De izquierda a derecha arriba en la primera fila: Alejandro Martínez (EFE & ENE), Antonio Aspas (Buy & Hold Capital), Antonio Jiménez (GVC Gaesco) y Francisco Varea (Edetania Patrimonios). En la segunda fila Javier Gómez (Andbank), Javier Navarro (Vinca Capital), Jesús Villegas (Renta 4 Banco) y Jorge Pérez (Libertas 7). A continuación Javier Lorenzo (jlorenzotrading.com), Mónica Blesa (Caixa Popular), José Gregori (Welzia Management) y Pilar Lloret (Nao SAM). Y en la cuarta Ricardo González (GPM), Sergio Serrano (Gesem AV) y Vicente Carpio (Finest Portfolio Ideas)
VALÈNCIA. Tras el periodo vacacional se recobra la actividad normal en los mercados financieros, que encaran la recta final del presente ejercicio con el 'tapering' o retirada de estímulos monetarios sobre la mesa. Por lo pronto, el BCE anunció el pasado jueves que va a rebajar su ritmo de compras de activos para tratar de frenar a la inflación. Para no pocos analistas, gestores, operadores e inversores fue un 'tapering' encubierto, pero para Christine Lagarde fue un 'recalibrado' de los instrumentos financieros que utiliza la institución europea para combatir la crisis pandémica.
Todo ello mientras las bolsas estadounidenses siguen en zona de máximos históricos, mientras las europeas mantienen un comportamiento menos intenso. La española, por ejemplo, ha visto como su índice de referencia Ibex 35 se ha movido este verano cerca de los 9.000 puntos. Una cota que ha llegado a superar por momentos en seis sesiones desde la del pasado 25 de junio, cuando cerró por última vez por encima de dicho nivel. El barómetro de la renta variable española es el que menos sube entre los principales índices bursátiles europeos en lo que va de año -tomando el cierre bajista del pasado viernes-, con una subida del 7,70%. Solo el británico FTSE 100 mantiene un alza a un dígito (+8,8%) frente a la del 20% del Cac 40 francés, la del 17,4% del índice paneuropeo EuroStoxx 50, la del 15,5% del FTSE Mib italiano o la del 13,8% del Dax Xetra alemán.
Las políticas monetarias ultralaxas de los bancos centrales, que se traducen en 'tipos cero', están empujando a los ahorradores a convertirse en inversores porque no les queda otra para tratar de conseguir rentabilidades. Todo ello en puertas de la presentación de los resultados correspondientes al tercer trimestre del año, que servirán para calibrar el estado actual de las cotizadas.
Pero nada mejor que sea una quincena de reputados financieros de la Comunitat Valenciana contactados por este diario los que ofrezcan su visión de cara al último trimestre del año y sus perspectivas de inversión. Todo ello en pos de ofrecer una mayor pluralidad de opiniones a los lectores. A continuación sus impresiones, que fueron recabadas horas antes de la reunión del BCE:
Pilar Lloret, directora general de Nao SAM
El balance que realizamos tras el verano es que tenemos una economía que se está recuperando más rápida de lo previsto, si bien algunos datos macroeconómicos en Estados Unidos están siendo algo más flojos -por ejemplo la tasa de empleo a principios de septiembre- como consecuencia de la variante delta del coronavirus. Esto va a estar compensado aún por la política monetaria bastante laxa de los bancos centrales; en este sentido, y en vista de que la recuperación del mercado laboral americano, está siendo más lenta es posible que retrase su hoja de ruta para reducir el 'tapering'.
En cuanto a resultados, el segundo trimestre fue muy bueno. Hasta aquí vemos que todo marcha de cara a que el mercado mantenga un buen tono. No obstante, no olvidemos que algunos sectores han corrido mucho y están algo ajustados, por lo que deberían corregir o al menos frenarse. Es el caso de muchas compañías en los sectores de materias primas, industria o relacionadas con el mercado de la renovación residencial y construcción en las que se ha anticipado ya un escenario optimista; en este sentido citamos nombres como ArcelorMittal, Saint Gobain, Sika, Schneider, ABB o Geberit.
