En un entorno de fuerte aumento del rendimiento de los bonos a nivel global, hay un país que destaca por encima de todo: China. Aquí, los rendimientos han estado cayendo en todos los vencimientos. Tras alcanzar mínimos de varios años, recientemente se ha producido un ligero movimiento en sentido contrario, pero los gráficos siguen hablando por sí solos y preocupando a los mercados de renta fija.
En los plazos más largos, el movimiento ha sido especialmente llamativo. En noviembre del año pasado, el rendimiento de la deuda pública china a 30 años cayó por debajo del de sus homólogos japoneses. Esta caída de los rendimientos chinos los sitúa por debajo de los del país que ha sido durante mucho tiempo la referencia de la deflación y el estancamiento económico. Se teme que China se encamine hacia una forma de "japonización", es decir, una repetición del largo periodo de débil crecimiento y deflación que sufrió Japón y del que sólo ahora parece estar saliendo. Actualmente, los rendimientos japoneses siguen estando muy por debajo de los chinos en vencimientos de hasta diez años. Pero incluso aquí, la tendencia parece ser hacia una mayor convergencia.
La convergencia de los rendimientos entre las dos mayores economías de Asia lleva años produciéndose, impulsada por evoluciones económicas opuestas.
En Japón, las expectativas de un crecimiento renovado y un aumento de la inflación son cada vez más evidentes. Mientras tanto, en China, la preocupación por el estancamiento del crecimiento, los riesgos de deflación y la posibilidad de un aumento de los aranceles estadounidenses - que obstaculizarían aún más el crecimiento - están considerándose cada vez más.
Se teme una recesión económica general, similar a la experimentada por sus vecinos asiáticos en la década de 1990. Los recientes paquetes de estímulo han apoyado con éxito un repunte del crecimiento en China, como podrían demostrar las cifras del cuarto trimestre, pero es probable que los vientos en contra se intensifiquen en el futuro (los aranceles estadounidenses son el factor clave). En cuanto a los precios, preocupa que la tendencia deflacionista no pueda invertirse a corto plazo con medidas monetarias y fiscales.
Si el mercado de bonos sirve de indicador, las perspectivas económicas de China parecen sombrías. Sin embargo, creemos que aún hay potencial para que China rejuvenezca su crecimiento y evite el riesgo de una "japonización".