ALICANTE. El tiempo dirá si el anuncio de que Enrique Ortiz escuchará ofertas para vender el Hércules es la típica cortina de humo que suelen tender en Foguerer Romeu Zarandieta cuando viene mal dadas o esta vez va en serio.
Tanto si es verdad como si no que el empresario está dispuesto a deshacerse del club (no es la primera vez que dice algo así), el anuncio no puede eclipsar la penosa gestión de los acontecimientos que vuelve a protagonizar la entidad y es que, al igual que ocurriera en septiembre con la salida de Lluís Planagumà, de nuevo se prescinde de los servicios de un técnico sin tener un recambio cuanto menos apalabrado.
Partiendo de la base de que Quique Hernández reconoce que los informes (verbales pero informes) de la comisión deportiva eran favorables a la continuidad de Vicente Mir, una postura de Francisco Escudero y Paco Martínez compartida tanto Enrique Ortiz como Juan Carlos Ramírez, el que la decisión del presidente de despedir al técnico de Meliana ("Buscando lo mejor", decía Hernández en sala de prensa) no viniera acompañada del nombre de un sustituto no solo proyecta todavía más sombras sobre todo lo ocurrido, es que enciende todas las alarmas (si restaba alguna por activarse) teniendo en cuenta que todo lo anterior sucede con el equipo con pie y medio en Tercera.
Antonio Moreno