¿Dónde puede estar el catalizador para una posible corrección? En que las tasas de inflación alta persistan más tiempo del que pensamos, en que se cree un entorno de escasez de materias primas y roturas de stocks -como estamos viendo en semiconductores-, o en un endurecimiento de la regulación en China donde además el crecimiento se está desacelerando. Estas serían para nosotros oportunidades de compra. Mientras tanto preferimos sectores que se han quedado muy baratos tales como compañías farmacéuticas (Roche, Novartis, Sanofi), algunas de alimentación (Anheuser Busch y Mowi) o dedicadas a la fabricación de envases sostenibles (Stora Enso y Mondi).
Francisco Varea, socio director de Edetania Patrimonios
Tras vivir uno de los veranos más tranquilos de los últimos años, se inicia septiembre con dos importantes citas para los inversores que pueden marcar el devenir de los mercados para los próximos meses: por un lado, la reunión del BCE que -tras el fuerte repunte de la inflación durante el mes pasado- podría dar argumentos a sus miembros más duros para presionar y obligar a replantearse su estrategia de compras de bonos. Y, por otro, la reunión del próximo día 22 de la Reserva Federal de Estados Unidos donde -aunque el último dato de creación de empleo parece alejar esta posibilidad- podría poner fecha al inicio de la retirada de estímulos. Si BCE y FED mantienen sus discursos prudentes, los mercados reaccionarán bien
El mercado -sabedor de que el principal catalizador de las bolsas es la liquidez generada por los bancos centrales- confía en que las presiones inflacionistas vayan remitiendo, evitando así una retirada abrupta de estímulos. Por eso, el poco intuitivo principio de 'cuanto peor, mejor' va a seguir presente: los datos macroeconómicos buenos serán tomados por el mercado con volatilidad y, en cambio, reaccionará con alzas a los datos que muestren cierto enfriamiento. Dado que los bancos centrales son conocedores de esta dependencia, todo parece indicar que serán muy cautos en la manera de activar el 'tapering', por lo que nos podría esperar una relativa calma hasta final de año.
Por su parte, el Ibex 35 -muy condicionado por su composición sectorial y pese a estar cotizando en ratios más atractivos que sus comparables- continúa siendo uno de los índices europeos más retrasado, con peor aspecto técnico y muy alejado todavía de los niveles prepandemia. Actualmente la zona de los 9.000 puntos está actuando como fuerte resistencia, por lo que si es capaz de superarla podría intentar acercarse al nivel psicológico de los 10.000 puntos.
Alejandro Martínez, cofundador de EFE & ENE Multifamily Office
Llama la atención que tengamos 2022 a la vuelta de la esquina cuando aún hay quien está procesando 2020. A los mercados les pasa lo mismo: viven en una especie de largo puente en el que además se inyecta dinero. Por eso nuestra opinión es que el último tercio del año será similar a los otros dos: extremadamente desigual pero con suma neta positiva. ¿Por qué? En primer lugar no hay obstáculos a la liquidez. Se habla del 'tapering', pero la realidad es que el mercado espera que se vuelva a retrasar y no reacciona corrigiendo como antaño. Esto significa 'dinero barato' para las compañías -especialmente para las tecnológicas-, que tienen vía libre para conquistar el mundo. Dicho de otra forma, el S&P 500 ha hecho más de 50 máximos históricos este año... con Afganistán incluido.
En segundo lugar, la inversión pasiva (ETFs) no deja de crecer. El propio Jack Bogle -decano de la industria- ya advertía de los problemas que esto podría generar, entre ellos el que las gestoras de ETFs acabarán controlando los consejos de las principales compañías. Sin embargo, desde el punto de vista del inversor no deja de ser más que otro viento a favor para aprovecharse del tsunami de liquidez que se está inyectando.
En tercer lugar, ¿qué hará usted con el dinero? Tesorería y renta fija fueron barridas del mapa, así que si queremos liquidez nos vemos empujados a asumir 'riesgo -un concepto que conviene entender- en la forma de renta variable. Las tasas de ahorro que la pandemia disparó se están convirtiendo en combustible para activos líquidos e ilíquidos, generando alguna que otra burbuja por el camino.
Disclaimer: Septiembre y octubre son los meses más volátiles del año en los que cualquier cosa puede pasar. En nuestro caso, hemos guardado algo de pólvora seca y esperamos ver oportunidades con descuento.
Antonio Aspas, cofundador de Buy & Hold Capital
Los inversores a la vuelta del verano se encuentran con un mercado con una enorme fortaleza, lo cual se puede ver en dos datos: el primero, que la bolsa americana ha marcado 58 máximos históricos en lo que va de año; y en segundo lugar, que no ha tenido ninguna caída significativa, es decir, superior al 5%, en este periodo.
