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Rocco Siffredi y el feminismo, una ficción imposible

La Berlinale estrena la serie de Netflix sobre la vida de la estrella del porno, Supersex, desarrollada a partir del guion de una reconocida militante por los derechos de la mujer

22/02/2024 - 

VALÈNCIA. En su premiada antología Supersex: Sexuality, Fantasy, and the Superhero, la académica canadiense Anna F. Peppard expone que los superhéroes “al usar ropa interior por fuera y mostrar con orgullo sus curvas exageradamente duras y sensuales dentro de trajes reveladores y ceñidos, invitan abiertamente a posibilidades eróticas”. Como analiza en sucesivos artículos, desde la eclosión de Supermán en 1938 hasta los universos transmedia DC y Marvel de hoy en día, los personajes del género siempre han despertado la lujuria, el chascarrillo y, también, la censura y la alerta moral, desde “una conspicuidad aparentemente obvia pero notoriamente ausente”.

El superhéroe favorito de Rocco Siffredi de niño no se andaba con insinuaciones y medias tintas. Según la miniserie que Netflix ha presentado en la sección Berlinale Special, el suyo cayó a sus pies de un camión de reparto cuando tenía 12 años. Se trataba del protagonista de una revista publicada a modo de fotonovela, primero en Francia y después en Italia, desde finales de los años setenta hasta mediados de los noventa, Supersex. Su procaz galán era un extraterrestre proveniente del planeta Eros cuya nave espacial se estrellaba en la Tierra y para sobrevivir tomaba el control del cuerpo de un comisario de policía francés. En cada número, tenía que resolver un caso con la ayuda de varias estrellas del porno galo de aquellos años.

Siempre según la serie, de aquello polvos y la insistencia de su hermano mayor, Tommaso, sobre el magnífico tamaño de su pene, vinieron los lodos en los que la luminaria del cine para adultos se halla encenagada en el primer capítulo. Corre el año 2004 y Siffredi visita la Convención porno de París para ser homenajeado, pero para sorpresa de los periodistas, anuncia su retirada. Acto seguido, en un renuncio a la salida de la rueda de prensa, esta vez más para regocijo que para sorpresa de los medios, embiste a una aspirante a actriz que pasaba por allí. A su oído, después de espetarle que tan solo es un trozo de carne, le advierte sobre la fina línea entre la vida y el porno. Y así arranca el relato de su supuesta tragedia.

Auscultado de la disfuncionalidad masculina

El semental de la Fuensanta  se apellida Tano, pero cambió su apellido al de Siffredi para su nombre artístico en homenaje al personaje de Alain Delon en Rocco y sus hermanos (Luchino Visconti, 1960). Después de protagonizar más de 1.400 películas y de un documental presentado en la Mostra de Venecia donde no escatimaba detalles escabrosos sobre su vida y la desigualdad de género en su oficio, Rocco (Thierry Demaizière, Alban Teurlai, 2016), el el actor, director y productor ha aprobado una serie biográfica titulada Supersex que Netflix estrenará el 6 de marzo.

Su showrunner es Francesca Manieri, conocida por coescribir la serie para HBO de Luca Guadagnino, We Are Who We Are, y L'immensità (Emanuele Crialese, 2022), donde Penélope Cruz interpretaba a la madre de un adolescente en transición. En declaraciones a Variety, la creadora ha justificado su decisión de unirse al proyecto: "Me dije a mí misma que si cuando a las mujeres se les da la oportunidad de profundizar en el corazón de la masculinidad -con toda su disfuncionalidad y toxicidad potencial, o incluso su poder- la rechazamos, entonces ya no podemos culpar a nadie".

Estrellas fugaces del porno

La trama viaja hasta la pequeña ciudad costera de Ortona, donde las emociones de Rocco oscilan entre la admiración y el profundo cariño hacia Tommaso, que está saliendo con la chica más deseada del barrio, la frustración en su relación con una madre volcada en los cuidados de su hermano pequeño con discapacidad y los enfrentamientos continuos con una banda de etnia gitana.

En los siete capítulos, la audiencia viaja desde sus orígenes humildes en la región italiana de Abruzzo hasta París, donde Siffredi coincide practicando sexo en un club con el actor que daba vida a Supersex en la revista seminal de su preadolescencia, Gabriel Pontello. Su ídolo fue el que entonces le presentó a los productores de porno con los que inició una carrera en las antípodas del anhelo de su madre, que le había conminado a ordenarse cura.

En Berlín, la prensa ha tenido acceso a los primeros tres capítulos, pero se ha revelado que en los ccuatro restantes se instala en Roma y, finalmente, en Los Ángeles, donde se erigió en una luminaria del porno duro con su trabajo junto a John Leslie y el productor John Stagliano. La serie describe su vida en la industria del cine para adultos, un ámbito absolutamente falocentrista, donde se construyen las fantasías de deseo y poder que dominan las relaciones entre hombres y mujeres, tanto en la cama como fuera de ella.

 Su protagonista es interpretado por tres actores diferentes en las distintas etapas de su vida. Alessandro Borghi, conocido por su papel en el drama alpino Las ocho montañas (Felix van Groeningen, Charlotte Vandermeersch, 2022), es el que le da vida en el furor de su carrera, un reinado inalcanzable hoy en día, ya que la irrupción de plataformas digitales en el comercio del onanismo, como el servicio de suscripción OnlyFans, ha permitido que particulares puedan grabarse desde su propio dormitorio y desarrollar un negocio por sí mismas que ha puesto en un brete a la industria pornográfica.

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