MADRID. El fabricante alemán de vehículos deportivos Porsche está llevando "al límite" a la octava generación del 911, al que está sometiendo a un programa de pruebas en varios lugares del mundo.
El nuevo Porsche 911 está previsto que llegue al mercado a principios de 2019, según la marca alemana.
Los prototipos del 911 que está utilizando trabajan "bajo una fuerte presión" en diferentes pruebas a lo largo del mundo, en las que se están enfrentando a zona climáticas con diferencias de temperaturas de hasta 85 grados centígrados, a desniveles de más de cuatro kilómetros y a "grandes" atascos en las principales ciudades del mundo, sin olvidarse de establecer nuevos récords en los circuitos.
El tren de rodaje debe funcionar tan bien como los fluidos, los sistemas, los procesos operativos o las pantallas, ya que es la única manera de cerciorar que el vehículo está capacitado para rodar en cualquier parte del mundo "sin problemas", según el jefe del Proyecto Global del 911, Andreas Pröbstle.
Las pruebas se han centrado primero en las áreas donde Porsche tradicionalmente ha tenido más experiencia, como el chasis y el motor, que se han mejorado para aumentar tanto las prestaciones como la facilidad para el uso diario.
Adicionalmente, el fabricante ha previsto unos tests de funciones y de stress para todo el nuevo concepto de manejo del habitáculo, así como para los instrumentos y pantallas.
Los nuevos sistemas de asistencia a la conducción y de conectividad también han de superar los retos de unas "extenuantes pruebas maratonianas", ha indicado la fuente.
Con todo ello, lo que quiere lograr Porsche es que la nueva generación de este icónico deportivo siga siendo el "mejor 911 de todos los tiempos".