En nuestra opinión, esta fortaleza se debe a dos motivos principales. Por un lado, a la recuperación económica fruto de la reapertura de la actividad que ha permitido la campaña de vacunación desarrollada en los países occidentales; y, por otro, a la falta de alternativas de inversión en un entorno financiero con tipos de interés cero, pero con niveles de inflación superiores al 2%, lo que supone que el inversor que no arriesga tiene una fuerte pérdida de poder adquisitivo; esto está provocando que los pequeños inversores cada vez destinen más recursos a la bolsa. Creemos que estos dos factores se van a mantener durante los próximos meses, por lo que vemos difícil una fuerte caída del mercado... salvo sucesos extraordinarios.
Lamentablemente la bolsa española está teniendo un comportamiento inferior al de la mayoría de plazas occidentales debido al fuerte peso en sectores tradicionales como son el financiero y eléctrico, así como el escaso peso en sectores de crecimiento como tecnología o de energías renovables.
Jesús Villegas, director de Renta 4 en Castellón
Inflación, inflación y más inflación. Ese ha sido el único tema que ha acaparado los principales titulares de la prensa económica durante el verano. Desde que se iniciaron las medidas cuantitativas (Quantitative Easing) en EE UU para reactivar a la economía tras la crisis financiera de 2008-2010 , el mantra que subyacía era que antes o después iba a aparecer la tan temida inflación. Y efectivamente, más de 10 años después está empezando a salir de su letargo. Una inflación controlada -en niveles del 2% tal y como propugna el BCE en Europa y también la Reserva Federal en Estados Unidos- es el nivel de referencia que debería aportar estabilidad a la evolución de la economía, pero ahora está claramente por encima y están empezando a sonar las alarmas. La FED en EE UU está atada de pies y manos y no está en disposición de subir los tipos de interés, ya que el sistema se caería y todo el trabajo de estos años habría servido para poco. Solo les queda controlar el tempo en la aplicación del 'tapering' para que en su repercusión sea la menor posible.
Pero no tenemos que olvidarnos de otra variable muy importante y es la existencia de una liquidez descomunal en el sistema. Desde la abrupta caída de los mercados en marzo del pasado 2020 no han vuelto a tener un mínimo recorte. Todo han sido subidas constantes hasta hoy y eso es debido a que no hay alternativas a los mercados que ofrezcan un rendimiento mínimo interesante, por lo que los mercados -a la mínima que bajan un poco- reaparecen de nuevo las compras para elevar aún más los índices.
Pero cuidado porque igual que la inflación ha tardado más de 10 años en aparecer, lo mismo pasará con las correcciones en los mercados. ¿Cuándo llegarán? No lo sabemos y tampoco deberíamos pretender ser adivinos. Tenemos que aprovecharnos de la inercia de los mercados y mientras las empresas ofrezcan unos rendimientos bursátiles acordes a los beneficios que generan con su actividad debemos seguir invertidos. Cuando aparezcan discrepancias entre esas variables tendremos que plantearnos otras cuestiones, así que para finales de año no habría que descartar alzas próximas al 8-10% en este último cuatrimestre -cerca de los 10.000 puntos del Ibex 35 pero por debajo-… siempre y cuando la inflación lo permita.
Ricardo González, gestor de fondos de GPM
Estadísticamente el periodo de mayor volatilidad para los mercados suele darse en los meses de septiembre y octubre, por lo que a la vuelta de las vacaciones debemos estar mentalizados de que los movimientos de los mercados es probable que sean de mayor envergadura que en las semanas precedentes.
Dicho esto -y más allá de consolidaciones naturales de corto plazo-, la tendencia de fondo en las bolsas mundiales a medio plazo continúa siendo indiscutiblemente alcista, por lo que nuestra predisposición sigue siendo compradora. Ahora bien, no vale comprar cualquier cosa. Las compras deben dirigirse a los mercados que estén experimentando un mejor comportamiento. En este sentido, por desgracia el Ibex 35 -como viene siendo costumbre desde hace años- no está entre los mercados con mejor comportamiento, mostrándose claramente incapaz de romper resistencias cuando otros mercados más fuertes como EE UU, Finlandia, Dinamarca o Austria están estableciendo nuevos récords prácticamente semana tras semana.
