VALÈNCIA. Frenar la deriva. Refugiarse del huracán. Esquivar el prepicio. Analogías, valen todas. Y al Levante, solo los puntos. Esas son las pastillas, los antidepresivos que necesita un equipo en crisis. Los de Javi Calleja se presentan esta noche en Ipurúa en el peor momento desde que el técnico madrileño asumiera las riendas del banco de Orriols: cinco partidos consecutivos sin ganar, dos de los últimos quince puntos posibles y una imagen desoladora el pasado lunes noche. Eso es lo que pesa en la mochila que hoy el equipo valenciano arrastra hasta Eibar. Porque ante los armeros no tiene el Levante el mejor promedio de victorias: desde 2014, ha ganado el duelo cuatro veces, pero solo una en el barro guipuzcoano. Ahí, los de Joseba Etxeberria, que han puesto fin a una poderosa racha de puntaje, son duros de roer. Solo han caído una vez este curso... y fue ante el descarado líder de la categoría.
Dijo Calleja tras perder ante el Racing que, después de tal palo, ganar en Ipurúa supondría un golpe sobre la mesa. Algo así como un "no estamos muertos". Y es que, en caso de triunfo, el Levante igualaría al Eibar en la tabla y, con ello, regresaría a las plazas de play off. Pase lo que pase en otros choques de la jornada. Podría incluso dejar la segunda plaza, la que da pasaporte al ascenso directo, a solo dos puntos. Eso, con permiso de lo que haga el Sporting de Róber Pier este lunes. Color rosa para el espinoso camino del club. Al menos, sería menos horrible que una derrota directa a la yugular.
El tropiezo lleva a las catacumbas. Las dudas sobre Calleja, ya in crescendo en el entorno, aumentarían hasta trasladar más presión a una dirección deportiva que todavía confía en el entrenador; la segunda posición podría irse a tiro de ocho y, las de promoción, a seis. Con solo cuatro jornadas por delante para cerrar la primera vuelta del campeonato, no parece la situación más halagüeña por más que el cuerpo técnico siga asegurando, de puertas hacia fuera, que la mejor manera de avanzar es sin mirar la clasificación ni leer periódicos.
Lo que sí tendrá hoy Calleja, por fin, es un buen número de opciones en su abanico. Por primera vez este año, el staff ha podido realizar un descarte, lógicamente cogido con las pinzas de la dolencia de isquiotibiales de Álex Muñoz. Con el alicantino no se quiere arriesgar y se quedó ayer en tierra junto a Andrés García. El resto, unos más y otros menos regenerados, están en la lista. Lozano, Andrés Fernández, Capa, Postigo y Kocho vuelven a ser alternativas y los tres apuntan a saltar de inicio. Brugui, además, no ha pagado el mareo del lunes y está listo. La guadaña de las lesiones ya no existe... por hoy.