ALICANTE. ¿Por qué visita Toni Cantó la ciudad de Alicante para hablar presumiblemente de las bondades del Fondo de Cooperación del Consell? Esa es la incógnita que se resolverá este miércoles, sobre las 13 cuando finalice el encuentro entre el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, del PP, y el líder de Ciudadanos. El debate de estos días sobre la conveniencia o no de que la institución provincial de Alicante acceda al Fondo de Cooperación es como el río Guadiana: aparece y desaparece de acuerdo con los intentos del Gobierno valenciano por intentar convencer al PP de Alicante, siempre reacio a acceder a la fórmula de ceder dinero para repartir entre todos sin criterios. Primero con César Sánchez; ahora con Carlos Mazón, aunque con matices.
El debate está en candelero desde 2017, cuando el Gobierno del Botànic lanzó la propuesta del Fondo de Cooperación, que viene a repartir dinero entre los ayuntamientos, en función de la población, y sin condicionantes; es decir, que el consistorio de turno lo puede destinar a las prioridades que considere.
Hace días que el debate se ha vuelto a poner en ese foco mediático, junto cuando Ciudadanos ha acercados posturas con Ximo Puig para analizar posibles acuerdos conjuntos ante un hipotético respaldo de Cs a los presupuestos de la Generalitat y desmarcarse de PP y, sobre todo, de Vox. El objetivo es trasladar la imagen de que Cs puede pactar con socialistas y populares y, a la vez, alejarse de los extremos. Pero hay dos cuestiones que ocultan algo. ¿Por qué es Toni Cantó quién empuja en el acuerdo del Fondo de Cooperación? ¿Por qué lo hace si sus dos diputados en la Diputación de Alicante no comparten el espíritu del fondo?
Hay cuestiones previas, que conocen las dos partes -Diputación y Generalitat- que mientras no se desbloquen, Carlos Mazón no va entrar en el fondo de cooperación: las denominadas competencias impropias. Se trata de gastos que le corresponden a la Generalitat pero que paga la Diputación. Hasta que ese traspaso de competencias no avance, difícilmente el PP accederá a entrar al Fondo. Y después está la posibilidad de que el fondo se convierta en ley -como pretende el Botànic y parece que Cantó respalda- y obligue a la Diputación a acceder de manera obligatoria, algo que la institución ya ha dicho por activa y por pasiva que recurrirá.
Por mucho que las partes empujen, las cartas están sobre la mesa, pero hasta que no se muevan unas piezas, no correrán las otras y, por lo tanto, no habrá posibilidad de acuerdo. O Cantó quiere apuntarse ese tanto de haber convencido al PP de Alicante -y a sus diputados, a los de Cs- o ejerce de vicario de Puig a cambio de algo que no sabemos. O sí. Lo sabremos hoy, después de la reunión con Mazón. Pero hace mucho tiempo que el status del Fondo de Cooperación es el mismo. Las posiciones están claras: hay voluntad (más que con César Sánchez), pero es tenue, y sobre todo, tiene (los mismos) obstáculos administrativos, más allá del convencimiento y la idoneidad del instrumento elegido. Hay bucle.