ALICANTE. Go Girl Crazy! (Epic, 1975) es el primer disco de los estadounidenses The Dictators, un año antes de que se publicara el debut de los Ramones y dos antes de que hicieran lo propio en Inglaterra los Sex Pistols y The Clash. Y 1975 es también el año del debut de Patti Smith, lo que coloca a The Dictators en ese periodo que se conoce como el proto-punk, del que destacan pioneros como Los Saicos o The Stooges. Es decir, que son una parte importante del punk, uno de los grupos que se adelantaron a algunos de los grupos más decisivos de la historia de este estilo, y por ende, del rock. Y el sábado estarán en Stereo Alicante sacando a pasear esas raíces.
Dentro del punk podemos encontrar varias ramas. Dejando de lado la más ‘pura’ con esos acordes kamikaze o postulados contestatarios, a raíz de este surgieron movimientos más oscuros (post-punk), algunos más virtuosos (art-punk) y otros más cercanos al rock clásico como el punk-rock. Nuestros protagonistas no sólo pertenecen a estos últimos, también se mueven en los parámetros del hard-rock, como se ve en ese propio debut con punteos clasicones, mucha distorsión y gran énfasis en la parte vocal. Además, esta misma hace que en ese Go Girl Crazy! y sus ramalazos histriónicos toquen también algo de glam a lo New York Dolls. En definitiva, una suerte de punk, rock y hedonismo que entran en simbiosis en aquél disco que ya ha cumplido 42 años y que es historia de las guitarras del siglo XX.
De la formación original no están todos aunque sí sus pilares (Handsome Dick Manitoba, Ross The Boss, Andy Shernoff, Scott Kempner), por lo que habrá que ver cómo siguen en directo tantos años después. No es la primera vez que se ve a formaciones clásicas de los 70s de gira o en festivales, en un empeño por resistirse a morir o en rescatar el recuerdo de una época pasada cuando el grupo ya no da para más (pero sí para llenar la billetera). Y en ese sentido, el punk rock puede ser algo de doble filo, o mostrarse a medio gas, lo que puede ser un desastre, o demostrar que la máquina sigue engrasada, como se ha comprobado con las bandas veteranas de punk europeo que han ido pasando por el Fuzzville. Si los Dictators siguen con energía —y por lo visto en directos del año pasado así es—, será un buen concierto.
Dentro de la discografía del seminal grupo neoyorkino, desde luego destaca el debut y luego el Bloodbrothers (Asylum, 1978), disco en el que rescatan el espíritu punk rock que se había evaporado moderadamente en su anterior álbum. Después del tridente, llegarían años más irregulares con singles que se estirarían hasta los años 90s y entrados los 00s, del que también tienen un disco y un EP reciente. Durante los ochenta estuvieron inactivos, con sus miembros centrados en otros proyectos musicales, hasta que volvieron a reunirse en 1991. Y desde entonces siguen dando rienda suelta en directo a esas canciones que destilan punk rock, bastante melodía, dosis de humor y sátira y un gusto por el hedonismo y la chulería que les caracteriza. Todo ello ingredientes que les hacen muy apetecibles sobre el escenario, donde saben agitar al personal. El sábado saldremos de dudas.