ALTEA. El pleno del Ayuntamiento de Altea ha aprobado este jueves la moción presentada por el gobierno local de Compromís y PSOE en la que estiman parcialmente alegaciones a la propuesta de subida de impuestos. De este modo, el bipartito ha rechazado la petición de Vox que hacía una enmienda a la totalidad, además de las alegaciones presentadas por el partido de extrema derecha. Por contra, ha estimado de manera parcial las presentadas por el PP que introducía una serie de bonificaciones a la población.
Como ya contó este diario, la sesión plenaria de junio acordó la subida de tres impuestos: el IBI, el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana (IIVTNU o comúnmente conocido como plusvalía) y el relativo al de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO). En aquel entonces defendieron que había sido una decisión complicada de tomar pero necesaria para cuadrar sus cuentas a menos que les permitan implantar la tasa turística.
Como resultado, la modificación de la ordenanza del IBI cambia el gravamen del 0,503 al 0,700: se pagará un 40% en la factura de 2025. En cuanto a la plusvalía, el incremento es del 237%, pasando del 8 al 27%. Mientras que el impuesto a la construcción para obras mayores consta de una subida del 49%, de 498 euros a 740 el metro cuadrado, mientras que para las obras menores la tabla deja la media en un aumento del 64%.
El edil de Hacienda, Jose Borja, explicó este jueves que tras el mes de información pública, el Ayuntamiento ha recibido dos alegaciones. Una se ha desestimado por completo, mientras que la del PP se ha aceptado de manera parcial. La primera hacía referencia a que la ordenanza no se había publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Alicante (BOP) en valenciano. Este asunto, indicó, no tiene amparo legal para tomarla en consideración. La segunda proponía una serie de bonificaciones que se tan tenido en cuenta en parte.
Las que sí que se han aprobado obedecen a un 50% de rebaja en las obras para puntos de recarga de vehículos eléctricos; equiparar a las parejas de hecho con los matrimonios en la bonificación por herencia de la plusvalía; y la gratificación del 50% para bienes de uso residencial destinados al alquiler.
Por su parte, el portavoz de Vox, Diego Coello, afirmó que en la fase de exposición pública faltaban informes e incluso que uno de ellos se entregó fuera de tiempo. Así, especificó que el periodo de alegaciones terminaba el 13 de agosto, pero no fue hasta el 20 de agosto cuando se presentó la documentación necesaria. De este modo, aseguró que el gobierno local no le había dado tiempo suficiente para estudiar el expediente. Al mismo tiempo, manifestó sus dudas exponiendo que se trataría de unos acuerdos de nulo derecho por la falta de informes de la Familia, Juventud e Infancia, mientras que el Impacto de Género, afirma, se entregó tarde. Con todo, reseñó que la subida de impuestos era "socialmente un atraco".
Tras Vox, la encargada de tomar la palabra fue la portavoz del PP, Rocío Gómez, quien calificó la sesión como "el pleno de la vergüenza". En este sentido, se refirió a "la mayor subida de la historia de Altea", a la vez que echaban en falta algún "tipo de justificación" y acusaban al gobierno local de "una absoluta incoherencia". A pesar de que se había tenido en cuenta algunas de las peticiones del PP, para Gómez lo principal es que no se subieran los impuestos para evitar "apretar" a los ciudadanos. Además, acusó al Ejecutivo local de mentir antes de elecciones diciendo que la economía municipal estaba bien y después haber optado por estas medidas, según manifestó.
Finalmente, la moción sobre las alegaciones fue aprobada solo con el voto favorable de Compromís y PSOE. Ante todo ello, el alcalde, Diego Zaragozí, quiso responder a Gómez: "Lo que no quiero ser es un irresponsable, si la gente llegado el día nos castiga, nos castigará, pero por irresponsables no será". Así, el primer edil explicó que al igual que se le han disparado los gastos a la población, el coste también se ha incrementado para el Ayuntamiento, por lo cual, han tenido que aplicar estos cambios. "No me da vergüenza, pero sí me sabe mal", concluyó.