EN LA FRONTERA / OPINIÓN

Prejuicios: los vecinos del PAU 1 no quieren enfermos mentales

27/03/2022 - 

ALICANTE. Hace siete meses, la Junta de Gobierno Local de Alicante, PP y Cs (Mari Carmen Sánchez), aprobó la cesión de una parcela de casi 5.000 metros cuadrados en el PAU 1 para la instalación de un centro de salud mental, promovido por la Asociación para la Defensa de Personas con Enfermedades Mentales, Adiem: una entidad sin ánimo de lucro que cuenta con múltiples patrocinadores; ayuntamientos de Orihuela, Almoradí y Torrevieja, Generalitat Valenciana con Labora incluido, Fundación La Caixa, y Asisa entre otros. Entidad sin ánimo de lucro con un amplio abanico de actuaciones que van desde la intervención directa a los pacientes hasta su integración social y laboral, aplicando las tecnologías propias de la intervención socio/comunitaria. Adiem está presidida por Gertrudis Marcos Lizón y ya han dejado su impronta en la Vega Baja desde que se constituyó la asociación en 1997, con sede en Orihuela. Tienen currículum y experiencia, salvo que alguien demuestra que el currículum es malo y la experiencia también.

Los vecinos del PAU 1 se han puesto en pie de guerra: rechazo frontal al proyecto. Y Barcala empieza a titubear para ofertar a Adiem otras posibles ubicaciones. Grave: ello supondría revocar un acto administrativo adoptado por un órgano colegiado como es la Junta de Gobierno Local. Y, como es sabido, la Administración no puede ir en contra de sus actos reglados; lo contrario es... Que pongan el nombre los juristas, empezando por don Barcala que es abogado. Yo me barrunto que los vecinos no quieren loquitos en su barrio: me barrunto no, estoy convencido. Y de esta forma perpetúan, queriendo o sin querer, la estigmatización de la enfermedad mental (en la que conviven mil variantes y grados) y a que la cotidianicemos: tengo aversión a la palabra normalizar (lo que no es normal es anormal o subnormal; minorías étnico/culturales, minorías sexuales/adscripción de género, personas con discapacidad...).

Me recreo en el argumentario esgrimido por el fundador de la asociación de vecinos del PAU 1 en Información, un tal Francisco Sampere, Argumentos endebles. Voy al mayor: ceder la parcela a un asociación privada, pasa por alto que no tiene ánimo de lucro, lo cual la aproxima a la filosofía de una ONG, es privatizar la sanidad. Es decir, si el complejo de salud mental, que comprende hospital de día y plazas para residentes nocturnos, lo promoviera el sistema público sanitario o de inclusión social, sería algo fetén. No sé: me gustaría conocer la opinión de las conselleras de los ramos citados, Ana Barceló y Mónica Oltra con quien Adiem ya ha firmado un convenio (Conselleria de Políticas Inclusivas). Convenio que se irá al traste si no hay emplazamiento.

¿Qué pasaría si en vez de un centro para enfermos mentales estuviéramos hablando de un centro de Asisa, por poner un ejemplo? ¿O una sucursal de la selecta clínica Ruber, del grupo Quirónsalud? ¿O un centro avanzado de cirugía estética? Pues que los vecinos aplaudirían con castañuelas. Pacientes de poder adquisitivo medio y alto para el barrio: y cuerdos (es un decir, que levante la mano quien no tiene un tocao o un familiar próximo con cierto grado de enfermedad mental más o menos severa).

Carmen Robles. FOTO: Tino Calvo.

Todo esto me retrotrae a principios de los años 2.000 cuando Manuel Peláez y su esposa Carmen Robles pilotaron un proyecto para el PAU 2 para crear un centro de apoyo a personas drogodependientes: Proyecto Hombre. Robles asumía la dirección. Una idea que boicoteó sutil y no sutilmente la izquierda municipal con el PSOE al frente (sí) y, sobre todo, el llamado colectivo vecinal que se puso de los nervios. ¿Drogatas en un barrio residencial de moyenne classe? Hasta ahí podíamos llegar. La idea se fue al traste en 2003 con palabras de amargura del entonces alcalde Luis Díaz Alperi: "Es un rechazo inmoral". Llevo dos semanas positivizando a Alperi: no sé si me lo tengo que hacer mirar.

Hasta el momento solo Compromís, Natxo Bellido, viene apoyando claro y alto el centro de salud mental, asunto que se va a ver en próximo pleno. Esto lo engrandece frente al mutis general que se ha impuesto en el Consistorio, y la postura meliflua de PP/Cs, pensando más en los votos que en el bien común. Digo meliflua: no quiero repetir la apreciación de don Alperi con lo de Proyecto Hombre. Sí que albergo en el recuerdo la profunda tristeza de Peláez, dispuesto a ampliar la responsabilidad social corporativa de Ecisa: tristeza con gotas de amargura.

CODA: Manolo Mata, portavoz socialista en Les Corts, se ha mostrado en contra del pacto Sánchez/Marruecos que legitima la anexión del Sáhara Occidental, la antigua provincia española. Era lo menos que se podía esperar de Izquierda Socialista. Adolfo Útor, con retórica empresarial, lo ve bien en aras al negocio de Balèaria: aunque se cura en salud advirtiendo de los afectos adversos en las relaciones España/Argelia. ¿Qué pensará de todo esto Andrés Perelló, un vip de Izquierda Socialista, flamante director de Casa Mediterráneo? Ardo en deseos.

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