VALÈNCIA. El Levante se aferra a lo que sea en Gran Canaria. A la clave de los dos próximos duelos directos para optar al ascenso sin playoff, a que reaparezca algún brote verde o a un grafiti en la pared del Ciutat. Lo que sea y como sea, pero para mantenerse con vida en la batalla por estar en Primera División la próxima temporada es impresicindible llevarse lo de esta tarde. El conjunto de Javi Calleja llega al duelo ante Las Palmas en uno de sus peores momentos y después de la noche más dura de la temporada. La derrota contra el Mirandés, en casa y con el azote anímico de puertas hacia dentro que supuso el penalti de Wesley hizo estragos en la parroquia granota. Tanto es el desasosiego que el técnico ha puesto un asterisco en su discurso y ahora al ascenso en la promoción ya se le ponen palabras.

La realidad es la que es y las jornadas ya no son tan propicias. Tres fechas ha tenido el Levante para aprovechar los tropiezos de sus rivales. Una cuarta parece llamar demasiado a la suerte. Esta vez, los granotas solo saben el empate cosechado por un Eibar que ahora tampoco carbura; no el del Granada ni el del Alavés, que disputan sus partidos frente a Racing y Leganés, a domicilio y en casa, respectivamente. ¿Cuál es el escenario ideal? Con una victoria en el Insular, el Levante adelantaría a Las Palmas por diferencia de dos y se sumaría 64 puntos, los mismos que el Granada, que en caso de perder su partido quedaría clasificado por detrás de los de Calleja al tener el average particular perdido -un aspecto tremendamente importante, que el Levante tiene a favor y que también se juega esta tarde-. El Alavés, si no gana, siempre se ubicaría por debajo de los levantinistas. 

¿Y qué ocurriría si hay derrota? Caer hoy en las islas puede ser un golpe directo al estómago, que incluso podría dejar sin respiración si el resto de los aspirantes logra vencer en sus citas. La suerte se puede enrevesar tanto que, si en las anteriores jornadas ha habido chances para morder en grande, esta vez la losa podría caer hasta el punto de quedarse a, máximo, seis puntos del segundo lugar. Con quince por disputar y tres oponentes en la delantera, parecería un abismo. Es más, si el Albacete gana este mediodía en Miralcamp se pondría a solo tres puntos del cuadro de Orriols y las plazas de no acceso al ascenso bajo ninguna vía podrían quedar a cinco si el Cartagena hace sus deberes frente al Sporting de Gijón. Esas cuentas sí parecen enmarañadas. 

Eso en cuanto a la calculadora. Por su parte, el equipo que esta tarde enfrentará a los hombres de García Pimienta, también con bajas, espera cambios. En la delantera, al menos. El bajo rendimiento de Bouldini y el abono que se ha sacado Wesley en el banquillo llevan a Soldado ante los focos. Entre sus acompañantes podrían aparecer Cantero o Rober Ibáñez, relegando a Joni Montiel a la suplencia. Pepelu, Iborra y De Frutos son inamovibles, y también se espera que Campaña mantenga su sitio. Atrás, podría entrar Postigo.