Guste o no, el Ibex 35 sigue siendo un claro coste de oportunidad, por lo que el punto de mira lo mantenemos alejado del selectivo doméstico y centrado en los mercados anteriormente descritos, sobreponderando sectores como el real estate, que históricamente tiende a funcionar muy bien en entornos de creciente inflación.
Jorge Pérez, director de Inversiones de Libertas 7
Los inversores se van a encontrar unos mercados en una situación no muy distinta a los últimos meses. Unos mercados donde los malos datos macroeconómicos son en muchas ocasiones aplaudidos con subidas de cotizaciones ante la expectativa de mantenimiento de las actuales políticas monetarias y medidas de estímulo; las cuales pesan más en las decisiones de muchos inversores que los resultados empresariales y niveles de valoración.
Unos mercados que están cotizando por encima de sus múltiplos históricos y que en términos generales ofrecen bajos retornos esperables a futuro si miramos situaciones similares históricamente, pero donde siguen existiendo oportunidades en valores concretos que se han quedado más rezagados en la recuperación.
La evolución de la pandemia y los anuncios de progresiva retirada de dichos estímulos -sujeta ésta a la evolución de las principales variables macro como crecimiento, inflación, desempleo...- marcarán la tendencia de los principales índices. Los resultados empresariales continuarán mejorando por el propio efecto comparativo respecto al ejercicio 2020, siendo también un soporte para las valoraciones. Bajo mi punto de vista cabría esperar un comportamiento relativamente positivo de las bolsas en los próximos meses. Otra cosa es qué podemos esperar más allá, dados los niveles de endeudamiento y déficits, el escaso crecimiento estructural de las economías avanzadas -insuficiente para evitar el enquistamiento de la deuda- y los múltiplos de valoración exigentes que otorgan menor margen de error.
Javier Navarro, asesor de Fundamental Approach y socio director de Vinca Capital
Desde Fundamental Approach recomendamos mantenerse invertido en renta variable -cada cual según su perfil de riesgo- hasta que los bancos centrales nos digan lo contrario. La señal debe ser la subida de los tipos de interés, mientras los analistas no esperan que esto ocurra hasta 2023 en Estados Unidos y 2025 en Europa. El 'dinero barato' es la gasolina que mueve los mercados. El escenario es óptimo para las bolsas, ya que tras el shock de la covid-19 estamos viviendo una fase de recuperación de los resultados empresariales y del crecimiento económico. Existe el riesgo de la inflación con unos últimos datos publicados bastante preocupantes, con Europa en el 3% y Estados Unidos en el 5%. No obstante, los últimos datos de creación de empleo en EE UU han sido algo decepcionantes, mientras la FED calcula que quedan 5,5 millones de empleos por crear para situarse en los niveles prepandemia.
Ante esta la situación, pensamos que los bancos centrales no van a arriesgarse a empezar demasiado pronto el 'tapering' (reducción de la compra de activos) y poner en peligro el ritmo de recuperación económica. Recordamos que mensualmente el BCE compra bonos por 110.000 millones de euros y la FED por valor de 120.000 millones de dólares. Con los tipos de interés cerca de cero es mejor ser accionista que prestamista. Ya lo avanzó durante el verano el conocido 'rey de los bonos' Bill Gross.
Dada la fuerte intervención de las bolsas - y desvirtuación de los mercados- por parte de los bancos centrales, apostamos por una continuación de lo visto durante el mes de agosto hasta final de año, pero estando muy atentos a cualquier cambio en la política monetaria.
José Gregori, director de Welzia Management en València
A la vuelta de las vacaciones es cuando muchos inversores recapitulan y preparan sus carteras para los últimos meses del año, respondiendo a preguntas como ¿qué estrategia debería seguir, ¿en qué activos debería invertir? o ¿cuáles son los principales riesgos a vigilar?
A estas alturas de 2021 nos encontramos con los índices americanos y europeos en máximos históricos, unas valoraciones excesivamente elevadas en algunos sectores y unas expectativas de crecimiento de beneficios récord para los próximos meses. Con la única excepción de nuestro selectivo, dado que el Ibex 35 es el índice europeo que menor rentabilidad ha logrado en el año. Las restricciones derivadas del coronavirus han lastrado a la mayoría de las compañías que componen el índice español, tanto por su composición sectorial como por su exposición al mercado latinoamericano, y sigue sin alcanzar la cota de los 9.000 puntos.
