No puedo dejar de sentirme estupefacta al leer las reflexiones del alcalde de Elx, D. Carlos González, del PSOE, y de alguno de sus periodistas adláteres, sobre la propuesta de renaturalización del río Vinalopó, promovida por Margalló-Acció Ecologista, apoyada por el grupo Compromís en el consistorio ilicitano. Ciertos artículos de opinión aparecidos en los últimos días pretenden atacar dicha propuesta utilizando un refrito de consideraciones y críticas políticas basadas en asuntos que poco o nada tienen que ver con esta iniciativa; visiones apocalípticas sobre las consecuencias de una eventual crecida del río; la amenaza de “tránsito de ratas y culebras” y, paradójicamente, una inquebrantable adhesión al arte representado por el “proyecto víbora”. Todo vale para atacar al socio de gobierno del PSOE en el Ayuntamiento de Elx, sin aportar ni un solo informe en contra de este tipo actuaciones en espacios urbanos. La carencia de razones científicas o técnicas con las que sustentar su oposición favorece que se instaure el pensamiento mágico, articulado en torno al miedo a inundaciones, plagas, suciedad, etc., especialmente útil a la hora de deslegitimar al adversario político, aunque con ello se condene a una ciudad a vivir junto a un canal de hormigón, eso sí, artísticamente decorado. Y es que, al parecer, las ratas son muy selectivas y sólo circulan por zonas verdes, y de culebras, víboras y demás reptiles, ya ni hablamos.
La propuesta de renaturalización del río Vinalopó a su paso por Elx pretende ser remitida a la convocatoria de ayudas que anualmente destina la Fundación Biodiversidad, institución pública adscrita al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, para el apoyo de proyectos como el que nos ocupa. Para ello, es necesaria su aprobación por parte del Ayuntamiento de Elx, motivo del presente debate público. La propuesta contempla la redacción de un proyecto técnico (es decir, elaborado por ingenieros y otros profesionales, que algo sabrán del asunto) encaminado a convertir el río en esa Infraestructura Verde (concepto desarrollado por sendas directivas europeas y en la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas aprobada en 2021) prevista en la Estrategia Territorial Valenciana aprobada en 2011.
Por no extenderme excesivamente, en lo que se refiere a la existencia de diferentes acuerdos nacionales e internacionales que tratan de la incorporación de los ríos a la trama urbana, la propuesta de renaturalización también se enmarcaría en los objetivos de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos, y cuya lectura recomiendo a los “opinadores” en sustitución de Wikipedia. Es decir, se persigue cambiar el actual cauce hormigonado del río Vinalopó por una gran zona verde, compatible con actuaciones que mejoren, no sólo la calidad paisajística y ambiental de la ciudad, sino también la calidad de vida de los ciudadanos, un camino que han emprendido las numerosas ciudades en todo el mundo que se han sumado a este tipo de iniciativas.
Es evidente que el río Vinalopó volverá a sufrir crecidas (es una mala costumbre de cualquier río, como nos cuentan en los telediarios) y, obviamente, el hormigón dará paso a vegetación natural y a la convivencia del ser humano con otros seres vivos (entre otros, numerosas aves amenazadas, como reiteradamente nos advierte organizaciones como la Sociedad Española de Ornitología). Pero también, es tan cierto que el Vinalopó seguirá sufriendo estas crecidas con o sin el lecho hormigonado (aunque se halle artísticamente decorado), como que la ingeniería aporta numerosas soluciones a los problemas que plantean los ríos, y que cualquier parque y jardín de la ciudad conlleva un mantenimiento.
En previsión de estos y otros asuntos, la Generalitat Valenciana presentó en 2021 el “Plan Integral para la Recuperación Ecológica y Revalorización Medioambiental y Socioeconómica del río Vinalopó”, trabajo desarrollado por el CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas), organismo dependiente de los Ministerios de Fomento y Transición Ecológica, y en el que se contempla la solución adoptada por el proyecto tan cuestionado por el PSOE. Digo yo que el CEDEX sabrá lo que ha propuesto, contando que es el organismo que ha elaborado los proyectos de renaturalización de numerosos ríos para las diferentes confederaciones hidrográficas españolas. Por otra parte, la administración autonómica ya ha comprometido 1,2 millones de € para ejecutar en el periodo 2023-2024 un proyecto por el que que se creará una lámina de agua de 50 hectáreas en el tramo final del cauce hormigonado, con el que se pretende acabar con el problema histórico y ambiental de las inundaciones.
La renaturalización del cauce del río Vinalopó en Elx no es el intento de dos concejales afines a un “tándem camisetero” (triste y denigrante forma de referirse a dos políticas valencianas de Compromís empleada por algún periodista) por convertir Elx “en un laboratorio de prácticas eco-sostenibles”, ni pretende establecer colonias de ratas que ataque a cualquier ilicitano que ose disfrutar de este espacio. Únicamente se trata de una iniciativa para modernizar una ciudad que aspira a ser capital verde europea, según dicen las malas lenguas. Asimismo, sí existe una demanda social, sí que debería ser una prioridad en la agenda del gobierno municipal y las dudas que puedan surgir sobre la ejecución futura de este proyecto deben ser tratadas por especialistas en la materia y no en los periódicos, Sr. alcalde.
*Ana María Campo Muñoz es presidenta del Observatorio del Vinalopó