Replicando a Antonio Zardoya

Este domingo he tenido el placer de volverme a leer mencionada, una vez más, por el que nunca entendí enemigo, pero que lleva demostrándolo años:  Don Antonio Zardoya, el que otrora fuese amigo. Desde otros medios hasta ahora en Alicante Plaza, Don Antonio siempre encuentra una manera de lanzar mi nombre por el suelo, envolviéndolo en toda suerte de menciones desastrosas. Y de paso, satanizar a una mujer a la que nunca le dio ni la más mínima opción de explicarse, mi amiga Nerea Belmonte ( yo la quiero y la querré siempre por ser una mujer excepcional). Francamente resultaría hasta un honor esta obsesión, si no fuera porque resulta cansina y absurda a estas alturas en las que, por no estar, no estoy ni en política y ni siquiera en Alicante casi nunca. Desde Ciudad de la Luz, donde ahora pocos recuerdan que trabaje como una burra y además conseguí que la sociedad gestora Aguamarga se doblegara hasta perder el juicio contra la Generalitat… (habida cuenta de rodar Lo imposible o de realizar el sacrificio personal con toda mi vida y mi hijo), pasando por mi antigua, muy muy antigua, estancia como concejal de Alicante o bien como CEO de mi agencia de publicidad Año Cero Comunicación, he sido privilegiada con sus comentarios. Hasta el punto de volver a ser parte de una columna de opinión tremenda en la que Don Antonio se carga el principio constitucional por el que la Ley Electoral dicta bien clarito que concejales, diputados, y cargos electos en general públicos van en listas cerradas, pero son dueños de sus actas. 

Un principio de equidistancia jurídica y política que crearon los padres de la patria precisamente para evitar que la dictadura de partidos hiciera mas daño del que ya está haciendo (a las pruebas me remito). De ser lo contrario, habría que ahorrarse muchos sueldos y poner un sistema de voto por proporcionalidad a la representación, ¿no creen ustedes? Si no tienen opinión ni capacidad de reacción ante injusticias o incumplimientos ninguno de los cargos electos, con que uno solo votase por el porcentaje que le corresponde de ciudadanos por su partido, asunto arreglado. Un ahorro que no veas ahora que tan de moda esta ahorrar con sueldos públicos. Pero no, además me acusa de pergeñar no sé qué movidas en un soportal de Alicante en la Plaza de los Luceros, cuando en realidad lo que hice fue ayudar a que no trataran de presionar y poner ante los caballos a una persona que solo quería votar en conciencia, Y nada más.  Este es el mismo principio por el que Pedro Sanchez es hoy presidente del Gobierno tras una moción de censura que cambio votos y voluntades firmadas poco después… precisamente. Volviendo a Nerea, sigue siendo curioso que todo se centró en ella, y no en Fernando Sepulcre, o en Ciudadanos, grupo que podía haber apoyado al PSOE y del que Zardoya era precisamente entonces asesor, qué casualidad…. Desliza sin embargo con ligereza palabras como cinismo, comparaciones con Murcia o ahora con Orihuela, y todo cuatro años después no se sabe con qué malsana intención (porque para hacernos un favor no creo, vaya…). 

Pues bien, quiero dejar claro de una puñetera vez que ni Nerea Belmonte ni yo tuvimos ningún beneficio de aquello, salvo un linchamiento colectivo diario. Es más, Nerea Belmonte vive muy lejos de Alicante, se dedica a otra cosa muy normal y yo también, puesto que vivo en Madrid. Y quiero dejar todavía mas claro que no voy a permitir que se me cercene ni un derecho más a hacer lo que me corresponda en Alicante como el resto de los ciudadanos. Y que no solo no me pienso esconderme, sino que voy a ir siempre con la cabeza muy alta, señor Zardoya. Y por favor, el señor Luis Barcala, mal que le pese, ha ganado las elecciones no porque Nerea Belmonte (victima por cierto de una venganza interna de Miguel Angel Pavón mucho antes de esa votación) se abstuviera (recuerdo una vez más que se abstuvo…) sino porque es, de lejos, el mejor candidato que se presentó a esas elecciones. That is all, Dear. Gracias mil.