La situación macroeconómica es tan boyante -crecimiento en el empleo, inflación…- que no hay muchas más excusas para mantener las medidas de emergencia monetarias, así que la FED comenzará a reducir las compras de activos en los próximos meses. Con este escenario, nos mostramos positivos en sectores ligados a la recuperación económica y vemos oportunidades en ciertos valores 'value'; aunque nos cuesta creer que el movimiento rectilíneo y uniforme en los índices continúe sin una pausa, por lo que estamos muy pendientes a cualquier signo de volatilidad que nos muestren los indicadores que monitorizamos.
Javier Gómez, director de Andbank en València
‘Vuelta al cole’ tras un verano muy tranquilo en lo que a renta variable se refiere (ex mercados emergentes), con una volatilidad en mínimos del año. Mirando a final de año, la vista de los mercados está y estará puesta en la renta fija. Y es que los movimientos de los bancos centrales -o las expectativas de los mismos- son claves para unos activos, los bonos, que están en la base de la formación de las valoraciones de la renta variable. Es importante realizar una transición ordenada de salida del estímulo monetario. Por ello, creemos que las autoridades monetarias darán 'una de cal y otra de arena', con medidas graduales de retirada de incentivos, acompañadas de declaraciones que permitan que el público inversor entienda que "siguen presentes para lo que sea necesario".
¿Cómo reaccionarán los mercados ante el esperado recorte de compras de la FED? Si la historia nos sirve de referente, el 'tapering' previo (2013-2014) vino acompañado de mercados de renta variable al alza con cíclicas mejor que defensivas. La novedad frente a 2013 es que a día de hoy la inflación de corto plazo está muy por encima del objetivo de los bancos centrales, variable que podría cambiar un poco lo visto en 2013. Partimos de tipos reales muy próximos a mínimos y con el arranque de una estrategia de salida (aunque sea 'de puntillas' de la FED…), esperamos hasta final de año rentabilidades de los bonos al alza. Si las pérdidas en duración son limitadas no harían descarrilar al resto de mercados, pero sin duda pueden traer cierta volatilidad también a la renta variable habida cuenta del cambio de dirección.
Entramos también en un trimestre de moderación del crecimiento -sobre todo en la economía americana- donde el impulso fiscal dejará de ser directo e inmediato y pasará a ser sustituido por programas de gasto a largo plazo. Los resultados de las compañías del segundo trimestre han sido históricos y a partir de ahora comenzará a reflejarse un menor optimismo de cara a los próximos trimestres. El mercado se adelanta y, en unos meses en el que se han ido levantando las restricciones a la economía, los negocios más vinculados a la reapertura (turismo, viajes, comercio, negocios locales... ) lo han hecho ya peor que el mercado. Y esto pesa en determinados índices, sin que el Ibex 35 sea excepción. Pese a todo, seguimos viendo potencial en nuestro selectivo, con un objetivo de 10.130 puntos a un año vista.
Sergio Serrano, director general de Gesem AV
Tras el periodo estival no vemos que haya cambiado mucho nuestro escenario de aquí a final de año. Los resultados publicados correspondiente al segundo trimestre de 2021 fueron en líneas generales muy buenos, superando ampliamente las expectativas tanto en Europa como en Estados Unidos. En la parte económica hemos visto algo de ralentización en las últimas semanas, que ha estado motivada en gran medida por las nuevas restricciones a la movilidad ante las diferentes variantes de la covid-19, así como los cuellos de botella generados en algunas industrias por la escasez de chips o algunas materias primas donde el sector de automóvil es un claro ejemplo de ello.
En cuanto a la inflación, que sigue siendo el principal riesgo para la mayor parte de los inversores, en Estados Unidos ha mostrado ciertos signos de ralentización, mientras que en Europa - más atrasada en la recuperación económica- ha marcado niveles no vistos en 10 años al situarse en el 3%. Nosotros seguimos siendo de la opinión de que estas subidas serán puntuales y no obligarán a los bancos centrales a adoptar políticas económicas agresivas que puedan poner en peligro la recuperación, tal y como no se han cansado de repetir. Otro factor de riesgo al que los mercados están mostrando mucha atención es a los datos de empleo americano. Han perdido mucho ritmo en las últimas semanas, pero parece que gran parte de este menor ritmo de contratación puede ser debido al temor al coronavirus ante el aumento de los casos de la variable delta, y sobre todo al desincentivo que suponen las fuertes ayudas directas que han recibido los americanos para paliar los efectos de la pandemia, que acabarán en breve lo que nos permitirá salir de dudas en las próximas semanas.
