ALTEA. Un centro cultural sobre las raíces de Altea en el mundo rural. Este es el nuevo proyecto presentado ante la Generalitat Valenciana para pedir la Declaración de Interés Comunitario para poder seguir adelante con él. La promotora es Ana Such, que ha obtenido en régimen de cesión por parte de los hermanos Fuster Ripoll una parcela en la partida del Barranquet. Según recoge el propio proyecto, lo que se pretende es dotar al municipio de unas instalaciones para dar a conocer sus tradiciones, dónde aprender y concienciar, a la vez que ayudar a la vuelta a lo tradicional, y a la conservación y puesta en valor de la agricultura.
Así, uno de los objetivos es motivar a los vecinos y a las nuevas generaciones a que continúen con el cultivo de sus parcelas. Los terrenos en los que se prevé este centro servían hace dos décadas a la familia de la promotora para la actividad agrícola y ganadera, hasta el fallecimiento del abuelo materno de la promotora. Con ello, quiere también recuperar el aspecto y uso tradicional del mismo. Al mismo tiempo, el proyecto prevé la realización de actividades extraescolares para el público infantil o para adultos enseñando prácticas para el cultivo del suelo y su mantenimiento.
La promotora prevé un coste de las obras de 150.000 euros. En base a ello, calculan un 2% para estimar el canon a pagar por la DIC, aunque se rebaja un 50% su estimación, hasta los 1.486,68 euros, por ser una actividades susceptible de generar empleo. En este caso, consideran que se necesitará unos siete trabajadores para el funcionamiento diario del centro cultural. Con todo, la promotora solicita un permiso de 30 años, tras lo cual, tendrá que dejar el terreno tal y como estaba.
En concreto, el proyecto se ubica en la parcela 18 del polígono 10 de la partida El Barranquet de Altea. El terreno cuenta con 5.037 metros cuadrados y entre los diferentes espacios se estima un aforo total de 49 personas.
Como se decía, la actividad principal busca promover y recuperar las tradiciones agrícolas y culturales, oficios perdidos y actividades artesanales, haciendo especial hincapié en la realización de actividades intergeneracionales entre niños, adultos y los mayores. De este modo, quieren crear una oferta cultural "sostenible, saludable e integradora" entre generaciones y culturas "con una mejora del impacto social y medioambiental y una nueva propuesta de valor que atraiga a un nuevo perfil turístico".
Sus instalaciones están pensadas para un nuevo espacio de aprendizaje y con actividad de museo de la etnografía agraria alicantina, según sus promotores. Otro de los usos plasmados en el proyecto hablan de impartir talleres de producción tradicional y ecológica de productos agroalimentarios, otros teórico-prácticos para enseñar tradiciones agrícolas, la costura, el esparto, la cerámica, la ebanistería o bailes y canto tradicional. De llevarse a cabo, también se podrá dar charlas en directo, reproducir videos sobre todo lo comentado o abrir al público exposiciones sobre todo ello.
Para todo ello, dice el proyecto, se precisa la construcción de tres espacios diferenciados, todos ejecutados con técnica tradicional o bioconstrucción. Así, explican que será con materiales autóctonos, creando el menor impacto visual. El edificio principal tendrá una altura y albergará la casa museo, donde se realizarán las charlas y talleres en su planta diáfana. En su exterior se recreará una vivienda tradicional de la zona del siglo XIX.
El segundo espacio será un adosado al principal, y buscará el estilo Riu Rau, abierto por uno de sus lados y orientado al suroeste. Servirá para la realización de otro tipo de talleres que necesiten estar en el exterior, como la cerámica, la ebanistería o el esparto. Y a su vez, tendrá la función propia de secado de pasas y otros frutales. Además, la tercera ubicación diferenciada consistirá en los baños, vestuarios y almacenes.
Con todo, la mayoría de la parcela se mantendrá en cultivo, alcanzado los 4.366 metros cuadrados, es decir, el 86,68% del total, descontando la zona de aparcamiento, senderos accesibles y edificaciones necesarias. La intención es mantener el cultivo de naranjos existente, combinándolo con otros frutales de la zona, hortalizas, uvas y especies aromáticas.