VALÈNCIA. (EFE). No ha pasado un mes desde el 39 Congreso del PSOE y la relación entre el "nuevo" Pedro Sánchez y los barones que apostaron sin éxito por su muerte política ya "está cambiando tanto desde un lado como de otro y para bien", asegura en una entrevista con Efe el portavoz del partido y alcalde de Valladolid, Óscar Puente.
Dice Puente que la relación con la andaluza Susana Díaz y el resto de líderes territoriales es "correcta, de diálogo, entendimiento y búsqueda de campos de confluencia", pero que ahora es la ejecutiva federal "la que marca la línea política del PSOE".
Excluidos de ese órgano todos los 'barones' -excepto Guillermo Fernández Vara como presidente del Consejo de Política Federal-, "cada parte tiene su autonomía, su territorio" y "la relación ahora se ajusta más a lo que debiera haber sido" en el anterior mandato de Sánchez.
Un periodo en el que, según explica, "había más una confluencia de intereses de carácter interno que de carácter verdaderamente político" y además eran "muy dispares porque, por un lado, tenías a Susana Díaz en Andalucía defendiendo que con Podemos ni agua, y, por otro, a Ximo (Puig) gobernando con Podemos en Valencia o a (Javier) Lambán apoyándose en los presupuestos".
Puente, que ve a ahora a Pedro Sánchez "mucho más experto, con un proyecto ideológico mucho más sólido" y con una "credibilidad que tienen pocos políticos", no le exime, sin embargo, de haber cometido errores.
"Yo creo que en esa relación en algún momento a lo mejor él cometió errores y también hubo cierta confusión por parte de algunos líderes territoriales, que creían que el criterio de la ejecutiva federal se conformaba a partir de los criterios sumados de los distintos líderes territoriales", argumenta.
Alcalde de su ciudad desde 2015, con un acuerdo de Gobierno con Valladolid Toma la Palabra (IU) y el apoyo en la investidura de Sí se Puede (Podemos), Puente defiende que, aunque esa ecuación no es ahora extrapolable al conjunto de España porque "la suma no da", en el Parlamento español "por lo menos se ha abierto una vía de diálogo en la que se pueden ir encontrando puntos en común".
Reconoce que hay "desconfianza" hacia Pablo Iglesias, pero recuerda que en Valladolid ese "principio de desconfianza con el tiempo se ha ido eliminando, porque el camino se hace andando (...) y de lo que se trata cuando uno quiere gobernar en coalición es de dejar a un lado aquello que te separa y poner en la balanza aquello que te une".
Convencido de que en solo "unos meses" -no creo que sea necesario mucho más"- al PSOE "se le verá como lo que realmente queremos ser, el partido de referencia en la izquierda en este país", Puente cree que para ello hay que "recomponer el proyecto del partido y trasladar constantemente credibilidad a los ciudadanos".
Por la segunda vía es por la que aspira a atraer el voto de centro: "el voto de izquierda tiene un componente ideológico importante y ahí es donde tenemos que hacer un esfuerzo por colocar ideas y propuestas que nos redefinan como partido de izquierdas y el centro creo que se gana con credibilidad".
Afirma que hay "mucha gente en el centro de este país que se identifica con las propuestas sociales o fiscales" de los socialistas, pero que necesita que estos les trasladen "credibilidad, capacidad real de poner en práctica esas medidas".
Algo que cuestiona de Albert Rivera: "Dice que mira mucho a Dinamarca, pero no lo veo en sus propuestas".
"Queremos ser Dinamarca en servicios, pero en impuestos queremos ser un país de la mitad para abajo de la UE o de los países de nuestro entorno", protesta el portavoz socialista, muy crítico con la rebaja fiscal pactada por PP y Cs, el 40 % de la cual "no beneficia a las rentas bajas, en contra de lo que se ha dicho".
En esa línea admite que "no son fáciles de explicar ni de entender" posiciones como la abstención de Extremadura en el reciente Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).
En la entrevista, a pocos días de las primarias a las que se enfrentan Fernández Vara y Ximo Puig, Puente les pide "no tener miedo a la democracia" y les garantiza que la ejecutiva federal "no va a tomar partido" en sus procesos.
"Hemos aprendido que al militante hay que dejarle tranquilito, que ya son mayores, que son inteligentes y que decidan. A lo mejor en un territorio como Valencia, donde ha habido una posición en torno a la cuestión federal hay otra distinta a la regional o son coincidentes, pero eso que lo decidan los militantes", señala.
En esa lógica sostiene que son los militantes los que "tienen que valorar si es buena o mala" la bicefalia.
"Si resulta que la persona que está gestionando la institución y el partido coinciden, estupendo; y si no, estupendo también. Lo que tendrán que hacer es buscar entendimientos y tratar de que no haya fricciones que perjudiquen al partido y a quien está en el gobierno".
En la semana en la que han culminado los cambios de responsabilidad en el grupo parlamentario, justifica que, si "hay una línea política y una dirección política nueva, tiene que estar en consonancia con el resto de direcciones que dependen de esa dirección federal".
Por eso censura la actitud del segoviano Juan Luis Gordo de no renunciar a su puesto en la Mesa del Congreso para ser sustituido por alguien de confianza de Sánchez: "Cada uno decide qué retrato se hace en cada momento, pero todos los compañeros deberían ser conscientes de que, donde están, están por el PSOE, no por ellos, y más en un órgano de ese tipo, que no ha decidido nadie con su voto en la calle".
Y como Óscar Puente presume de claridad a la hora de expresarse no esquiva tampoco la confrontación con los referentes históricos de su partido, a los que advierte de que "si siguen empeñados en que son ellos los que deben fijar el rumbo de la nave el entendimiento será muy difícil, porque el rumbo de la nave le corresponde al capitán y a la tripulación".