Lo que es evidente es que el inicio del 'tapering' está a la vuelta de la esquina, por lo que si se hace de forma ordenada y no produce movimientos bruscos en el mercado de renta fija no lo vemos como algo negativo; al contrario, es un síntoma de que la economía puede seguir su curso sin la necesidad de 'respiración asistida' como son las compras de deuda por importe de 80.000 millones mensuales como es el caso del BCE. Esto último sí que es una anormalidad.
En definitiva, continuamos siendo optimistas con los mercados de aquí a final de año. Confiamos en que el crecimiento siga cogiendo tracción y la inflación se modere. Sí vemos las bolsas en sus valoraciones absolutas probablemente algo caras en términos históricos y analizadas de forma aislada, pero si lo hacemos comparadas con las otras alternativas de inversión -renta fija y real estate- no lo están en absoluto en términos históricos, especialmente respecto a la renta fija. Por tanto, seguimos apostando claramente por las bolsas y seríamos cautos con la renta fija donde esperamos subidas graduales -no bruscas- en los tipos de interés a largo plazo.
Vicente Carpio, cofundador de Finest Portfolio Ideas
Llevamos años siendo negativos con la bolsa española y no vemos motivos para cambiar de opinión. Esperamos cerrar 2021 cerca de los 8.000 puntos y más abajo en 2022. Aún no entendemos como hay inversores que siguen poniendo dinero en un mercado con tal volumen de empresas perdedoras habiendo alternativas más interesantes. Tenemos que dejar de lado a los bancos, a las empresas reguladas -aunque todas tienen riesgo regulatorio debido a cierta inseguridad jurídica- o a las energéticas. El dinero está en las tecnológicas, la inteligencia artificial, la biotecnología, las materias primas… y todo esto nos pilla muy lejos.
El 'tapering'a será inevitable porque la inflación va a ser mayor de lo esperada y nada transitoria. Los márgenes de las empresas no aguantan más y repercutirán el alza de los costes. Las subidas pueden ser espectaculares donde las compañías que puedan fijar precios serán las ganadoras y muchas cerrarán porque, además, no podrán asumir el aumento de los costes financieros. Los bancos centrales tienen por delante el reto de normalizar la política monetaria, de acabar con el 'monstruo' que han creado y dependiendo de los pasos que den y de cómo comuniquen -ojo que ya no está Mario Draghi-, los mercados amortiguarán mejor o peor el impacto de la retirada de los estímulos.
De aquí a final de año pensamos que las bolsas internacionales podrían tomarse un respiro y corregir; probablemente ningún sector se libre de la corrección pero cuando vuelva el dinero entrará en los mismos que lo vienen haciendo muy bien estos últimos años -sobre todo tech- y en aquellos sectores que nos protejan de la inflación.
Antonio Jiménez, director territorial de GVC Gaesco Bolsa en la Comunitat Valenciana
Tras un mes de agosto bastante tranquilo, con una volatilidad muy baja y con una media de ganancia en los mercados del entorno al 2%, hemos visto como nuestro Ibex 35 se ha quedado algo más rezagado en estas subidas. Lo ha hecho en gran parte por el retroceso del sector turístico y farmacéutico, a pesar del buen comportamiento del sector bancario, tecnología y telecomunicaciones donde, por ejemplo, Telefónica ha mostrado un buen tono. La publicación de los resultados empresariales antes del periodo estival han permitido esta tranquilidad, si bien es cierto que se detecta una cierta rotación rápida en aquellos valores más alcistas hacia otros que han quedado más rezagados
A nivel macroeconómico, existe cierta marejada de fondo como son los costes para las empresas donde han visto como les han aumentado el precio de las materias primas, de los transportes, el coste salarial, la electricidad... y a esto le han tenido que sumar los distintos cuellos de botella que existen actualmente. Esto ha provocado que este incremento en los costes se haya trasladado a los precios finales de sus productos. Sin embargo, la parte positiva es que de momento -y debido al ahorro actual de las familias y a las ayudas- no esté afectando tanto al consumo.
Esta inflación es la que está poniendo en jaque a los bancos centrales, que han de mantener un discurso muy prudente en cuanto a la retirada de estímulos ('tapering'), y al mismo tiempo tienen que estar vigilando también la recuperación económica y la estabilidad financiera. El mercado espera que se anuncie una retirada de dichos estímulos de una manera muy pausada y dilatada en el tiempo.
