Alicante da la bienvenida al turista, en el sentido más amplio, desde que se conoce el turismo de masas. Ya no estaba reservado sólo a la alta burguesía o a la aristocracia que lo tenían orientado principalmente al relacionado con la salud a través de los balnearios. ¿Se acuerda del de Aigües? O los de la playa del Postiguet. Desde que el turismo es para todos, todo cambia, valga la redundancia.
Ahora con Fitur, la mayor feria de turismo del mundo con sede en Madrid, por supuesto inaugurada oficialmente por los Reyes de España, se abren nuevas oportunidades para emprender en esta materia. Es el escaparate de administraciones autonómicas, provinciales y locales donde dan a conocer sus ofertas turísticas. Es donde los tours operadores negocian la mayoría de sus contratos. Y el lugar donde cualquiera puede elegir su destino para emprender un viaje inolvidable.
El material gráfico de diferentes medios captó la imagen en la que se ve que los Reyes saludan a la Bellea del Foc delante del estand de Alicante en su paseo por la feria. Un gran detalle, Majestades.
Los medios de comunicación arden estos días con noticias de todo tipo sobre Fitur. En una tertulia de opinión de un programa nacional de radio escuché el día de su inauguración que esta feria había recuperado su esplendor después de los negativos efectos de la pandemia y de unos años de declive en la que se había convertido en un escaparate de rivales políticos, muchos de ellos no relacionados con esa actividad, que buscaban notoriedad.
Echando la vista atrás para ver de dónde venimos, recuerdo una reseña periodística en El Imparcial (23.10.1880) alabando las mejores condiciones de Alicante frente a las de Cannes, Niza o San Remo. Nada menos. La bonanza climática o las cómodas plazas de Alicante ya se destacaban en ese periódico.
Ahora es fácil divulgar contenidos relacionados con el turismo, pero ¿qué pasaba en el siglo pasado?, no ha transcurrido tanto tiempo.
En España el gran paso hacia adelante se dio en los años 60, una época de aperturismo del régimen franquista que miraba a otro lado por las muchas novedades que venían de fuera, de todo tipo, no le interesaba polemizar porque el turismo traía muchas divisas, tan necesarias para el propio desarrollo del país. Ya superado lo del bikini, que trajo cola. Con la iglesia nos hemos topado, que dría aquél. Ya se lo conté en otro artículo. Recordará que fue una alicantina, Amanda Segura Hernández, la primera en ponérselo y bañarse con él en la playa del Postiguet, o al menos la primera en trascender en la prensa (julio de 1951). Fue muy valiente para dar ese trascendental paso, casi como el de poner el pie en la luna (supongo entenderá mi ironía).
La difusión turística de aquellos años de mediados de siglo también fue un instrumento de propaganda internacional por los supuestos parabienes del régimen, aprovechaban las ofertas turísticas para dar otra cara más amable de la dictadura franquista. Se hacía a través de carteles, folletos, y medios de comunicación.
En esos años es cuando nació la marca geo-turística Costa Blanca (Orden de 31 de marzo de 1964 con la justificación del nombre; se inscribió en la Orden de 13 de marzo de 1965). Entonces abarcaba las provincias de Alicante, Murcia y Almería (hasta Cabo de Gata). Actualmente abarca sólo la provincia de Alicante. La propia marca Costa Blanca tiene un logo singular en el que se presenta un clima excepcional, la hospitalidad alicantina y la creatividad mediterránea. Entonces (y hoy) se atendía la obsesión extranjera del turismo de sol y playa. Claro que actualmente la oferta es más amplia.
Se dieron varios hitos para que Alicante fuera un destino turístico de primer orden. Uno fue el popular tren botijo (1893-1917), de bajo coste, que trajo del centro de la península a multitud de turistas con ofertas para visitar las playas alicantinas. ¡Por 30 pesetas! A su vez, la mejora de las carreteras fue invadida por el entrañable Seat 600 (el primero construido en España salió a la venta el 27 de junio de 1957). Muchos crecimos al amparo de este pequeño coche que nos parecía enorme.
Sorprende de lo que era capaz y a los muchos turistas que movió por España y trajo a las playas del Mediterráneo. Luego vino el Seat 1500, pero este ya era otro coche, más grande y confortable. Por otro lado, es de destacar la publicidad turística de Benidorm con su festival de la canción (1959) para promover la ciudad. Fue el inicio de Julio Iglesias, Raphael o Karina. Se promocionó esta localidad y con ellos toda la zona. En este proceso, el broche de oro lo dio el actual aeropuerto, abierto al tráfico el 4 de mayo 1967, consiguiendo el despegue internacional de la provincia en este sector.
En 1973 España superó los 30 millones de turistas. Fue el inicio de convertir al turismo en la principal industria de este país.
Después de echar la mirada atrás, permita que mire hacia el futuro. Muchas veces se compara a Alicante con Málaga y su proyección turística de los últimos años. ¿Qué tiene esa ciudad andaluza que no tenga Alicante? Buena pregunta que le hice a Ángel Luís Marcos, guía turístico de Bluemedtours, para este artículo. Me contestó que su apuesta por el turismo cultural. Mucho ha conseguido el Marq en este sentido con sus extraordinarias exposiciones, como la que se inaugurará el próximo mes de marzo con 'Los guerreros de Xian', pero hay mucho por hacer con el Mubag o el Maca. Y, por supuesto, con el Musa, tan desconocido.
Pero hay más. Felipe Lozano, guía turístico de Tramuntana Aventura, a quien le pregunté en que debería mejorar Alicante para captar más y mejor turismo, me comentó varias cosas como son la mayor implicación de la Diputación de Alicante en la interconexión entre museos de la ciudad; despertar el interés en potenciales infravalorados como el yacimiento de Lucentum; potenciar el Camino de Santiago (pocos saben que el más largo de España parte de la alicantina iglesia de Santa María); divulgar las maravillas que hay en el interior de la provincia, hacer la conexión del tram desde el aeropuerto con Alicante; así como aplicar campañas dirigidas a los extranjeros residentes con tiempo libre, poder adquisitivo y ganas de realizar actividades de todo tipo.
Mucho hay por hacer para que Alicante no tenga nada que enviar a otros destinos turísticos nacionales porque haya alcanzado sus metas. Ya es una referencia mundial en el turismo náutico con la Ocean Race, la regata de la vuelta al mundo a vela más exigente, siendo Alicante puerto de salida, en la que se fijan otras regatas para mejorar como el Trofeo Tabarca o la incipiente Alicante Royal Cup.
Alicante aspira a ser referencia mundial también en otros campos como el de cruceros, el turismo deportivo que tanto empeño está poniendo Paco Fresno, o el citado turismo cultural. No todo puede ser sol y playas, aunque la de San Juan esté entre las mejores playas del mundo. Pues eso.
Pascual Rosser Limiñana