipales son en mayo y no está la cosa para despistarse. En algunos partidos la maquinaria está en marcha ya.
En uno la maquinaria se puso en marcha el 26 de mayo de 2019. “Pablo Ruz Alcalde, PRA” sigue su marcha y ello a pesar del durísimo mazazo de la pérdida de una persona clave en la carrera del presidente local del PP a la alcaldía. Sergio Rodríguez dejó mucho trabajo hecho y sus compañeros, que me consta que llevan el dolor por dentro, salieron, apenas unos días después de la terrible desgracia de su muerte, a hacer campaña en las fiestas con unos abanicos en una estrategia que el propio Rodríguez había planificado junto con otros compañeros.
Por el lado contrario, el PSOE trabaja la parte interna sin demasiadas algarabías. Lo primero que tiene que quedar claro es quién será el candidato. Sería Carlos González si se sigue a rajatabla la normativa de la dirección federal, que indica que en los municipios de más de 20.000 habitantes, los alcaldes que están gobernando no tienen que presentarse a primarias si quieren seguir, pero hay otras cuestiones a considerar y la principal es que el partido ahora en Elche y en la provincia está dirigido por Alejandro Soler y González prefirió posicionarse enfrente. Perdió y hay acuerdos que veremos cómo quedan con el panorama actual.
Todo apunta a una nueva etapa política u ola conservadora en Europa y lo ocurrido en Madrid primero y en Andalucía después, augura cambios en la Generalitat y en Elche. Nunca se sabe y todo puede cambiar en poco tiempo, sin embargo, el camino hacia una crisis económica no hace más que confirmar esos presagios.
Antes el PP ganaba algunas elecciones pero sin mayoría absoluta y no tenía a nadie con quien pactar. Ahora tiene a Vox que aunque en Elche no es un partido de militantes ni con actividad propia, las siglas tiran y sin hacer nada consiguieron dos concejales.
Esto, junto al posible declive de Compromís sin su figura más mediática en Elche y en Valencia, Mireia Mollà y Mónica Oltra, podría llevar a Pablo Ruz a la alcaldía, sea quien sea su adversario en el PSOE. Falta mucho, pero no falta nada. Los tiempos para estas cuestiones son muy poco predecibles. Poco nos han durado las vacaciones.