Ha sido imitado, pero nunca superado. Saturday Night Live lleva casi cincuenta años en antena y sigue siendo un referente televisivo de primer orden en Estados Unidos. Su humor absurdo, sus parodias políticas y sus invitados estrella ya son legendarios
VALÈNCIA. Pocos programas pueden presumir de tantas cosas como Saturday Night Live (SNL). Es el programa más longevo de la televisión estadounidense, con cuarenta y ocho temporadas en su haber. Ha dado pie a exitosas películas como Granujas a todo ritmo (The Blues Brothers, 1979) y El mundo de Wayne (Wayne’s World, 1993), pero también a momentos históricos, como cuando, en 1992, Sinéad O’Connor rompió una foto del papa Juan Pablo II al terminar su actuación, como protesta ante los abusos de la Iglesia católica. Las sátiras políticas del programa calan tan hondo en los telespectadores y en sus intenciones de voto que han dado forma a eso ya conocido como el efecto Saturday Night Live. Las parodias de Trump a cargo de Alec Baldwin o las de Tina Fey de la republicana Sarah Palin han hecho historia. Como también lo hizo aquel comentario recurrente que Chavy Chase, entonces en la plantilla del espectáculo, hacía cada sábado desde su falso noticiario, cuando abría diciendo: «y una semana más, podemos asegurar que el dictador Francisco Franco sigue muerto». En 1976, y después de cuarenta años gobernando, ni los yanquis podían creerse que Franco hubiese fallecido.
Fue concebido como un programa en directo, basado en piezas cortas humorísticas, realizadas por un elenco de cómicos al cual se unía cada semana un presentador invitado, que solía ser una estrella del cine o la televisión. Originalmente titulado NBC’s Saturday Night, se estrenó en octubre de 1975, con la intención de poder darle un respiro a la gran estrella de dicha cadena. Johnny Carson presentaba un programa de entrevistas nocturno que arrasaba entre el público. Los fines de semana se programaban resúmenes de los programas emitidos entre semana, pero Carson quería que sus vacaciones fuesen más largas, así que los resúmenes se usaron para cubrir sus ausencias. De esta manera, el programa estrella de los sábados por la noche dejó una vacante. Fue entonces cuando el productor Lorne Michaels se inventó una idea, que comenzó siendo un programa de culto y que en tres años pasó a ser uno de los grandes hitos en la parrilla televisiva americana. SNL fue, además, una cantera que dio a conocer a humoristas como Steve Martin, John Belushi, Billy Murray, Gilda Ratner, Jane Curtin, Andy Kaufman o Will Ferrell.
SNL comenzó a llamarse así en 1976, cuando se canceló el programa Saturday Night Live with Howard Gosell en la cadena rival ABC. En ese momento, su cómico principal era George Carlin, considerado como la piedra fundacional del monólogo de humor. El programa comenzaba con una pieza donde la estrella invitada se mezclaba con el resto del elenco, y luego se iban sucediendo más piezas y monólogos que se alternaban con canciones en directo. Fue Chevy Chase quien introdujo la frase emblemática del programa «¡En directo desde Nueva York!», con la que arrancaba cada capítulo. En sus intervenciones, Chase recurría a un latiguillo: «Soy Chave Chase y usted no». Esa misma frase la recrearía Emilio Aragón cuando, en 1983, hizo su primer programa de humor para TVE, Ni en vivo ni en directo. Emilio Aragón se agenció del lema de Chase y se inspiró en el humor gamberro del original americano para sus guiones. A principios de los noventa, David Trueba puso en marcha una versión a la española de SNL presentada por El Gran Wyoming. La aventura terminó de manera abrupta cuando se vetó una entrevista al escritor Quim Monzó, que unos días antes había ridiculizado a la infanta Elena.
Chevy Chase se ganó fama de problemático entre sus compañeros —tuvo una trifulca en la que acabó llegando a las manos con Bill Murray—, pero no fue el único antipático que pisó el plató de SNL. El actor Steven Seagal también se comportó con prepotencia, tanto que, en un monólogo posterior, Nicholas Cage decía: «creo que voy a ser el capullo más grande que ha visitado este programa», a lo que alguien respondía, «no, ese siempre será Steven Seagal». Las actuaciones musicales fueron unos de los grandes atractivos de SNL, por donde pasaron Nirvana, R.E.M., Blondie, Devo, Sting, Billy Joel, Billie Eilish o Rosalía. La realizada por David Bowie, en 1979, fue toda una performance, con un vestuario que evocaba a la pintora dadaísta Sonia Delaunay y con un todavía desconocido Klaus Nomi como corista. Entre las apariciones musicales más polémicas están la que ofreció Elvis Costello, en diciembre de 1977, cuando interpretó Radio radio, que denunciaba los manejos de las grandes cadenas comerciales. Aquello le valió una peineta que le dedicó Lorne Michael tras las cámaras y un veto que se mantuvo doce años. Años después, Rage Againts The Machine fueron invitados a abandonar el set cuando desplegaron dos banderas americanas bocabajo. Ese día, el candidato republicano Steve Forbes era el presentador invitado
SNL ha sido un programa con muchos hitos con nombre de mujer. Candice Bergen fue la primera actriz en presentar, repetir y presentar cinco veces. Tina Fey devolvió el brío que el programa había perdido en los años noventa. También se convirtió en la primera mujer que ostentó el cargo de guionista jefa en el programa.
Duración: Cuarenta y ocho temporadas. El primer programa se emitió el 11 de octubre de 1975.
El dato: Will Ferrell fue el cómico mejor pagado en 2001: cobró 350.000 dólares por temporada.
Curiosidad: Jim Carrey fue rechazado las dos veces que se presentó al casting y protagonizó su biopic, Man on the Moon.
¿Cómo verla?: Los capítulos más recientes pueden verse en Movistar+. La productora protege sus derechos de emisión y es prácticamente imposible ver ningún capítulo antiguo en YouTube.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 106 (agosto 2023) de la revista Plaza