ORIHUELA. Las cuatro "Mazas de la Ciudad" acompañan a la Corporación municipal desde hace casi cuatro siglos. Desde 1629, son portadas por los maceros (actualmente por funcionarios municipales) acompañando a la Corporación Municipal en diversos actos protocolarios, principalmente en procesiones cívico religiosas. Ahora, la Concejalía de Protocolo las ha restaurado, gracias al trabajo del joyero y orfebre oriolano, Adolfo Valero Pérez, para que luzcan, de nuevo, en todo su esplendor. Así lo hará ya este fin de semana en los actos de las Fiestas de la Reconquista de Orihuela, tal y como ha explicado esta mañana la edil del área, María García, quien ha presentado los trabajos de restauración junto al oriolano encargado de llevarlos a cabo.
García ha destacado la excelente labor realizada por Adolfo Valero "es un orgullo contar en la ciudad con personas que puedan desempeñar este trabajo tan minucioso, que nuestro patrimonio esté en buenas manos y que lo pone en valor" y ha anunciado que "las cuatro mazas desfilarán por primera vez, tras su restauración, en la ofrenda de flores del próximo domingo. Con este trabajo queremos que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando de estos elementos que llevan con nosotros del siglo XVII".
Por su parte, Adolfo Valero Pérez, ha mostrado su orgullo por “haber tenido esta oportunidad y que el Ayuntamiento haya confiado en mí para poder restaurar las mazas”. Valero ha detallado que “las parte más importante de restauración ha sido cambiar el alma de madera, que alguna de ellas había dilatado por la humedad y había roto la plata por fuera. Hemos terminado el trabajo de repujado, quitado todas las grietas que tenían las mazas, las hemos desmontado y hemos conseguido darle un baño donde no perdiera su parte de antigüedad y que se notara su valor histórico y se le ha dado un baño de plata con parte de rodio y paladio para evitar que se envejezcan muy rápido”. El joyero ha dejado su firma y datado la fecha de restauración, para pasar a formar parte de la historia de estas piezas.
Las cuatro Mazas de la Ciudad datan del siglo XVII y está realizadas en plata utilizando la técnica del martillado y repujado. Las cuatro mazas son idénticas en tamaño y decoración. Constan de dos partes: la superior de forma globular achatada donde se repiten escudos dispuestos sobre cartelas en forma de pergamino timbradas con la corona real abierta, unos con las armas reales o de la corona aragonesa (en el campo del escudo aparecen cinco barras en lugar de cuatro) y otros con las armas de la ciudad, el oriol posado sobre un leño en posición andante y nimbado. La maza se remata con una replica del cuerpo de la maza.
La inferior, es un astil o mango de forma helicoidal separado en tres tramos por sendas molduras, la superior de mayor tamaño que las restantes. Se encuentra unido al primer cuerpo mediante una estructura circular.
Las mazas son portadas por los maceros acompañando a la Corporación Municipal en diversos actos protocolarios, principalmente en procesiones cívico religiosas. Tradicionalmente su uso le correspondía a empleados municipales vestidos con gramallas (vestidura larga hasta los pies con mangas de punta) llevaban también pelucas. Actualmente hay cambios en el vestuario y principalmente son empleados municipales los encargados de llevarlas en los actos. Figuran en el Inventario de Bienes Artísticos e Históricos de la Casa Consistorial.
Por uso continuo ya desde el siglo XVII (1629) se han llevado a cabo varias restauraciones, una de ellas se realizó en 1739 por el maestro platero oriolano José Martínez de Pacheco. En una de las mazas se conserva una marca que correspondería a sus iniciales JM. Este platero realizó una importante actividad profesional en la ciudad, destacan sobre sobre todo por los trabajos realizados en la Catedral de Orihuela.