En nuestro país, el Ibex 35 ofrece un descuento del 15,8%, el empleo se va recuperando situándose a niveles de prepandemia con 3,3 millones de parados; la inflación sube algo más que en Europa -sobre un 3,3%-, por lo que debería recuperar terreno en relación al resto de bolsas en la segunda parte del año. Por lo tanto, el sesgo de la renta variable sigue siendo positivo; mientras a nivel de empresa vemos mejoras de beneficios en doble digito en 2022, si bien es probable que veamos algo más de volatilidad de aquí a final de año.
Javier Lorenzo, fundador y director de la escuela de trading Jlorenzotrading.com
El Ibex 35 acumula una subida de aproximadamente el 9% en lo que llevamos de año, bastante por debajo de otros índices europeos como el Cac 40 o el Euro Stoxx50 y de los principales índices estadounidenses como el Nasdaq 100 o el S&P500. Dada la situación actual de las políticas monetarias de los bancos centrales, parece que por el momento no van a parar de seguir inyectando capital y dejar de comprar activos, y el hecho de tener unos tipos tan bajos hacen poco atractiva a la renta fija. Desde mi punto de vista podemos esperar que la liquidez quiera seguir yendo hacia la renta variable, por lo tanto -aunque llevamos un año 2021 muy tranquilo y sin grandes correcciones- considero que esta será la tónica hasta final de año. En cualquier momento puede llegar una corrección, pero en estos momentos la salud del mercado es buena como así nos lo hacen ver los principales indicadores de amplitud del mercado. En principio si viene una corrección será algo sano y no debería tener una gran profundidad por el momento.
El problema del Ibex 35 es que los sectores más fuertes actualmente en Europa -tecnología hardware, productos electrónicos o servicios de soporte- no tienen demasiado peso en el selectivo español y, por lo tanto, le podría costar seguir el ritmo de otros índices. El sector bancario por el momento se mantiene más fuerte que el mercado y esto es positivo para el Ibex 35; pero otros como energía, electricidad o servicios públicos se encuentran ente los más débiles actualmente, lo que lastra mucho al Ibex 35.
Otro tema que está ahora mismo en boca de todos es la inflación y el 'tapering'; ya hemos superado un nivel del 5% de inflación en EE UU y un 3% en Europa y esto ya se empiezan a considerar niveles preocupantes. Los bancos centrales continúan argumentando que la inflación es transitoria, que pronto se ajustará y no supondrá un gran problema a medio plazo, pero lo cierto es que ya llevamos muchos meses con esta inflación creciente. En mi opinión en 2021 no vamos a ver consecuencias con respecto a esto y será 2022 donde ya los bancos centrales tengan que tomar cartas en el asunto... y el mercado pueda tener unos vaivenes importantes.
Mónica Blesa, directora de Banca Privada de Caixa Popular
De cara a final de año, esperamos que se mantenga la evolución de los principales mercados de renta variable -con correcciones puntuales-, pero manteniendo su tendencia. Seguiremos pendientes de la evolución de la inflación, los datos de empleo y el crecimiento, tanto en Europa como en EE UU, así como de las reuniones del BCE y la FED respectivamente. Sin olvidar a China, cuyo crecimiento económico presenta más dudas, lo que puede llevar a las autoridades a imponer medidas de apoyo.
En estos momentos tenemos tasas elevadas de inflación en Estados Unidos y acelerándose en Europa, lo que refleja tensiones puntuales fruto del ritmo de la recuperación económica, tanto en EE UU -que sigue siendo fuerte- como en Europa. Será importante seguir su evolución, así como los datos de empleo que se vayan publicando. Todo ello sin olvidar los resultados empresariales del tercer trimestre, que empezaremos a conocer en octubre.
Los bancos centrales ya han anunciado que empezarán a reducir paulatinamente las medidas de política expansiva que se están aplicando: disminución del ritmo de compras del PEPP (programa para paliar los efectos de la pandemia) por parte del BCE, y retirada de los estímulos por parte de la FED de cara a final de año donde tendremos más datos tras la reunión de septiembre. Lo que sí han dejado claro ambos bancos centrales es que van a ser muy cautelosos en el ritmo y que la retirada será muy gradual, manteniendo los tipos de interés en los niveles actuales.