SAN FULGENCIO. El nuevo dique anti riedas que anunció hace unos días la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio, Salomé Pradas, servirá para mucho más que contener las inundaciones en la localidad en lo que en la práctica será prácticamente una barrera perimetral en el entorno del casco urbano. Esta es al menos la intención del equipo de gobierno de la localidad. Su alcalde, José María Ballester, señala que esta infraestructura, destinada a contener el agua que "vuelve" desde la N-332 en Guardamar a la localidad cuando su cause natural choca con la elevación de la vía, impidiendo su desagüe al mar, hará que haya zonas inundables en el municipio que dejen de serlo. Esta circunstancia abre la puerta a que estos terrenos, ahora mismo en su mayoría destinados al cultivo o que están abandonados, puedan ser urbanizables. Para ello, deberá realizarse una modificación del PGOU de la localidad en la que, asegura Ballester, ya se está trabajando.
La falta de suelo en el casco urbano de San Fulgencio ha frenado la expansión del municipio, que si bien es cierto que ha crecido de forma significativa en los últimos años, lo ha hecho gracias a la expansión, que sigue en auge, de la urbanización La Marina, a varios kilómetros del casco urbano y muy cerca de otros municipios como Guardamar o Elche, que cuenta con una pedanía precisamente con el mismo nombre. El dique que construirá la Generalitat, con un proyecto heredado del anterior Consell dentro del Plan Vega Renhace, pretende convertirse en un futuro en una carretera, que en la práctica será como una especie de circunvalación que unirá la rotonda de la carretera que parte hacia Elche, la CV-860, y que enlaza precisamente con la urbanización La Marina y la Carretera de Dolores-Elche, con las afueras del municipio, a la altura de la compuerta de la acequia que llega hasta Guardamar, y que unirá la carretera paralela a ésta.
Los metros de suelo que se podrán ganar están por determinar y el trámite será largo. Depende de cómo se ejecute la obra, la normativa autonómica y el proyecto que desarrolle el Ayuntamiento. Por tanto, aún es pronto para determinar la superficie urbanizable que se ganará con esta acción, pero desde el Ayuntamiento están convencidos de que este dique les permitirá llevar a cabo las modificaciones necesarias. El proyecto del dique incluye además válvulas motorizadas que saquen el agua que pueda estancarse en el casco urbano al otro lado del dique, favoreciendo aún más esa "zona libre de inunaciones" que se pretende crear con esta infraestructura.
El Ayuntamiento de San Fulgencio debe trabajar ahora contrarreloj para que el proyecto sea una realidad. Y es que, si bien los más de tres millones de presupuesto de la obra recaen en la Conselleria, el Ayuntamiento es quien debe encargarse de la expropiación de los terrenos. Un trámite que todavía no ha comenzado y que juega en contra, en cuanto a tiempos, del Consistorio, pues el proyecto debe estar ejecutado el próximo año. Además, posteriormente tendrá que ejecutarse otro proyecto para convertir este dique en carretera, algo que no contempla la primera actuación.
Desde el Consell ya manifestaron hace unos días que la Generalitat “va a poner todas las herramientas a su alcance” para avanzar en la licitación del proyecto mediante un modelo de contrato mixto de reducción del proyecto constructivo y de ejecución de la obra, cuyo montante estimado es de 3,2 millones de euros.
Pradas ha asegurado que el Consell “va a ir de la mano de los alcaldes y alcaldesas para que el Plan Vega Renhace sea una realidad y atienda a la verdadera naturaleza de su objeto, que no es otra que la de preparar a los municipios ante futuras emergencias y catástrofes como la que sufrieron en 2019”.
Ejemplo de ello, ha añadido, “es la construcción de este polder o dique que impedirá la entrada de agua que, en situación de avenida o de fuertes lluvias, viene elevando su nivel desde el este del núcleo por efecto del remanso que genera la N-332. Una actuación que, en definitiva, reforzará la seguridad de nuestra ciudadanía”.