Leo en un periódico el siguiente titular sobre la polémica ley de Irene Montero: "La decisión del Tribunal Supremo sobre la ley del 'solo sí es sí' confirma que el defecto estaba en la redacción de la norma". ¡Por fin se enteran, ya era hora! Pues claro que el defecto estaba en la redacción de la norma, ¿en dónde iba a estar, si no, en lo que decía la ministra que eran jueces machistas, aplicando indebidamente su novedosa norma? ¡Por favor! Cuánta demagogia emplean algunos en nuestro país. Esto de poner el ventilador para que la porquería creada en el Ministerio de Igualdad les salpique a otros no es justo ni correcto. Desplazamiento de culpa, se llama. Por más que llevara un buen propósito de favorecer a las víctimas, les salió el tiro por la culata. La prueba está en la modificación a todo correr de la norma a cargo del PSOE, con una evidente ruptura entre los socios de gobierno, lo que no ha podido impedir un auténtico chorreo de rebajas de condena.
La explicación de lo sucedido es fácil, desde el punto de vista jurídico. Uno no puede cargarse de un plumazo los principios jurídicos más elementales, ni tampoco la Constitución ni las fuentes del Derecho, y todo ello porque 1) sea lega, por no decir analfabeta, en materia legislativa y 2) tenga la aspiración, absolutamente peligrosa y naïf, de poder volver a su casa de noche, sola y borracha, como si esto resolviera algo y no fuera un auténtico brindis al sol sin dos dedos de frente.
Los agresores sexuales pasan un montón de la tal Montero y toda su corte celestial de asesores (que para qué tantos para, en resumen, no dar pie con bola, digo yo). Los agresores sexuales van a lo suyo, a saciar sus bajos instintos de dominio, y punto. Y pretender que desaparezcan ese tipo de conductas es una aspiración completamente utópica hoy día; no sabemos si cuando la sociedad evolucione, dentro de muchísimo tiempo, tal vez se consiga erradicar este tipo de comportamientos antisociales, pero de momento es obvio que, cuando una mujer quiere regresar a su casa de madrugada, siempre tiene que pensar cómo vuelve y en qué compañía, en su caso. Es lo sensato. Espero que las jóvenes no escuchen mucho a Montero en esto.
Volviendo a lo de las fuentes del ordenamiento jurídico español, conforme al artículo 1 del Código Civil éstas son la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho. La jurisprudencia -es decir, las sentencias que dictan los tribunales y juzgados, de los que el máximo órgano es el Tribunal Supremo, como su nombre indica- tiene un valor complementario y formalmente no es considerada de fuente del Derecho. Esto significa que el Tribunal Supremo no puede aplicar a su antojo las normas jurídicas, ni las sentencias que dicta tienen un valor superior al de las normas dictadas y vigentes.
Quiero decir con ello que el Tribunal Supremo tampoco podría haberle enmendado la plana, aunque quisiera, a la 'Fallida Ley Montero', que propongo que la llamemos así mejor, es lo justo, se lo ha ganado a pulso. En este caso, muchos esperaban como agua de mayo que el Tribunal Supremo se pronunciara acerca de las rebajas de condenas solicitadas por convictos por agresiones sexuales. El Supremo ha desestimado 27 de los 29 recursos interpuestos por el Ministerio Fiscal, confirmando así las rebajas de condenas. No había otra, al ser más favorable en algunos casos la Ley de Montero que la norma penal anterior.
En nuestro sistema jurídico las normas con carácter general no se pueden aplicar con carácter retroactivo, con la excepción de la retroactividad de las normas penales y sancionadoras posteriores que sean más favorables. Por eso, al cambiar los criterios en la Ley Montero con respecto a cómo estaban tipificadas las agresiones sexuales en el Código Penal hasta ese momento, se ha dado lugar a este dislate, que ha posibilitado que más de cien agresores sexuales hayan podido salir en libertad antes de tiempo.
Y esto es lo que justifica que lo de estudiar sí tiene sentido, que no es lo mismo ser jurista que fontanero o psicólogo, o cirujano que torero o reponedor. Somos todos iguales, unos más iguales que otros, y cuidado con quién nos vaya a gobernar. Ojo, que van ya más de 1.000 rebajas de condenas, un despropósito mayúsculo. Las consecuencias del desatino mesiánico de Montero son de caerse de espaldas, pero ella sigue ahí, tan tranquilita, que mes que sigo mes que cobro de ministra. Especialmente ahora que no cuentan con ella para la coalición que va a encabezar Yolanda Díaz para el 23J. Lógico.
Mónica Nombela