ELCHE. Después de varias semanas por el runrún con el acelerador lineal para el servicio de radioterapia que donó Amancio Ortega al Hospital General de Elche, del que el Partido Popular preguntaba hace unos días desde que se firmara el convenio en 2017, el tema ha llegado al pleno de este lunes. En cualquier caso, la realidad es que el acelerador ya está instalado y entrará en servicio de forma inminente, de hecho, ya tiene citados pacientes para esta misma semana. Además, la conselleria de Sanitat rescindirá el contrato con Eresa para el acelerador que mantiene, porque se plantea adquirir otro de estos dispositivos a largo plazo.
Al hilo de esta cuestión, fuentes sanitarias confirman que los planes de Sanitat son los de adquirir un acelerómetro para el servicio de radioterapia para el Hospital General, aunque a largo plazo. Este vendría a sustituir el actual de la compañía Eresa que está en funcionamiento en el subterráneo del centro hospitalario. El motivo es que dado que la conselleria ya tiene preparado el que donó el magnate de Inditex, se ha decidido rescindir con la empresa que se encargaba de este servicio. Según ha podido saber este medio, ya hay un acuerdo para la rescisión del contrato, aunque este acelerador seguirá en marcha hasta que se realicen las pruebas todas las personas que tenían ya la cita prevista con él. Es decir que convivirán este y el donado por Ortega durante un tiempo.
Una vez finalice la lista pendiente con los pacientes que pasarán por las pruebas oncológicas con la máquina propiedad de Eresa, quedará únicamente el que entrará en funcionamiento estos días. Desde que se desmontó y se envió al desguace el año pasado el otro acelerador de Eresa, el Hospital ha estado tan solo utilizando uno, lo que supuso alguna demora en el servicio puesto que se esperaba que el nuevo pudiera instalarse antes. Aunque según fuentes hospitalarias no fue algo general y el cambio tampoco trastocará los planes. "Los pacientes no van a tener retrasos ni cambios de cita", explican, y aseguran que nadie se ha quedado sin tratamiento, además de que ha habido esfuerzos del personal para evitar generar listas de espera. "En algún momento puntual se ha derivado a algún accidente a la sanidad privada, pero de forma excepcional mientras se montaba el de Amancio Ortega".
Para poner en marcha el servicio se ha contratado a un jefe servicio, dos facultativos especiales de radioterapia, cinco especialistas de radioterapia, dos personas de enfermería y dos auxiliares de enfermería. Luego aparte otras dos plazas de auxiliar administrativo y dos de celador que se compartirán para otros servicios de oncología. Pero en total son alrededor de una docena de personas las que trabajarán junto al nuevo acelerador, y que han estado formándose este tiempo para la puesta a punto. El servicio está completo desde el 1 de septiembre, y en el futuro se espera ampliar la plantilla también para este efecto, lo que podría venir de la mano del nuevo acelerómetro. Mientras tanto, se va a empezar citando por las mañanas y en cuanto se pueda hacerlo por la tarde, se hará en ambos turnos.
Asimismo, desde el 1 de octubre el servicio de Radioterapia cuenta con su propio TAC, auxiliar del acelerador lineal, aunque no se descarta que se pueda utilizar para Urgencias si es posible, pero en principio será exclusivo para el 'búnker'. Ahora bien, hasta llegar a esta situación han pasado varios años y no ha sido un camino fácil. Por lo pronto, la donación del empresario gallego se vehicula a través de un convenio de colaboración entre su fundación y las comunidades autónomas, que piden informes de necesidad en sus sistemas sanitarios y en base a ello deciden. Así es el caso que en 2017 se firma el convenio entre la Generalitat y la fundación, para absorber los fondos con los que adquirir el aparato, ya que según la edil de Sanidad Mariola Galiana, no se hace una entrega física del acelerador sino del dinero para que cada comunidad lo encargue.
Tras la firma, en abril 2018 se licita el servicio y se adjudica a una de las pocas empresas estadounidenses que son las encargadas de armar estos dispositivos sanitarios. Se tardan dos años en construir, por lo que se entrega en 2020, que es a priori cuando en marzo se requiere desde la conselleria a Eresa que retire el que se desguaza para hacerle sitio al de Amancio Ortega. No sin polémica, porque algunos defienden, como el PP, que le quedaban años de vida útil, mientras que desde Sanidad aseveran que es la empresa la que decide desguazar la máquina porque es suya. Eso sí, tras el requerimiento de la conselleria de 'hacer sitio' para el dispositivo donado. Uno de los puntos que generaba fricciones en el pleno ilicitano del lunes entre PP y PSOE, que defendía que aquél acelerador ya había sobrepasado su vida útil.
Después de habilitar el búnker e instalar el aparato, Galiana asegura que tuvo que pasar también el trámite de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias para comprobar que todo estaba en orden. El paso siguiente ha sido el de la búsqueda del personal, cosa que según ha podido saber este medio, también supone meses de trámite, porque se tiene que solicitar a la conselleria de Sanitat, que esta dé el visto bueno, y después que la conselleria de Hacienda haga lo propio para comprobar que entra dentro de los márgenes presupuestarios, por lo que han sido meses para poder contar con el personal de oncología radioterápica. Los cuales han estado formándose hasta hace escasas dos semanas para trabajar con el acelerómetro, cosa que también se ha retrasado por los brotes de covid de principios de año.
En definitivas cuentas, un proceso largo, muy largo, entre la burocracia administrativa, entrega del aparato, permisos nucleares, formación del personal, e imprevistos de la pandemia mediante. En su defensa, desde la concejalía de Sanidad, aunque la competencia es autonómica, defienden que estos convenios de Ortega con otras comunidades también están siendo lentos en su implantación por todos estos trámites. Según denunciaba por el PP Inma Mora, el director gerente del Hospital General, Carlos Gosálbez, pedía en mayo de 2020 un informe que justificara la instalación inmediata del acelerador, ya que lo ideal para la dirección es que haya dos aceleradores. Y por ello se va a comprar uno en el futuro. Desde la perspectiva de la oposición, inciden en que el ya retirado aún podía estar en activo: "En vez de reivindicar y pelear, bajan la cabeza y claudican". Según la edil de Sanidad, era el que menos se utilizaba por su obsolescencia.
Con todo, el que entrará en funcionamiento de forma inminente es un modelo más moderno que puede atender a entre 60 y 70 pacientes al día y que es más preciso, al poder detectar concretamente las tumoraciones y no solo la zona tumoral, como el actual, según explica la edil. Así pues, mientras está en servicio el acelerador de Eresa, habrá dos en el Hospital General, además del reciente TAC. Cuando finalice el servicio con la empresa valenciana, habrá que esperar varios años a que el acelerador de Ortega tenga otro acompañante, ya que son al menos dos años los que se tarda en construir uno de estos dispositivos. Antes habrá que licitar y encargarlo.