VALÈNCIA. La semana pasada Facua Comunidad Valenciana denunciaba a la promotora del Low Festival, Promociones Baltimore SL, por prohibir el acceso a sus instalaciones con comida o bebida adquirida en el exterior de su recinto. Esta limitación aparece en el apartado de información útil del festival, y dice así: “No está permitido acceder al recito con comida o bebida, por motivos de seguridad”. Así pues la organización, actuando en defensa de los consumidores, decidió interponer esta denuncia por tratarse de una “cláusula abusiva” que perjudica al consumidor y que en según que casos le limita a la adquisición de comida y bebida en el interior del recinto. Con esta ya son tres las ocasiones que el Low Festival ha recibido esta denuncia por parte de Facua, pero al igual que sucedió en 2018 y 2019 aún no se ha obtenido respuesta.
Ahora bien, la pregunta del millón es: ¿Por qué no se puede acceder con comida y bebida a los recintos festivaleros? Y otra incógnita que se plantea es: De cara al futuro… ¿Es posible que algún día cambie esto? Con motivo responder a estas preguntas Culturplaza ahonda en las cláusulas festivaleras y los motivos concretos de la denuncia de Facua, junto a la colaboración también de Producciones Baltimore. Un diálogo a dos voces (y entre bastantes leyes) para conocer los entresijos de esta denuncia, que lleva realizándose por parte de la organización desde el año 2018 a festivales de toda España.
Desde hace varios años en muchos festivales españoles, tales como el Low Festival, el FIB o el Arenal Sound han recibido la misma denuncia por parte de la organización en defensa de los consumidores. Pau Bernat, presidente de Facua de la Comunitat Valenciana, explica los motivos por los que consideran esto un “abuso” de los consumidores: “En los festivales la principal actividad es la musical, no la de restauración. Dentro tienen servicios referidos a este sector pero con precios muy elevados", explica mientras plantea la incógnita sobre la motivación económica de los festivales: “¿Los festivales hacen en este caso música o restauración? Si necesitan una mayor retribución económica que suban el precio de las entradas”, plantea.
En este caso lo que dice la ley sobre las "cláusulas abusivas", tal y como se plantea en el capítulo 89 del Real Decreto Legislativo, es lo siguiente: “Tiene la consideración de las cláusulas abusivas la imposición al consumidor y usuario de bienes y servicios complementarios o accesorios no solicitados”, en lo que Bernat argumenta: “Vas a un festival a escuchar música, no a comer o cenar dentro de este”, aunque comprende en cierto modo la necesidad de recuperación económica de los festivales: “Los festivales están ahora recuperando su capital económico, pero lo justo sería que si necesitan una mayor retribución económica no vayan por ese lado”. Con o sin recuperación de por medio la organización en defensa de los consumidores denuncia que los precios de este servicio son excesivamente elevados, y por tanto abusivos.
Los festivales pueden acogerse al derecho de admisión, según lo estipula la Ley de Espectáculos Públicos Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos y su artículo 33, que comprende lo siguiente: "puede reservarse el derecho de admisión a cualquier usuario que porte un elemento que pudiera producir molestias a otros espectadores o usuarios, o bien dificulte el desarrollo del espectáculo o actividad”. Así pues, por parte de Promociones Baltimore SL se defiende que pueden resultar peligrosas tanto las latas, como las botellas cerradas u otros alimentos: “Puede resultar peligroso tanto para visitantes al propio festival como para los artistas”, aclaran.
En festivales organizados por el mismo grupo, como por ejemplo el WARM UP se puede acceder con botellas de agua sin tapón, ya que estas no son consideradas peligrosas en este caso. Sin embargo, cualquier otro festival puede reservarse el derecho de admisión a cualquier usuario que porte un elemento que pudiera considerarse "por motivos de higiene o peligrosidad", y en este grupo entra tanto comida como bebida, de cualquier tipo. A día de hoy desde la promotora comprenden excepciones como puede ser la de personas con problemas de salud o alimenticios: “Sí podrían introducir alimentos personas como los celíacos o con otras necesidades de alimentación especiales”, aclaran desde la promotora. Desde Facua sí celebran, en cierto modo, esa pequeña victoria en lo que se refiere a la excepción dentro de la queja: “Pocas veces se prestan a excepciones pero esto sí que lo hemos ganado”.
La realidad es que mientras los festivales puedan ampararse al artículo 33 de derecho de admisión la situación que Facua denuncia sigue amparándose por esta orden de presidencia que resulta “superior” en este caso a la "cláusula abusiva" presentada: “Es una cuestión de voluntad política, de interpretar la legislación según que forma”, aclara Bernat, quien asegura que desde Facua tomarán otras medidas valorando diferentes acciones para enfrentarse a este caso. Al final, tal y como lo define el presidente de la asociación de consumidores resulta que la legislación es la que es "y otra cosa es la aplicación” y que pesar de las excepciones parece que de momento la batalla legal se mantiene.... aunque parece que poco a poco (y de forma progresiva) se van abriendo más pasos para el diálogo.